—Ambos no nos conocemos, pero eh acabado salvandote la vida del estúpido Sr.Bieber —Me soltó la mano y quedamos en una especie de puente.
—¿Como llegamos tan rápido? ¿Me podrías decir tu nombre al menos? —El chico reposó en una banca de madera que había, miró hacía arriba y luego a mi. ¿Que? ¿No me dirás? —Lo quedé mirando y negó.
—Solo te diré que te alejes de ese señor y más de su hijo, ambos son unos demonios sueltos y quizás que cosas podrían hacerte y yo no estaré siempre ahí para rescatarte. —Aquel chico desapareció en un abrir y cerrar de ojos, ¿Que coño estaba sucediendo?
Caminé por aquel largo puente, sin rumbo, todo lo desconocía, estaba obscuro y me empecé a desesperarme ¿Y si me perdía? ¿Si no llegaba a casa pronto?, empecé a correr para distraerme y sacar pensamientos negativos de mi mente, pero dios ¡Era imposible!, me tiré al suelo y miré a mi al rededor.
—Ahora estamos las dos solas de nuevo, en un callejón y a obscuras ¿Que haremos primero? ¿Romper tu piel o hacer que grites como loca?, por que pareces eso. —Decia una pequeña vocecita en mi mente.
Lo que a mi me sucedía era miedo de quedarme sola y volver a ser una estúpida encerrada durante cinco años y no saber nada del mundo, no quería seguir así, pero cada ves que me encuentro sola, a obscuras, mis moustros vienen a mi, a espantarme y sacarme de si, realmente estoy loca y no me quiero quedar así.
Empecé a escuchar varias voces en mi mente, empecé a sudar de nuevo, golpeé un tarro de basura ¿Por que no viene Justin en este momento? o ¿El otro chico ojiazul? Me levanté y comencé a tambalearme, mi mente estaba echa un lío, un lío que no podía resolver si no estaba con ese estúpido de la bonita sonrisa, pero que me prohibían a estar junto a el. Corrí lo más pronto posible y comencé a gritar y a llorar, estaba desesperada.
—¡Callense! —Corrí de nuevo y de la nada llegue al medio de la carretera. ¡Mierda!
Un camión me había atropellado, aún sentía aquella luz estallar contra mi frágil cuerpo y mi esquizofrénica mente,luces de color rojo, azul y amarillo veía hacía un lado, una voz masculina escuchaba y ahí me apagué y no supe nada más.
Me hice la típica pregunta ¿Donde estoy?, ¿Estoy viva? y ¿Que me había pasado?, giré mi cabeza y lo vi a el, al rubio que me volvía loca.
—Justin ¿Que haces acá? —No podía mover mi cuello, ya que tenía no se que cosa en el.
—Dos costillas quebradas, un brazo roto y casi pierdes la pierna, también tienes un cuello ortopédico, estas realmente molida, soy un estúpido, dije que siempre... —Lo interrumpi.
—Vi a tu padre y... casi me mata —Trate de no recordar aquellos disparos, aquella voz de suplica pero era realmente imposible.
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