You are mine and I am yours

Capitulo XIII

Pronto serán dos semana desde que no hablo con Alex, tampoco lo he ido a buscar a su casa ni mucho menos a dejar. Algo parecía estar muy mal, porque ni siquiera me lo topaba en los pasillos por casualidad. Tal vez el que estuviese con Ciel y mis amigos no cooperara nucho. Bueno, más con Ciel que con ellos.

Hoy día Ciel estuvo muy cariñoso, me llevo un almuerzo el cual estaba muy rico, aunque me hizo recordar la vez que Alex me preparo por primera vez uno. No sabía muy bien, aún así me lo comí, lamentablemente me enfermé del estómago y no quiso prepararme nunca más un almuerzo.

Cuando terminé de comer Ciel me pidió que lo acompañara a su sala. Al parecer tenía prueba y quería buscar su cuaderno, o algo por el estilo: no le presté mucha atención, pero igual lo acompañé. Al llegar vi a Álex hablando con ese tal Jared, al parecer mi cara había cambiado ya que Ciel me abrazó y me susurró al oído.

-Tranquilo, no debes enfadarte por eso, yo estoy aquí.

Correspondí su abrazo un tanto incómodo, pero hubiese mentido si hubiese afirmado que no fue reconfortante. Lo raro, claro, fue como lo abracé por la cintura. Había sido inconsciente. Siempre hacía eso con Alex. Sin embaego, no duró mucho, ya que tocaron la campana para entrar a clases y decidí irme. Justo cuando comenzaba a separarme me tomó de la mano. Pensé que iba decirme algo, o tal vez despedirse, ya que ese era el ultimo recreo y luego nos iríamos a casa por caminos diferentes. Pero no. Mis labios chocaron de forma abrupta con los suyos. Estaba tan pasmado que ni siquiera me separé. Tampoco fue necesario, Ciel solo juntó nuestros labios unos segundos. Un choque insignificante que casi pensé había sido un accidente.

Mis ojos se movieron hacía el puesto de Alex. Tenía la cabeza girada hacia la ventana. Estaba muy erguido, y Jared tenía una mano sobre su hombro mientras me dirigía una mirada feroz. Todo estaba mal. Endemoniadamente mal.