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YoonGi se masturbaba con flojera cuando unas manos le tomaron de las rodillas y él abrió las piernas, casi por inercia. SeokJin se ganó entre ellas y le miró la erección con su boca haciéndose agua.

—Haré algo, sólo si me prometes que no vas a rogar. ¿Vale?.

YoonGi asintió, sintiéndose como un mendigo. ¿A Jin le gustaba desesperarlo o era idea suya?.

—Tu boca callada, que no sea más que para gemir o engullir mi verga, ¿Vale?.

Volvió a asentir.

SeokJin puso una mano bajo sus caderas alzándola, luego una almohada y finalmente le abrió los muslos. Jamás se creyó hacerle un rimming a alguien, pero había una primera vez para todo.

Estiró las nalgas de YoonGi y se inclinó hasta la entrada, arremolinando la lengua encima de ese lugar. Le gustaba la sensación. Le gustaba hacer sentir bien a YoonGi. Escuchó unos gemidos roncos llenar el cuarto, su polla dio un salto encima de las sábanas y se dijo que si no se daba prisa se correría mucho antes de lo previsto. Puso mas fuerza en su labor, a tal grado que le dolió la mandíbula, sumergió su lengua en la entrada de YoonGi y se sintió bien cuando entró con ella.

YoonGi gimió alto.

SeokJin se enderezó, abriendo la botellita y poniendo una generosa cantidad de lubricante en sus dedos. Llevó la mano al culo de YoonGi, tocando la entrada con el dedo corazón y empujó suavemente dentro de él. YoonGi se arqueó. La sensación causándole un placer terrible, acompañado de dolor pero eso no le importó. Puso atención en el placer, nada más. Jin lo movió suavemente, entrando y saliendo, una y otra vez.

YoonGi le tocó los brazos para que el castaño lo mirara. Jin lucia tan hermoso como no había estado jamás, sus ojos gigantes, su pelo pegado a la frente con sudor y sus labios enrojecidos. Había prometido que no medigaria, pero cómo necesitaba un besito de esa cosa hermosa. Dirigió sus manos a su hombros, tiró de ellos y al instante Jin parecio comprender, escalando en la cama hasta que sus bocas quedaron juntas.

Gimió dentro del beso. La manera en que Jin movía sus rechonchos labios era agonizante, sabia como besarle de la manera precisa para mendigar por más. Le tomó de la espalda, aferrándose de sus omóplatos, Jin sacó su lengua de la boca de YoonGi para separarse unos milímetros.

—¿Otro?.

No sabia a qué se refería, si a otro beso o a otro dedo. Queria otro de ambos así que simplemente asintió. Jin volvió a inclinarse hasta que sus pechos se deslizaron juntos y sintió otro dedo, estirándolo y llenándolo aun mas. Se arqueó, sintiendo sus pezones ponerse duros y todo su cuerpo rendirse a las demandas de SeokJin. YoonGi lo besó con más hambre, su dientes mordisquearon suavemente la lengua de Jin, llenando su boca con su sabor. Dios. Podía pasar días enteros pegados a esa boca.

Sentía los dedos moverse dentro de él una y otra, vez. Saliendo, entrando hasta que se hicieron insuficientes. Gimió alto. Jin besándole el pecho con sus enrojecidos labios. Contrastaban bien con su piel. Le tomó el pelo, tirando suavemente de él y al instante tres dedos lo llenaron y no pudo evitar gemir. Los ojos de Jin se encontraron con los suyos. Su expresión llena de un salvajismo digno de un oponente apunto de atacar.

—Lo mejor viene ahora, bebé. —Dijo para acto seguido, besarle la barbilla de una forma sensual. YoonGi volvió a gemir, sintiéndose agitado como si ambos estuvieran en pleno sexo.

Empujaron fuertemente contra su punto dulce y sus ojos se llenaron de lágrimas, un trueno de placer atravesándole.

—Oh dios... —Gimió alto. Habían tocado su próstata antes, pero nunca se había sentido así, jamas. —Jin...

RoomatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora