Capítulo 22

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Tres días después

   Mis piernas empezaron a temblar mientras sentía mis ojos cristalizarse y mi visión empañarse al ver a la persona en frente de mi.

   Imposible, ¿como?

   —¿Qué haces aquí? –pregunté con mi voz temblando

   —Vine a cumplir mi trabajo -dijo él.

...

Tres horas antes

...

   Miré a Evans como si me hubiera dicho que el látigo de
Izzy no fue principalmente de Charlotte Branwell

   —¿De que rayos hablas? –inquiri

   —Nada, olvídalo

   Ya era jueves, gracias a Dios mañana es fin de semana y puedo descansar, mi hermano y yo estábamos hablando y pasando el rato en mi habitación pero Evans últimamente anda extraño y papá también, de hecho, Javier también anda muy extraño.

   ¿Qué les sucede?

   Evans me preguntaba si tenia visitas o un amigo con el cual verme, pero no

   —Relajate, ¿quieres? De igual forma ¿por qué se comportan todos así?

   —Tranquila, no es nada –respondió y se levantó de la cama.

   Lo que no se esperaba es que el viejo perro toby estuviera al pie de esta y lo hiciera caer de cara al suelo.

   —Toby, ¿estas bien? -pregunte al perro y el solo ladro en respuesta asegurándome que estaba perfecto

   —Claro, preguntale al perro -dijo evans tirado aun en el suelo -oye... ¿Qué es esto? -y el sonido de metal arrastrándose por el suelo inundo la habitación

   La caja

   —No abras eso! -grite exaltada arrebatándole la caja de galletas de las manos antes de que la abriera.

   Me miró con los ojos abiertos, sorprendido por mi exagerada (pero justificada) reacción

   —Lo siento

Mi corazón estaba a mil por hora, no se que habría pasado si él hubiera abierto la maldita caja y hubiera visto eso

   —¿Qué es tan importante que tienes ahí? -preguntó entrecerrando los ojos.

   —Nada -solo el origen de mis males y la razón por la que algún día pueda acabar en prisión -es solo una vieja caja con cosas

   —Hay muchas cosas a las que le tienes aprecio -dijo el de repente -esa caja -yo detesto esta caja -esa extraña pulsera de dijes con un cuchillo, ese collar que siempre traes puesto, debe haber una fascinante historia detrás de todas esas cosas.

   —Supongo

   —¿Podrías contarme por lo menos una sola? ¿O dos?

   Lo miré resignada.

   —Bien, este collar -apunte a la prenda que tenia un hermoso dije de un corazón -me lo regalo un chico muy importante para mi cuando tenia seis años, él el día antes de que me llevaran a ese orfanato me prometió volvernos a ver, pero hasta ahora ya nunca he visto su rostro -abrio los ojos sorprendido

   — esto -dije sacando la piedrecilla rosada brillante de la maldita caja de galletas -me lo dio un chico desconocido el día de mi cumpleaños numero diez después de que lo choque en una carrera por el muelle de mi antigua ciudad, nunca supe quien demonios era ese chico, pero por alguna razón la conservé, me gusto mucho.

   Ahora él frunció ceño

   —¿oye qué? -dijo aun con sus cejas juntas -¿un niño desconocido en un muelle? ¿Lo chocaste en una carrera?

   —aja

   —Oye... De casualidad el día que ese niño te dio eso, ¿no había otro niño contigo? ¿Que estaba contigo en esa carrera, quizá?

   Ahora yo frunci el ceño

   —¿cómo sabes eso?

   —Imposible -murmuró

   —¿Qué? -pregunté confundida

   —¡Charly yo te di esa piedra! ¡Estaba en esa ciudad cuando tenia once junto con mamá, papá y kimberly cuando eso pasó! Había encontrado esa piedrita en el muelle y pensé en dársela a kimberly, pero una niña chocó conmigo y yo se la regalé

   Sentí que mis ojos se salían de sus orbitas

   —No puede ser -dije sonriendo

-quien lo diría -dijo mostrándome su blanca dentadura

   —¡Charly! ¡Hay alguien que te esta buscando! -gritó la voz de papá en la planta baja

   —¡Voy! -grite yo de vuelta.

Tome la piedrecilla y la guarde en esa horrorosa caja y la escondí de nuevo debajo de mi cama.

   Noté a Evans tenso

   —Voy contigo

   —Bien

   Bajamos juntos las escaleras y llegamos a la sala.

   Allí estaba papá junto con un chico de quizá veinte o diecinueve años, castaño, de ojos miel y con una musculatura casi perfecta, he de admitir que es ardiente

   —¿Me busca?

   —Hola -dijo el chico cuyo nombre no sabia

   —Hola, ¿te conozco? -le pregunte con una sonrisa para no sonar grosera, no tengo idea de quién es

   El río leve, una risa ronca que hizo algo erizarse en mi.

   —Así que después de todo Rompiste tu promesa -dijo él.

   Frunci el ceño y todos en la sala igual

   —No sé de que hablas

   —Prometiste que no me olvidarías, princesa

En el presente

   Evans y papá nos miraron atónitos sin entender lo que pasaba

   —No entiendo ¿quién rayos eres tu? -pregunto papá empezándose a molestar.

   Sus ojos también se llenaron de una fina capa húmeda

   —¡matthew! -exclame y corrí a sus brazos

   Él me acepto sin titubear y me apretó contra su cuerpo como aquella ultima noche que lo vi, como si tratara de unir nuestros cuerpos en uno solo

   —Principe solloze tan feliz por volverlo a ver

   —Mi princesita -dijo este sobre mi cabello -te extrañé tanto, tanto, tanto...

   Me dejé llevar por el calor de sus brazos en aquel momento, y me sentí como si ningún problema estuviera acechándome desde las sombras dispuesto a atacarme, solo me deje envolver entre sus brazos, como si fuera una niña otra vez...

Kimberly

   Me senté en el escritorio de papá y busque en sus cajones, hasta que encontré lo que buscaba, saqué la carpeta blanca de su lugar y me dispuse a leerla toda

   Nunca se sabe cuando se pueda necesitar tan valiosa información

   —Así que Aline Fernández -murmure con una sonrisa leyendo esa carpeta que me abrirá tantas puertas contra aquella intrusa.

   Nadie me quita lo que es mio

Adoptada: Aline (ALHDE #2)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora