Epílogo

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Estire mi brazo para apagar el despertador.
Tweek dormia a mi lado, bien abrigado por las mantas que traia encima de su desnudes.
Amaba besar sus pecas y besar su piel.
Jamas me atreví a marcarlo o ser rudo con él... Aun me dolia cuando veia su ahora inmaculada piel herida por alguna torpesa suya o un accidente.
Me traia recuerdos horribles...
Tweek se acurrucó en mi pecho, protestando por mi movimiento.
"Despierta cachorro, es tarde ya... Vamos" dije levantándome, Tweek siguio protestando en voz baja.
Nuestra desición al final fue aislarnos de todos, de todo.
Vivíamos en una pequeña casa bien escondida y aislada en el bosque, cultivando lo que necesitábamos, yendo de compras de vez en cuando.
Sobraba decir que nuestra vida se habia convertido en girar en torno al otro, amaba que así fuera...
Hicimos todas las tareas de ese dia, pasamos el día junto al otro como era ya normal para ambos.
Nos encontrábamos recostados en la alfombra de la sala principal cerca del fuego cuando mire una pequeña cicatriz en la ceja de Tweek y su labio inferior.
Lo conoci en una pelea clandestina y le di una paliza por que necesitaba el dinero...
Jamas me había sentido tan feliz de que mi vida fuese una porqueria en ese momento...
Agradecí haber estado ahí.
Agradecí que ese hilo rojo nos atara tan estrechamente, asfixiandonos cuando había tantos problemas, entretejiendonos ahora en un calido refugio.
"Te amo"

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora