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Durante esa noche la pelea fue feroz, cai abatido por el otro sujeto, el asunto de mi estupido inquilino me estaba distrayendo.
Cuando llegue a casa estaba enojado, tenia dinero pero mi orgullo estaba herido, tal y como lo estaban mi rostro y mis nudillos.
En la puerta habia un hombre grande y tosco, intente recordar si le debia algo pero no lo reconocí.
"¿Que quieres?"
Mi voz sonó más altanera de lo que me habria gustado.
"Esa perra esta ahí adentro, me pertenece"
Note a Tweek temblando tras la cortina y la ventana.
Suspire con resignación y fastidio.
"Claro"

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora