Desperté en cuanto mi alarma comenzó a sonar, señal de que debía alistarme para ir al trabajo.
Al trabajo que había faltado el día de ayer sin dar un previo aviso.
Genial.
Me levanté y peiné mi cabello, me puse unos jeans y una camisa para finalmente despedirme de mi madre y salir.
Cerré la puerta de mi casa y empecé a caminar. El trabajo se encontraba a unas seis cuadras de mi casa, las cuales sobrellevaba escuchando música con mis audífonos.
Algo interrumpió Let her go, ¿quién se atrevería? Supongo que la persona que tocaba bocina en su auto.
Supongo que nada menos que Rúrik Gíslason.
-¡Sube!, te llevaré al trabajo. -dijo casi gritando.
-¿En qué momento te mencioné que iría al trabajo? -pregunté sorprendida aún sin entrar a su vehículo.
-Emilia, yo lo sé todo. -dijo riendo egocéntricamente.- Vamos, entra.
Entré a su auto y seguido esto Rúrik se acercó a mí para saludarme con un beso en la mejilla.
Debo admitir que su perfume se había convertido casi como una droga para mí.
-¿Quieres ir a tomar algo después del trabajo?-preguntó sin apartar la vista del camino.
-Pero... ¿no era que no querías que nadie te viera?-le pregunté confundida.
-Ya no importa, me descubrirán en algún momento. -se encogió de hombros.- Además, en unos pocos días me tendré que ir.
-¿Te irás? -pregunté algo desilusionada.
-Así es, cariño. Mis vacaciones no duran demasiado, tengo que volver a entrenar. -dijo desilusionado, pero no lo estaba tanto como yo.
Pronto él se iría, volvería a jugar en su equipo, visitará países hermosos, conocerá personas nuevas, en fin; toda su vida era una aventura.
Y mientras tanto yo me quedaría aquí trabajando, deseando no ser despedida. El único tour que tendría sería de un hospital al otro.
Qué diferentes éramos...-Entonces, ¿quieres tomar algo después del trabajo? -preguntó nuevamente.
-Está bien. -le respondí.
-Oye, si no quieres ir no tienes por qué hacerlo. -hizo una pausa.- No quiero que te sientas obligada a salir conmigo porque te estoy ayudando con el costo de los tratamientos. -terminó de decir algo triste, aparcando su auto, seña de que habíamos llegado a mi trabajo.
-Rúrik. -le dije por su nombre con intención de que me mirara.- Yo no quiero que supongas cosas que no son. -le sonreí.- Nos vemos después. -dije guiñándole un ojo y cerrando la puerta de su auto para luego entrar al trabajo.
Mi día de trabajo fue igual que los demás, excepto por el reto de mi jefe por haber faltado el día anterior.
Cuando terminó la jornada, salí para encontrarme con el rubio de ojos azules para tomar algo como habíamos quedado.Pero él nunca apareció.
Desilusionada, caminé hacia mi casa.
¿Por qué me propone planes si no va a venir por mí como habíamos acordado?
Ni siquiera fue capaz de avisarme.
No era la primera vez que me sentía así, decepcionada, desilusionada. Había vivido estas experiencias antes, cuando mi padre me había dicho que iría a un viaje y jamás volvió.
Desde ese momento he sido un poco escéptica con respecto a los hombres. Pensé que Rúrik podía llegar a ser diferente, le di una oportunidad para demostrarme a mí misma de que no era así.Pero claro, sólo lo pensé.
Llegué a mi casa y pude encontrar a mi madre llorando por una película. En cuanto entré, me miró con los pañuelos en la nariz.
-Está película es muy triste. -dijo entre lágrimas.
-Puedo suponer que sí. -dije sentándome a su lado y abrazándola.
La siguiente hora me dediqué a ver la película con mamá. Yo la abrazaba mientras ella lloraba.
Rúrik🦁
Perdón por no estar ahí, de verdad lo siento. Me surgió algo y no tuve otra opción, mañana paso por ti y te lo explicaré todo.Mis ojos se llenaron de lágrimas, me sentía muy decepcionada.
Quizás la culpa no era de él, estoy enojada conmigo misma por haber confiado en él y por pensar que no me fallaría.Qué absurdo, ¿no?
Todos los hombres son iguales (y ojalá que esto sólo pasara en China).
Unas lágrimas corrieron por mis mejillas, quizás la película había empeorado mi estado de ánimo.
-¿Qué ocurre? -preguntó mi madre.
-Nada, es sólo que la película es muy triste. -respondí secándome las lágrimas.
-Pero si ha terminado hace rato. -dijo confundida.- Ya dime qué te ocurre, sabes que puedes confiar en mí, cariño.
-¿Recuerdas a Rúrik? -pregunté, tratando no llorar al pronunciar su nombre.
-¿El chico rubio? Sí, lo recuerdo. -contestó.
-Bueno, es que me ha invitado a tomar algo después del trabajo.
-¿Y qué tiene de malo eso? -preguntó confundida.
-Lo malo es que él nunca apareció mamá. -dicho esto no pude contener que mis lágrimas empezaran a caer.
-Oh, cariño. -dijo abrazándome.
-Pero, ¿por qué hizo eso, cariño? -me preguntó.
-No lo sé. -respondí.
-Intenta hablar con él y ver lo que te dice, a lo mejor le pasó algo serio y no pudo ir por eso. -me dijo.
No hablamos más del tema, me quedé dormida en el sofá y cuando desperté ya era casi de día.
Me dirigí hacia mi habitación para seguir durmiendo allí, no sin antes mirar mi celular.10 llamadas perdidas de Rúrik🦁
Me acosté y nuevamente quedé dormida.
-Emilia, levántate. -dijo mi madre gritando.
Mamá entro a mi cuarto y se sentó a mi lado.
-Rúrik está aquí, cariño. -me dijo.
-Oh no. -dije tapándome la cabeza.- Dile que no estoy.
-Vamos, hace una hora que está esperándote. -dijo.- Además parece algo triste. Ya levántate.
Dicho esto, mamá se fue de la habitación cerrando la puerta tras ella.
Después de unos minutos, volví a escuchar la puerta sonar. A lo que no contesté.
-Puedo pasar? -preguntaron.
Y por "preguntaron" me refiero a Rúrik.
Aún estaba acostada y con la cabeza tapada.
-Pasa. -dije.
Sentí como la puerta se abrió y como se sentó a mi lado. Su perfume nuevamente invadió mi espacio.
-Buenos días, Em. -dijo.
![](https://img.wattpad.com/cover/154997903-288-k37974.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Famous (Rúrik Gíslason)
FanfictionEmilia consigue trabajo de columnista para el periódico de su pequeña ciudad, esperando ayudar económicamente a su madre. Amenazada de despido por su jefe, ella tiene que encontrar una noticia que llame la atención, ¿y qué mejor noticia que la de u...