Capítulo 8

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Entré nuevamente a la habitación y dediqué una sonrisa a mi madre (que más bien pareció ser una mueca).
Realmente me sentía mal, no podía creer que lo único que me había hecho sentir bien durante los últimos días era él, pero menos podía creer que se fuera.
Aunque lo entendía, y entenderlo dolía más.

Me senté y Rúrik también lo hizo a mi lado.
Sentía su mirada sobre mí, sin embargo yo no podía hacer contacto con él, porque si lo hacía probablemente me largaría a llorar como un bebé.

-¿Ocurre algo, cariño? -preguntó mi madre.

Ahora no sólo tenía la mirada de Rúrik sobre mí, sino que también la de mamá y la de Isa.

Negué con la cabeza.

Rúrik me agarró la mano, lo miré; sus ojos brillaban y no de felicidad, por un momento pensé que tal vez se sentía igual que yo.

Durante unas horas nos quedamos con mamá allí, Isa trataba de sacarnos de la situación incómoda contando muchas de nuestras anécdotas de cuando éramos tan solo unas niñas.

-Y entonces el director entró al baño de mujeres y Emilia le dijo... -paró de hablar en cuanto alguien entró a la habitación.

-Con permiso... -dijo el señor Hund entrando a la habitación.- ¿cómo se siente?-preguntó mirando a mamá.

-Bien. -contestó sonriendo.

Luego de eso, siguieron hablando, pero yo no escuché. Me giré en torno a Rúrik, quien aun tenía agarrada mi mano. Estaba tan concentrado en la conversación que entablaban mi madre y Hund, que ni se percató que lo estaba mirando.

Definitivamente no quería que se fuera, no ahora que era cuando más lo necesitaba.

Inmediatamente que me miró aparté la vista, a lo que él apretó un poco más mi mano para que volviera a mirarlo, y lo hice.

Me dedicó una sonrisa, una hermosa sonrisa de esas que me movían el mundo.

De repente sentí que su celular sonaba, enseguida contestó.

-Hola mamá. -dijo.

-¡Hola mi amor! ¿Cómo está mi osito Ruru? -se escuchó del otro lado del celular, lo que provocó que se sonrojara.

-Ya vuelvo. -Nos dijo para salir de la habitación aún con colores en su rostro.

Y nosotras reímos en la habitación por lo sucedido.

-Hey, no me habías dicho que tenías novio. -dijo Isa protestando de brazos cruzados.

-Es porque no tengo. -dije chistosa.

-¿Y él?

-Es un amigo, nada más. -dije.- Al menos por ahora...

El resto del día nos la pasamos animándole el humor a mi madre, pero en cuanto terminó el horario de visitas todos tuvimos que irnos.

Rúrik se encargó de dejarnos a Isa y a mí en casa, mientras él se iba a su apartamento.

-¡Noche de chicas! -gritó Isa entrando a casa.

-Isa, no grites lo favor. Mi cabeza va a explotar. -dije poniendo mis manos sobre mi cabeza.

-Uy, no recordaba que fueras tan aburrida. -dijo con las manos en la cintura.

-¿Qué quieres comer? -pregunté cambiando de tema.

-Hmm... ¿pizza?

-Bien, pediré pizza. -dije agarrando mi celular para hacer el pedido.- ve eligiendo alguna peli.

Isa buscó una película y optó por una cómica.

-¿Ahora me contarás sobre el muchacho rubio? -preguntó sonriendo.

-Isa, me alegra que no sepas de fútbol. -reí.- Él es un jugado de fútbol islandés, es muy reconocido. Verás, yo estaba caminando y entonces me lo encontré, estaba perdido... -dije y termine contándole toda la historia.

-Wow. -dijo boquiabierta.

-Igualmente no debería entusiasmarme, pronto se irá y quizás no lo vuelva a ver... -dije algo triste.

-Pero... pueden hablar por WhatsApp, pueden hacer videollamadas o...

-Sabes que no es lo mismo, Isa. -dije interrumpiéndola.- quería que me fuera con él.

-¡¿Y qué dijiste?! -Dijo parándose.

-Que no. -suspiré.- No voy a dejar sola a mamá, ella precisa de mí. Tampoco puede viajar, estuve hablando con Hund sobre eso.

-Esto es realmente un problema. -dijo sacudiendo su cabeza.

-Si no me dices, no me doy cuenta. -dije rodando los ojos.

En eso, sonó el timbre. En cuanto abrí la puerta, pude ver a un joven de estatura normal, podría suponer que fuera más o menos de mi edad. Sus ojos eran grisáceos y su cabello de un color castaño.

-Hola. -dijo sonriendo y mirando como estaba vestida.

Mierda, tengo el piyama de conejitos.

En cuanto me percaté, no pude evitar sonrojarme.

-Hola. -contesté agarrando la pizza y dejándola sobre la mesa.- ¿cuánto es?

-Si me das tu número, no es nada. -dijo guiñando un ojo.

Ante esta respuesta inesperada, no supe qué contestar.

-¿Tienes donde anotar? -le preguntó mi amiga, a lo que él sacó su celular y se lo dio.

Isa anotó un número en su celular para luego devolvérselo.

-¿Cómo te llamas? -dijo mirándome, a lo que no respondí.- Yo soy Ashton.

-Ha sido un gusto. -dije dedicándole una sonrisa falsa para luego cerrar la puerta.

-¡Adiós, desconocida! -se escuchó gritar desde afuera.

Después de que se fuera cerré la puerta y miré a mi amiga, quien estaba riendo.

-Dime que no anotaste mi número. -dije cruzándome de brazos.

-Lo hice. -dijo sonriendo.

-¡Isa! ¡Se supone que no debes darle tu número a un extraño!

-Ya, tranquila. Tenemos pizza gratis. -dijo guiñando.

-¿Qué tal si es un violador?, ahora además de saber donde vivo tiene mi número de teléfono. -dije sentándome en el sofá.

-Ya, no seas exagerada. Debes admitir que era lindo.

Y sí, lo era. Pero eso no condicionaba que no fuera un asesino o violador.

Después de eso nos dedicamos a comer pizza y mirar la película que había puesto Isa, que por cierto era una estupidez pero ella estaba muy entretenida.

Rúrik🦁:
Te hecho de menos.

Sonreí al ver su mensaje, provocó mil sensaciones en mí.
Y luego volví a recordar lo que me había dicho, él se iría y no podía hacer nada al respecto. Quizás lo mejor en estos momentos sería no hacerme más ilusiones.

Yo:
No quiero que te vayas.

Y sabía que me arrepentiría de enviar ese mensaje, pero por otro lado sabía que tenía que decírselo.

Famous (Rúrik Gíslason)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora