040|Narrado

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Perspectiva de Shawn

Miraba el reloj de la pared y el de mi muñeca cada segundo, preguntándome la razón por la cual Sianna aún no llegaba, se suponía que nos íbamos a ver a las seis, pero estaba por dar las siete y aunque le había enviado mensajes y llamadas seguía sin saber porque no llegaba. Tenía miedo de que se haya arrepentido de verme y eso era lo más probable porque estaba a pocos minutos de cumplirse una hora de retraso, no la culpaba por ver decidido dejarme plantado, me lo merecía, pero hubiera esperado al menos un mensaje avisándome.

En cuanto el reloj marcó las ocho en punto mi celular empezó a sonar, lo tomé nervioso pensando que era Sianna, pero era su hermana Honey.

—¿Hola?

—Shawn Sianna tuvo un accidente y está en el hospital. —dijo la chica entre lágrimas. Me quedé en silencio, parado a mitad del pasillo del departamento sin saber cómo reaccionar.

—¿Qué pasó? ¿Está bien? ¿Y Cora? —pregunté corriendo a tomar las llaves del auto, cerré del departamento y salí corriendo al estacionamiento.

—No lo sé, me llamaron avisándome y estoy esperando a que me digan algo. Cora está con una amiga. —respondió.
Le pedí la dirección del hospital y en cuanto me la dio le colgué para empezar a manejar hacia ya.

Mi vista se estaba volviendo borrosa a causa de las lágrimas que salían, todo mi cuerpo estaba temblando pensando lo peor, imaginando los peores escenarios de lo que le pudo ver pasado, pero tenía que controlarme para llegar a salvo con ella.

Me estacioné y salí corriendo hacia dentro del hospital sin ponerle la alarma al carro, en cuanto entré todo se encontraba en un enorme silencio, seguí corriendo hasta llegar a la recepción.

—Buscó a Sianna Kale. —hablé, la mujer levantó su mirada de la computadora y me recortó por completo.

—Solo familiares la pueden ver...

—Soy su esposo. —La interrumpí de manera brusca, ella empezó a buscar en la computadora.

—Habitación 212, piso dos.

Sin agradecer salí corriendo al elevador, presionando una y otra vez el botón para que la puerta se abriera de inmediato, sentía las miradas de las personas de ahí, pero no me importaban para nada, solo quería llegar con mi esposa. Las puertas se abrieron, bajaron unas tres personas, entré y presioné el número dos, suplicando que ella se encontrara bien, que no fuera nada y que se recuperara pronto, las lágrimas volvieron a salir, pero ya no quería detenerlas, estaba demasiado asustado por lo que iba a ver y lo que me iban a decir, el elevador se detuvo y volví a correr por los pasillos buscando la habitación, una enfermera me regañó y sin tener otra opción empecé a caminar lo más rápido posible, hasta que llegué a la sala de espera de esas habitaciones, solo se encontraban la familia Kale y tragándome toda la vergüenza que tenía con ellos entré, Lorena al verme salió corriendo a mí para abrazarme desconsoladamente, provocando que me asustara mucho más.

—¿Qué ocurre? ¿Ya les dijeron algo? —dije mirando a todas las personas, quería respuestas inmediatamente.

—Sianna iba contigo y cuando empezó a avanzar después de un semáforo en rojo un trailer la chocó, después llamaron a mis papás, le avisé a Lorena y después a ti. Tranquilo Cora está a salvo con una amiga. —explicó Honey con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar.

Lorena y yo caminamos para sentarnos a un lado de los papás de Sianna, me sentía demasiado incómodo en ese lugar, pero no me importaba quedarme ahí lo que fuera necesario para saber que ocurría.

Después de largos minutos de espera un doctor entró a la sala preguntando por los familiares de Sianna, todos nos levantamos de inmediato.

—Sianna tuvo muchísima suerte, solo tiene unos golpes para el accidente que tuvo—sentí un enorme alivio y las lágrimas se detuvieron por unos segundos— , pero las tomografías indican que debido a los fuertes golpes que recibió en su cabeza, tiene amnesia temporal, la cual no se sabe cuanto tiempo tardará para que se recupere por completo, pero lo hará sin duda alguna.

Escuchar esas palabras del doctor hizo que me sentara de golpe, cubriendo mi rostro con mis manos, ahogando el llanto, me sentía tan solo en ese lugar y aún más saber que Sianna tenía amnesia, nadie sabía que era lo que recordaba y lo que no, logrando que me preocupara muchísimo más, asustándome porque tal vez no me reconocería a mí o a nuestra hija.

El doctor dejó pasar a la familia diciendo que ella aún se encontraba dormida y que no la molestáramos para que pudiera descansar, luego de que todos entraron a verla me tocaba a mí y lo único que agradecía en ese momento era que los papás no se molestaron por eso o que me encontrara ahí.

Caminé con demasiado miedo, coloqué mi mano en la manija y la giré abriendo la puerta, la habitación se encontraba algo oscura ya que la única luz que había era de una pequeña lámpara a un lado de la camilla de la chica.
Avancé a donde se encontraba logrando que el dolor se intensificara.

Se encontraba llena de rasguños y hematomas por todos lados, tenía un labio roto, su frente se encontraba vendada y tenía colocado un suero de su mano izquierda. Corrí a ella y le sujete la mano que tenía libre con fuerza, ocultando que quería ponerme a llorar en ese preciso momento.

—Te encontrarás bien, lo sé. —susurré con sabor a sal en mi boca, a causa del llanto.

Por nada del mundo quería alejarme de ella, así que sin soltarla me senté en una silla pegada a la cama y la observé por completo, recordando lo hermosa que era y que sin importar lo que ocurriría cuando abriera los ojos iba a ser lo más valiente posible para apoyarla, aunque el miedo me comiera por completo.

Goodbye dream »S.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora