-Rúrik me aplastas. -dije poniendo mis mano sobre su pecho mientras reía.
-No me quitaré. -dijo dándome pequeños besos por todo mi rostro con las manos en mi cabello.
Debido a que él no iba a quitarse de encima de mí, empecé a acariciar su espalda, la cual se encontraba desnuda. La suavidad de la misma no puede pasar desapercibida.
Bajé mis manos a su trasero, y a de decir verdad no estaba nada mal.
No me resistí y le pegué.En el trasero.
Me empezó a hacer cosquillas y deben saber que cuando me hacen cosquillas comienzo a patear, pegar, de todo.
En medio de ese "mini ataque de cosquillas", sin querer le pegue con la rodilla en sus partes íntimas.Rúrik rodó quedando a mi costado, con su manos donde le había pegado.
-¡Lo siento mucho! -dije.
Y sin segundas intenciones (lo juro) llevé mis manos hacia sus partes íntimas, cuando caí en esto inmediatamente las aparté, quiero que sepan que mi cara era un tomate en vida en esos momentos.
Pude notar que Rúrik rió, aunque aún llevaba una mueca de dolor en su rostro por el golpe.-Tranquila, no lastima si tocas. -dijo bromeando con una sonrisa en su rostro, para luego dedicarme una guiñada.
-¿D-duele mucho? -pregunté para cambiar de tema, aún con mi rostro rojo.
-Ya está pasando. -dijo poniéndose de costado, frente a mí.- ¿alguna vez te he dicho lo hermosa que eres? -preguntó apartando un mechón de mi rostro.
-Hmm... creo que sí. -contesté bromeando.
-¿Y te he dicho lo grande que es tu ego también? -preguntó riendo.
Y en ese momento me quedé observándolo; era de lo más bello que alguna vez había visto. Su sonrisa, sus ojos, su cabello, todo de él era la misma perfección.
-¿Qué? -preguntó frunciendo sus cejas.- ¿te molestó lo que dije?, fue sólo una broma. No te enojes.
Le dediqué una sonrisa y en pocos segundos era yo quien estaba encima de él. Le daba besos cortos por todo su cuello, mientras él me abrazaba por la cintura.
Sus manos se metieron por debajo de mi remera y se deshicieron de esta, lanzándola por algún lugar de la habitación. Yo no me quedé atrás, me deshice de su remera.Era un pecado que usara remera.
Sus manos bajaron hasta agarrar mi trasero con fuerza.
Nos besábamos con más ganas que nunca, nuestras agitadas respiraciones se habían fundido en una.
Poco a poco nos fuimos deshaciendo de la ropa, hasta que nuestros cuerpos quedaran sin nada.(...)
-¡El almuerzo está listo, bajen si no quieren que se les enfríe! -gritó Isa del otro lado de la puerta, causando que ambos despertáramos de un salto.
Me encontraba de espaldas a Rúrik, quien al despertar se pegó a mí abrazándome por la cintura.
-Buen día. -susurró en mi oído provocando que me estremeciera.
-Buen día, Ruru. -dije agarrando su mano que se encontraba en mi cintura.
-Tendríamos que vestirnos, y bajar a almorzar.
Recordé que estaba desnuda, al igual que Rúrik. Y eso me llevó a pensar en todo lo que había sucedido anoche, sonreí aunque él no me estuviera viendo.
Después de unos minutos, él fue el primero en levantarse para vestirse. Lo cuál no era raro, siempre me había costado levantarme. Así que mientras que lo hacía cerré mis ojos por unos segundos.
-Hey, no te duermas. -dijo dejando mi ropa interior sobre la cama.
Se estaba vistiendo delante de mí, estaba en bóxer delante de mí. Y lo más importante; sin remera. Podía ver claramente sus abdominales bien marcados.
-¿Te quedarás ahí viéndome?, porque este cuerpo necesita recuperar energías. -dijo guiñando.
Me levanté de la cama y me vestí, fui al baño y finalmente bajé a donde estaba mi amiga ya comiendo del almuerzo que había preparado.
-Buen día. -dije sonriéndole mientras bajaba las escaleras.
-Buenos días para ti, amiga. -contestó con una mirada pícara en su rostro.
Al no entender eso, la quedé mirando con el ceño fruncido durante unos segundos.
-Para la próxima, intenten hacer menos ruido. -dijo riendo, y por supuesto; provocando que me sonrojara.- No tienes porqué sonrojarte, soy tu amiga de toda la vida.
Rúrik comenzó a bajar las escaleras, y provocando que el tema quedara atrás.
-Buen día, Isa. -dijo sentándose en la mesa para empezar a comer.
-Buen día. -contestó con una pequeña sonrisa.
-Llamaron del hospital, parece que le darán de alta a tu madre. -dijo Isa.
Quizá debería de estar contenta porque le dieran de alta y pudiera estar en casa, pero por otro lado no lo estaba, ya sabía lo que eso significaba; no podían hacer nada más por ella.
-Luego iremos por ella. -dijo Rúrik agarrando mi mano por debajo de la mesa, a lo que yo asentí.
En cuanto terminamos todos de comer, nos dirigimos hacia el hospital para traer de regreso a mamá hacia casa.
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Famous (Rúrik Gíslason)
FanfictieEmilia consigue trabajo de columnista para el periódico de su pequeña ciudad, esperando ayudar económicamente a su madre. Amenazada de despido por su jefe, ella tiene que encontrar una noticia que llame la atención, ¿y qué mejor noticia que la de u...