Tormentas del pasado. [Justin & Tú]

Perfección humana.

Sentí su aroma en mis narices, era un perfume exquisito, una fragancia masculina pero joven, quería quedarme ahí, oliéndolo una y otra vez, pero aquel acto sería demasiado raro y vergonzoso, me separé y lo miré, tenía ojos de color miel, no pude evitarlo y sonreímos, al parecer el me devolvió la sonrisa.

—Hm, lo siento, estaba mirando hacia abajo y no me fije —Me disculpé ruborizándome.

—La culpa es mía, andaba mirando algunas decoraciones para mi hermana —Me volvió a sonreír, sin duda su sonrisa era la más hermosa que había visto, cuando pequeña veía a mis primos sonreír y a mis amigos, pero ningunos tenía una sonrisa como el.

—¡Oh!, bueno, no te quitaré más tiempo, estoy con mi… —Me di vuelta para ver si estaba Tía Julieth, pero no lo estaba, me puse nerviosa, ¿y si no aparecía?, ¿Me quedaría para siempre aquí?. Se supone que estaba con mi tía, pero mh, no lo está…

—¿Quieres que te acompañe?, así los dos podríamos buscar decoraciones —Me guiño el ojo, espera ¿me estaba coqueteando?

Yo solo asentí, estaba muy nerviosa, no encontraba a mi tía y no sabría como devolverme, además ver mucha gente me desespera, ya que eso no es muy común de mi, ya se había vuelto una costumbre en mi estar sola y no ver a muchas personas, solo a Tía Julieth y a Tío Marck cada quincena y cada fin de mes, pero ahora esto es diferente, gente robusta, delgada, colorina, rubia, morena, blanca y sin duda estaba él, el chico de la sonrisa hermosa, el de la sonrisa perfecta y fragancia de los dioses.

—Y bueno ¿tu que hacías acá? —Me miró.

—Bueno, quiero renovar mi cuarto, en realidad mi departamento. —Obviamente no te diré que soy una loca que se encerró en su departamento durante cinco años y que era un desastre.

—¿Y por qué un cambió? —Arqueó una ceja, dios ¿Por qué tantas preguntas?, ¿Estamos en un interrogatorio?

—La verdad es que… me aburrí de ver los mismos cuadros, la misma pintura y ya estaba todo viejo y desgastado —Me puse nerviosa, ya que no tenía ninguna otra excusa que inventar, suspiré y seguí en mi búsqueda de buscar a Tía Julieth. ¿Y tú, que buscas por tu hermana?

—Es fanática de las princesas y bueno, le venía a buscar un set de accesorios para su cuarto, tuve una discusión con mi padre y saqué el dinero que tenía a mano y la verdad, es poco, así que por eso estoy buscando por todos lados algo barato —Miró hacía el frente, haciendo que contemple su perfil, tenía una linda nariz, sus labios eran gruesos y… ¡Era el chico de la camioneta!, sin duda era el.

—¿Cómo se llamaba tu hermana? —Estaba segura que era la pequeña… ¿Jazmin?

—Jazmin —Rió. ¿Por qué?, ¿Acaso conoces a una pequeña adicta a las princesas?

—La vi en el parque hoy, era su cumpleaños ¿no?, ella me ofreció ir, pero no quise, no la conocía y el padre se veía bastante enojado e irritado, no quería ser una molestia. —¡Estaba entablando conversación con el chico del perfil y fragancia perfecta!

—¿Eras tu? —Rió. Ella nos contó que había conocido a una joven, y que quería ser su amiga y acá estás, por cierto, tenía razón en lo que había dicho de ti, dijo que eras linda y que quería ser como tú.

—Que… ¿Tierna? —Reí internamente ¿Quién diablos quisiera ser como yo?, aquella pequeña estaba loca, es increíble cómo podemos juzgar a un libro por su portada, si ella me conociera, se arrepentiría.

Seguimos en la búsqueda de Tía Julieth, hablábamos de cada tontera que se nos ocurría, decidimos meternos por un pasillo, el cual tenía miles de lámparas de diferentes tamaños, colores y formas, eran hermosas, elegantes y antiguas con ese aspecto de casa retro que tenían algunos hogares, cuando por fin encontramos a Tía Julieth, la cual estaba cargada de accesorios.

—¡Tía!; por fin te encontré, estaba ya aburrida de seguir buscándote. —En realidad no, estaba desesperada, a punto de morir, bueno no tan exagerada.

—Lo siento, bueno ¿Me presentarás a tu amigo? —Miró al chico de la perfección humana.

—Hm si, el es… —Lo quedé mirando por un instante, no me había dicho su nombre en todo el camino.

—….—