Moondust → Katie Holt (#VoltronAwards18)

ii. 'BLUE LION'

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capítulo dos:
"BLUE LION"

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        Alexander se estiró en el sofá, haciendo así que su espalda tronase y se sintiese por completo a gusto. Habían sucedido tantas cosas en un abrir y cerrar de ojos que al menos merecía un mínimo de descanso. Cuándo dijo sobre ayudar a Shiro, sus otros tres acompañantes no dudaron ni un segundo en seguirle la corriente, claro, hasta que alguien les ganó. Solamente oyó hablar sobre Keith Kogane gracias a su mejor amigo y, en ocasiones, uno que otro profesor del Cuartel Galáctico soltaba comentarios sobre el chico cuándo se encontraba con otro profesor.

Sorpresa para Alexander fue cuándo captó que el tal Keith fue quién hizo la distracción para los guardias con unos explosivos a la lejanía de dónde había caído la nave que trasladaba a Shiro. Mientras corrían, debido a que Lance se lanzó con tal de que Keith no le llevase la delantera, Alexander se quedó al paso de Pidge para explicarle quién era Keith; el de rulos no poseía mucha información pero lo poco que tenía pareció servirle al chico de lentes.

—Hey. —Había hablado Alexander ante la disputa que estaba ocurriendo frente suya.— No hay tiempo para discutir, tenemos que irnos antes de que ellos vuelvan.

Sus palabras parecieron que activaron algo tanto en Keith como Lance, ambos se complementaron para ayudar a Shiro y salir del lugar en dónde lo mantenían prisionero. Por otro lado, Alexander prefirió mantenerse detrás de ellos, si llegaba algún guardia o los que Keith noqueó volvían a despertar, al menos él ya se encontraba alerta para proteger a los otros y darles tiempo de que huyan.      

Para cuándo salieron los del cuartel ya se habían dado cuenta de la distracción y se dirigían a dónde ellos se encontraban. Suerte que tenían la nave de Keith, quién a pesar de no decir nada dejó que se subiesen, pero también mala suerte debido a que la nave era pequeña y ellos —sumando a Shiro que no se encontraba para nada bien— resultaron ser seis y con todo ese peso Alexander dudaba que la nave resistiese. 

—¡Alex! —Le chilló Pidge por detrás cuándo notó que el de rulos no se había subido a la nave, sino que aún en tierra firme se mantenía. Sin embargo, todos se callaron de golpe cuándo el de rulos sacó un arma que mantenía escondida debajo de su camisa y enganchada sus pantalones.

Frente suya apuntó, específicamente al suelo, y pequeñas explosiones ocurrieron allí haciendo que los autos se desviasen por completo al igual que las motos. De esa forma le darían más tiempo a ellos para poder acomodarse en la nave y huir.

—¡Bro! ¿De dónde sacaste eso?

—De uno de los guardias. —Respondió Alexander, encogiendo ambos hombros y subiéndose en la nave, entre medio de Pidge y Hunk.