Me despierto y veo que Alan sigue durmiendo, por lo que decido levantarme e ir a ducharme.
Salgo del lavado solamente vestida con u a camiseta que me llega un poco más abajo de mi trasero y una braga.
Cómo son casi las diez de la mañana, decido ir a la cocina a preparar el desayuno.
Hago dos tazas de café y preparo unas tostadas, pero me doy cuenta de que no le he puesto azúcar al café, por lo que abro el armario y localizo el pote de azúcar arriba del todo. En qué momento lo puse ahí? En fin, me pongo de puntillas y alargo la mano para intentar alcanzarlo, pero de repente siento como alguien apoya una mano en mi cintura y otra agarra el pote de azúcar. Antes de separarse de mí y dejarme dar la vuelta me da un pequeño beso en el cuello a la vez que le da un apretón a mi culo.
- Gracias.
- No hay de que. Oh, has preparado café, me encanta.
Se sienta en la mesa de la cocina y le paso el café y pongo el plato con las tostadas en medio.
- Sentiste algo cuando viste a Sebastián ?
Me atraganto con un cacho de tostada, no me esperaba que me preguntara eso.
- Haber, aparte de que fue mi novio, también fue un amigo. Pero si te refieres a que si cuando lo vi, sentí mariposas o me puse nerviosa, no, no sentí nada de eso. Cuando lo vi, fue como si me hubiese reencontrado con un viejo amigo.
No dice nada a lo largo del desayuno. Termino de desayunar y recogo mis cosas y las dejo dentro del lavavajillas. Me pongo al lado de Alan y se retira un poco con la silla hacia atrás. Me siento en sus piernas y lo rodeo con mis brazos.
Le empiezo a dar pequeños besos en la barbilla hasta llegar a sus labios, pero antes de que intente profundizar el beso me separo.
- Hey, a que viene eso?
- Me dirás qué te pasa?
- No me pasa nada.
- Venga ya, mientes muy mal. Dime qué te pasa, porque yo no te he hecho nada.
- Tengo miedo.
Me preocupo, miedo de qué?
- Tengo miedo que ahora con la llegada de tu amigo, no se, te olvides de mi. El es un hombre y yo soy un chaval, joder, lo preferirías a él en vez de a mi si te pidiera algo más, ya me entiendes.
- Primero de todo, yo no te olvidaría nunca. Segundo, eres un hombre. - le sonrío pícaramente - Y tercero, te elegiría a ti mil veces en vez de a cualquiera.
- Joder, te quiero.
Me empieza a besar y yo feliz de la vida le sigo el beso.
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La edad no importa?
RomanceLa edad no importa hasta que te enamoras de un chico 10 años menor que tú. Ada es una mujer de 28 años, dueña de una importante cadena de hoteles construidos en diferentes países. Ada es alegre, divertida, un poco dramática, pero ama incondicionalme...