OCHO

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El detective alza la mirada hacía arriba directo al piso donde sucedió el echo, le da una última pitada a su cigarrillo, y lo arroja al suelo, los policías pasan junto a él y lo saludan con un gesto de la cabeza, sube las escaleras hasta el tercer piso y entra en el apartamento, los forenses y los C.S.I aun trabajan en el lugar, su compañero le hace una seña apenas lo ve entrar.

-Linda manera de arrancar tu día ¿eh?.

-Ni lo menciones, ¿qué tenemos?.

-Nuestra belleza más buscada, Connor James traficante de tratas, estábamos esperando atraparlo pero alguien se nos adelanto.

El detective Jordan camina alrededor del cuerpo, era el primera vez que se encontraba con algo así en su carrera, no hacía mucho que había sido ascendido a la unidad. El cuerpo estaba boca arriba, con las palmas de las manos hacía arriba con un cuchillo de cocina clavado en cada palma, y un tiro limpio en la frente.

-Tiene rota las piernas- comenta el detective agachándose para observar en más detalle el cuerpo- quien lo halla asesinado se ensaño con él.

-Si me preguntas creo que el tipo sabía quien era él, me huele más a un acto de venganza.

-Puede ser, pero algo no me cierra, ¿encontraron huellas?.

-Eso es lo raro, todo el lugar esta limpio.

Jordan levanta la mirada a su compañero.

-¿Nada?,¿ni si quiera en el mango de los cuchillos?- dice poniéndose de pie.

-Nada hasta ahora,sabremos más luego de las pruebas preliminares.

El detective se queda en silencio, algo no le cerraba de todo esto.

-¿Qué pasa?-le pregunta desconcertado su compañero.

-No lo se... tengo un mal presentimiento de esto.

-Odio cuando tienes esos presentimientos.

Camina hacía la puerta.

-¿Jordan a dónde vas?.

-Encárgate aquí, voy a la central necesito sacarme una duda.

Alexander

El olor del café me despertó, estoy muerto de hambre, camino hasta la cocina y me quedo fascinado al ver a Erin que se mueve por el lugar preparando el desayuno, me apoyo contra el marco de la puerta, lleva puesto mi camiseta, le queda grande y le llega hasta la parte baja del muslo, me pregunto, ¿por qué a las mujeres les queda sexy cuando usan la camiseta de su hombre?. 

Me acerco a ella por detrás, la tomo de la cintura, ella se sorprende, pego mi pelvis a su trasero y le doy un beso en el nuca.

-Espero que hallas aceptado mi disculpa de anoche- le digo mordisqueándole el hombro.

Se da la vuelta y me rodea el cuello con los brazos, diablos ella es mi salvación personal y me vuelve loco.

-Creo que valió la pena el merito que hiciste- me dice risueña.

-Entonces supongo que lo haré mas seguido- la tomo de la cintura y la subo sobre el mármol frió.

Lleva sus manos a mi cabello y de nuevo me esta acariciando la cicatriz, creo que se le esta haciendo costumbre, le mordisqueo en los costados y ella se ríe, eso es música deliciosa para mis oídos, le hago cosquillas, encontré su punto débil.

-¡Ya deja de hacer eso!- dice muerta de la risa.

-Me vuelves loco.

-Creo que lo estás- contesta entre risas- vamos a desayunar, debo irme a trabajar- se baja de la mesada y me besa debajo del mentón.

Mi novio el asesino perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora