Conquistando a mi Luna [TERMINADA]

V

Llegamos al lugar y el se puso serio de pronto.

-Marina.- digo serio de repente.-¿Crees en las criaturas sobrenaturales?- preguntó mirándome a los ojos.

-Bueno...- dije mirando al suelo.- Si creo en los fantasmas así que...

-¿Fantasmas?- dijo un poco confundido.

-Si...- dije susurrando.

-Bueno, ¿le tendrías miedo a un hombre lobo?

-Depende en que contexto lo conozca.

-Entonces mira esto.- dijo en el bosque.

Vi que se quitaba la ropa y yo me tapé los ojos.

-¡Caleb!- dije avergonzada.

-Bueno no eso exactamente pero aprovecha la vista.- dijo engreído.

Oí como unos huesos crujian y me asusté, miré hacía el frente y vi al mismo lobo que le dí mimos un día.

Sabía perfectamente que ese era Caleb, sabía perfectamente ahora que el es un hombre lobo.

Pero no me dio miedo.

Me senté en la grama y empecé a acariciar la panza lobuna de Caleb.

No sabes cuanto disfruto esto.

-Sabes, te diré algo, me la paso en wattpad leyendo historias de alfas y sus mates.

¿Entonces esto no es nuevo para ti?

-No, sólo falta la falte cliché de la historia.

¿Parte cliché?

-Si, que yo sea la mate de un Alfa altamente posesivo y celoso.- solté una risita.

Caleb se quitó de mi regazo y me miró con ojos bastante penetrantes.

Bueno Marina... yo soy un Alfa, y créeme que seré muy celoso y posesivo contigo.

Mis ojos se abrieron como platos al saber eso, ¿Encerio está será la típica historia cliché? Al parecer si...

Me tiré acosté en el suelo rendida y Caleb se puso encima de mi lamiendome la cara haciéndome reír.

Vivir una historia cliché no es tan malo, ahora, a menos que quieres verme desnudo antes de tiempo,  tapate los ojos.

Obedecí y unos minutos después ya tenía de vuelta al Caleb en su forma humana.

Me tomó de la mano y caminamos de vuelta a casa, ahora sabiendo la verdad de Caleb.

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Entré a mi casa y me dio directamente a mi cuarto, mi cabeza estaba empezando a pulsar un poco, lo que para mí significa la advertencia de una futura migraña.

Me lavo los dientes y me pongo la pijama, lista me voy a dormir.

Doy vueltas en la cama por lo que parecen horas, el dolor de cabeza no me dará truhua hoy.

Bajo a la cocina y tomó una pastilla para el dolor, vuelvo a mi cuarto y me siento en el pequeño sillón.

-No creo que quieras seguir en esta posición.- dijo una voz conocida.

Me paré de un salto provocando que mi cabeza duela,  la tomo entre  mis manos y cuando se pasa subo la mirada para ver quien es.

Caleb está sentado en mi sillón mirándome.

-¿Qué haces aquí?- digo cansada.

-Sentí tu dolor de cabeza y vine a verte.

-¿Somos mates cierto?- pregunté confundiendolo, a lo cual el sólo se limitó a asentir.

Le tomé de los brazos abrazándolo y me tiré a la cama con el.

El me abrazo y me empezó a acariciar el pelo mientras yo sentía que mi dolor disminuía por la pastilla y por sus mimos.

Me quedé dormida rápidamente sabiendo que los probable era de que el ya no estaría ahí para cuando yo despertara.

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Me desperté y sentí como mi cara estaba pegada a un torso fuerte.

Me moví hacia atrás pero sentí como unos brazos me apegaban más a su cuerpo.

Recordé lo que hice anoche, algo realmente loco, básicamente había invitado a Caleb a dormir en mi cama.

El abrió los ojos y los dos chocamos miradas.

El sonrió y me empezó a acariciar mi cabello, mimo el cual es mi debilidad.

-Me encantó dormir contigo.- dijo poniendo su cabeza en mi hombro empezando a olerme.

Con una mano libre tomé mi teléfono de la mesita de noche y ví la hora.

7:00

Volví a colocar mi teléfono en la mesilla y me revolví entre los brazos de Caleb, ya que hoy era sábado.

Me dí el gusto de disfrutar un poco más de estos brazos.

-Supongo que no es tan malo ser mate de un Alfa engreído.- dije sacándole una sonrisa que me llegó hasta el alma.