Capítulo 10

920 41 0
                                    

Al final Alan consiguió lo que quería y ahora está dormido en mi cama. Estoy tan nerviosa que no consigo dormirme.

No sé en qué momento de la noche me dormí, pero me encuentro con la cabeza apoyada en el pecho de Alan, rodeada por un brazo suyo. A decir verdad, me encanta estar así, se está muy bien. Levanto un poco la cabeza y me doy cuenta de que está despierto.

- Buenos días preciosa.

- Buenos días.

Sin previo aviso me da un pico y se levanta de la cama.

- Ahora vuelvo, voy a mear.

Cuando sale hago la croqueta por mi cama hasta llegar a la mesita de luz, dónde agarro el teléfono y veo que son las diez de la mañana, suerte que hoy es sábado, pero también me doy cuenta de que tengo un montón de llamadas pérdidas por parte de mi hermana.

Conversación por WhatsApp

10:05 - Ada: Buenos días hermana. A qué se deben tantas llamadas por tu parte ?
✓✓

10:06 - Susanita: Buenos días enana. Necesito que te pases por mi casa ésta noche para cenar, tengo que contarte una cosa.
✓✓

10:07 - Ada: De acuerdo. Me pasaré sobre las ocho.

10:08 - Susanita: Perfecto, después nos vemos.

Conversación finalizada

Cuando dejo el teléfono sobre la mesita, me doy cuenta de que Alan me está mirando con cara de pocos amigos.

- Con quien hablabas ?

Me lo quedo mirando sería, de verdad me va a venir a hablar así, no sabe con quién se está metiendo.

- Con uno con el que me acuesto de vez en cuando.

Veo que aprieta la mandíbula y los puños fuertemente.

- No me hace mi una pizca de gracia.

- Si no lo he dicho para que te rías.

- Así que con esas quieres jugar ?

Se acerca peligrosamente a mi, intento moverme, pero me coge de los tobillos impidiendo que me pueda mover.

- No tienes escapatoria.

Lentamente se pone encima de mi, quedando cara a cara.
Con su nariz empieza a recorrerme desde la clavícula hasta llegar a mi cuello donde lentamente va subiendo hasta llegar a la mandíbula y después queda con su cara detrás de mí oreja, dónde deja un pequeño beso detrás de ella, para después volver a posicionarse delante de mi, cara a cara.

- Eres preciosa, lo sabía ?

No estoy acostumbrada a que me digan ese tipo de cosas, por lo que me sonrojo.

- No mientas.

- Yo nunca miento.

Acerca su cara hasta la mia, dejando unos milímetros de separación entre su boca y la mía.

- Si no quieres que lo haga dimelo y me separo.

Sé que debería de pensar la respuesta, pero mi yo espontáneo responde.

- Bésame.

Y sin pensárselo me besa.

La edad no importa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora