Era una hermosa noche de invierno cuando una joven de cabellos azabache despierta debido a un terrible problema de insomnio que venía sufriendo desde hace ya cuatro semanas. Como no podía dormir decide levantarse e ir a caminar por el bosque, cuando se da cuenta que que el hanyou peli-plateado que los acompañaba y por el cual sentía un gran amor no se encontraba, lo que le pareció raro pero, cuando vio una de las serpientes caza almas de Kikyo decidió seguila aunque después de arrepentiría de haberlo hecho.
Después de un rato de haber seguido a la serpiente se encuentra con que su querido hanyou estaba junto con la miko de barro, abrazados.
Entonces la miko de barro se da cuenta de que no están solos y que quien también se encuentra allí es nada menos que su reencarnación, Kagome, entonces decide hacerla sufrir.-Inuyasha dime, tu me amas?- preguntó Kikyo sabiendo que Kagome se encontraba escondida detrás de un árbol escondiendo su olor y energía, escuchando todo.
-Pero que pregunta es esa Kikyo! CLARO QUE TE AMO, MAS QUE A NADIE EN EL MUNDO!- Respondía Inuyasha.
-Pero que hay de mi reencarnación? Acaso no la amas?- Volvió a preguntar Kikyo.
-Keh ¡ella sólo es un recolector de fragmentos. Una simple chiquilla a la que debo estar protegiendo siempre!- Respondía el hanyou.
-¿Pero que tu no dijiste que la amabas? O acaso eso era mentira?- Pregunto Kikyo con una sonrisa malévola dirigida hacia Kagome que es encontraba escuchando todo con lágrimas en sus ojos deseando que todo fuera una mentira y que le hanyou se retractara pero no fue así, por lo contrario, sólo aumentó su dolor.
-Si lo dije pero era una simple mentira para que así se quedara con migo y me ayudara a seguir recolectando los fragmentos. Ella nunca significó nada para mí.- Respondió muy seguro el peli-plateado.
Kagome ya no pudo soportar más y se alejó lo más rápido y silencioso posible. Pero al llegar a un lago no lo soporto más y se sentó en la raíz de un gran árbol a llorar, sin saber que un yokai frío de ojos dorados la estaba observando atentamente.
POV KAGOME
Maldito Inuyasha, como se atreve a jugar así con mis sentimientos, por un momento pensé que él me quería y pensar que yo me hacía iluciones de que después de derrotar a Naraku le confesaría mis sentimientos hacia él, le diría lo mucho que lo amaba, pero ahora me doy cuenta de que yo solo soy un juguete para él. Un juguete con el que puede hacer lo que quiere.
Ya no soportaba seguir escuchando lo que decía así que decidí retirarme con la poca calma y orgullo que tenia para cuando estar lo suficientemente lejos de ellos empezar a correr llorando sin rumbo hasta que llegue a un hermoso lago en donde me senté a llorar.-No! Inuyasha no se merece mis lágrimas, ya no lloraré más por él. Desde ahora dejaré de sufrir por su desprecio y si el no sabe apreciarme lo dejaré ser feliz con su "querida" Kikyo.- Dije mientras me levantaba del suelo para volver al campamento, ya que estaba por amanecer y no lo quiero preocupar.
Mientras me estaba retirando del lugar siento la presencia de Sesshomaru, por lo que supuse que habría escuchado todo lo que dije asi que le dije:-Perdóname Sesshomaru si te moleste con mi llanto no me di cuenta de tu presencia-
-Hmp- Fue lo único que recibí de él así que me dispuse a marcharme.
-Por cierto Sesshomaru mándale mis saludos a la pequeña Rin-
Pero lo que no me esperaba fue lo que dijo Sesshomaru después de eso.
-Miko...
CONTINUARA.
Bueno hasta aquí les dejo el primer capítulo. Es mi primer historia así que acepto cualquier tipo de comentario, ya sean buenos o malos.
PD: Los personajes no son míos si no de Rumiko-sama.
ESTÁS LEYENDO
Volver a empezar
FanfictionKagome se entera de la persona que decía amarla sólo la consideraba como "segunda opción" por lo que decide ya no ser la segunda opción ante nadie. Decide, entonces, dejar su grupo y volverse más fuerte. En el camino se encontrará con muchos amigos...