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Ayude a Tweek a hacer maletas y vi como temblaba por lo que acababa de contarle.
"T-Tienes que tener cuidado, d-debes volver, p-prometemelo"
Envolví mis brazos en su estrecha cintura y bese su nuca. Senti como se volteaba hacia mi y tomaba mi rostro en sus manos, besándome repetidas veces en los labios y en todo el rostro, no pude evitar reirme.
"Claro cachorro, deja de asustarte, todo va a salir bien, quiero que me esperes en el aeropuerto a las 7 en punto ¿De acuerdo?" dije mientras me alejaba y preparaba lo que necesitaria esa noche.
Pase toda la tarde a su lado, tranquilizandolo, intentando sonar convincente cuando le decia que nada malo sucedería...
A decir verdad... Tambien intentaba engañarme un poco a mi mismo.
Un par de besos y miradas de Tweek fueron suficientes para apasiguarme.
Partí por la noche, con una mirada preocupada siguiendome sin descanso hasta que no pudo hacerlo más.

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora