Capítulo 18

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Me despierto y veo que Alan sigue durmiendo, por lo que decido levantarme e ir a ducharme.

Salgo del lavado solamente vestida con u a camiseta que me llega un poco más abajo de mi trasero y una braga.

Cómo son casi las diez de la mañana, decido ir a la cocina a preparar el desayuno.

Hago dos tazas de café y preparo unas tostadas, pero me doy cuenta de que no le he puesto azúcar al café, por lo que abro el armario y localizo el pote de azúcar arriba del todo. En qué momento lo puse ahí? En fin, me pongo de puntillas y alargo la mano para intentar alcanzarlo, pero de repente siento como alguien apoya una mano en mi cintura y otra agarra el pote de azúcar. Antes de separarse de mí y dejarme dar la vuelta me da un pequeño beso en el cuello a la vez que le da un apretón a mi culo.

- Gracias.

- No hay de que. Oh, has preparado café, me encanta.

Se sienta en la mesa de la cocina y le paso el café y pongo el plato con las tostadas en medio.

- Sentiste algo cuando viste a Sebastián ?

Me atraganto con un cacho de tostada, no me esperaba que me preguntara eso.

- Haber, aparte de que fue mi novio, también fue un amigo. Pero si te refieres a que si cuando lo vi, sentí mariposas o me puse nerviosa, no, no sentí nada de eso. Cuando lo vi, fue como si me hubiese reencontrado con un viejo amigo.

No dice nada a lo largo del desayuno. Termino de desayunar y recogo mis cosas y las dejo dentro del lavavajillas. Me pongo al lado de Alan y se retira un poco con la silla hacia atrás. Me siento en sus piernas y lo rodeo con mis brazos.

Le empiezo a dar pequeños besos en la barbilla hasta llegar a sus labios, pero antes de que intente profundizar el beso me separo.

- Hey, a que viene eso?

- Me dirás qué te pasa?

- No me pasa nada.

- Venga ya, mientes muy mal. Dime qué te pasa, porque yo no te he hecho nada.

- Tengo miedo.

Me preocupo, miedo de qué?

- Tengo miedo que ahora con la llegada de tu amigo, no se, te olvides de mi. El es un hombre y yo soy un chaval, joder, lo preferirías a él en vez de a mi si te pidiera algo más, ya me entiendes.

- Primero de todo, yo no te olvidaría nunca. Segundo, eres un hombre. - le sonrío pícaramente - Y tercero, te elegiría a ti mil veces en vez de a cualquiera.

- Joder, te quiero.

Me empieza a besar y yo feliz de la vida le sigo el beso.

La edad no importa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora