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YoonGi escuchaba gemir como loca a esa perra mientras intentaba estudiar. Escuchaba los crujidos del sofá, los gruñidos tan sexys salir de la boca de SeokJin y si no fuera por los asquerosos gritillos de esa maldita él estaría masturbándose. Decidió que cerraría el cuaderno por esa noche. No todos tenían la maldita suerte de tener la cabeza de SeokJin que sin prestar atención le iba bien, él tenia que esforzarse el doble, pero por esa noche no podía.

Y es que YoonGi en su interior ocultaba un secreto pésimo y muy doloroso; le encantaban los chicos. Se encendía enormemente por su compañero de departamento pero no podía decir nada porque era algo que había descubierto hace poco. Hace poco, cuando miró por casi dos horas el cuerpo de SeokJin. Era perfecto por donde se le viese. Sus piernas, su culo, su pecho bien formado y duro, sus hombros amplios y fuertes y lo mejor de todo, su polla. Su enorme, erguida y dura polla.

Se pasó ambas manos por la cara del sólo imaginar la cara de SeokJin si pudiera escuchar sus pensamientos. Lo vergonzoso que seria para él explicarle que formaba parte de sus mas intimas fantasías, como que le gustaba el sexo duro, pero seguía siendo virgen de culo. Maldita sea.

YoonGi quería follar, quería ser follado por su compañero de cuarto pero eso no sucedería ni en mil años. Veía la mirada de SeokJin aflorar cuando hablaban de chicas, cuando se expresaba a sí mismo como hetero y le picaba tanto como le molestaba.

En un primer inicio, le había costado aceptarlo. Sentirse atraído por su mejor amigo hombre no era fácil, sobre todo eso de sentir querer que te la metieran. Pero quería esa polla con tantas ganas. Sentía un hambre voraz por el cuerpo de SeokJin y lo bueno del asunto era que sólo se detenía ahí. Sólo quería una follada.

Aveces pensaba en un plan. Una manera de cogérselo sin que eso perturbara su amistad, pero muchas de esas veces el plan no resultaba. SeokJin era demasiado bruto, duro. Así que se rindió y se desnudó antes de meterse a la cama. Quería gemir tanto como la chica en la sala, montar esa polla y entonces tuvo una idea.

Salio de la cama sigilosamente y se acercó a la puerta. Tomó el pestillo y sigilosamente empujó hacia dentro abriendo la puerta. A pesar de la oscuridad absoluta, veía la espalda de la chica, las manos de Jin en el culo de ella mientras la subía y la bajaba de su brillante polla cubierta por un condón. Se mordió el labio, instintivamente llevándose la mano a su miembro flácido y acariciándolo de arriba a abajo, muy lentamente, enviando corrientes eléctricas suaves por toda su columna.

La chica lo montaba mas rápido mientras oía los chasquidos de los besos furiosos que ambos compartían. YoonGi imaginó que debía sentirse de maravilla. La resistencia de Jin era otra cosa que debía sentirse como los cielos, llevaban más de 20 minutos follando sin parar, no podía nisiquiera imaginar como seria collar veinte minutos con ese semental de alto calibre.

Que perra se estaba poniendo.

Cerró la puerta y apoyó la frente en ella mientras jadeaba. Duro como una roca, se puso de rodillas y tiró de su polla tan fuerte como pudo, vio el liquido pre-semial salir y continuó con la paja rápida.

La mano suya propia le llevó rápidamente a un orgasmo fuerte, que estremeció todo su cuerpo mientras eyaculaba contra el piso sin detener las rápidas pajas. Cuando su cuerpo dejó de tener débiles espasmos como consecuencia del orgasmo, se puso de pié y limpio su desastre.

Estaba tan, tan jodido.

(...)


—¡Me encantan estos viajes en familia!. —Celebró Tae, YoonGi lo miró a medida que el moreno cargaba sus maletas hacia la estación de tren. —Son tan... recreativas.

—Una mierda. —Gruñó YoonGi.

Al poco rato de estar ellos solos, comenzaron a llegar los demas. Jungkook acompañado de Jimin con una mochila simplemente y el otro cachetoncito con una maleta mediana.

Habían comenzado las vacaciones de invierno y ellos llevaban planeado ir a pasarlas a lo alto de la montaña desde hace mucho atrás. La familia de Jungkook tenía unas carpas que amablemente se las prestaron, todos quisieron ir más para pasar un rato como amigos que como para relajarse. El YoonGi del pasado pensaría que era una pésima idea, que prefería quedarse escribiendo algo pero ahora sí quería ir. Necesitaba despejar la mente y qué mejor que las montañas.

Una gran aventura les aguardaba y para su suerte el tren iba tarde porque SeokJin aún no había aparecido. YoonGi no había hablado con él desde que lo pilló cogiéndose a su novia en el sofá. El castaño había intentado acercarse a él varias veces pero no conseguía respuesta por parte del pálido. No podía dirigirle palabra. A pesar de las millones de pajas en su nombre, esta vez era diferente, el porqué no lo sabia muy bien.

—¿YoonGi?. —El pálido reaccionó parpadeando repetidas veces. Miró a Jimin y a su inocente carita. —¿Estas bien?.

Asintió.

—El tren va bastante tarde. —Dijo Jungkook mirando el reloj de su muñeca. —¿Y donde mierda está Jin?.

—Quedó cogiéndose a su novia. —Respondió YoonGi amargamente casi sin darse cuenta. —Parecen conejos.

—¿Yoonie esta celosito?. —Dijo Tae picándole una costilla. YoonGi se cruzó de brazos.

—No estoy celoso, vete a la mierda.

Bueno, la verdad era que sí, celaba de una manera estúpida a esa chica de mierda. Muy bonita y todo pero le tenía celos.

La gente comenzaba a agetrearse en la estación y él miró la hora en su móvil. Supo que estaba jodido porque el tren llegó a la estación unos minutos mas tardes y SeokJin aún no aparecía. Bien, al menos no tendría que preocuparse por él en unos cuatro días. Eso le alegraba.

Las puertas se abrieron y los cuatro tomaron sus maletas subiendo junto con las pocas personas que tomaban ese recorrido. Para su suerte, ese era un tren elegante, habían pagado por unos asientos de mediana calidad así que irían bien acomodados. Subieron las maletas y los bolsos al portaequipaje de encima. Jungkook y Jimin irían juntos, Jin iría con YoonGi y Tae sólo, así que lo sentaron en medio para ir hablando con él de vez en cuando.

YoonGi se ubicó en su lugar y sacó su reproductor junto con sus auriculares mientras miraba por la ventana a la gente coreana en general. Se dijo que disfrutaría al máximo sus vacaciones no importaba qué. Puso una canción de rap, de esas que tanto le gustaban a él, cerró los ojos, y desplegó la cortina para cubrirse de la luz, dormiría hasta el final del viaje o eso se dijo.

El tren hizo su rechinido. Lo notó por la manera en que los asientos vibraron y luego partió, moviéndose lentamente. Cerró sus ojos y se relajó en el asunto.

Estaba apunto de quedarse dormido cuando un familiar aroma masculino a chocolate hizo acto de presencia. Abrió los ojos y vio a un SeokJin jadeante, con el pelo desordenado y un poco rojo sentado a su lado, se quitó un auricular.

—Lo siento por llegar tarde, no podía encontrarlos. —Dijo y luego sonrió. YoonGi tragó duro. —¿Todo bien?.

YoonGi bajó la mirada a la vez que sentía su pulso ir como un animal desbocado.

RoomatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora