2. Secretos, promesa, una apuesta y celos

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Es curioso como suceden las cosas y como en algunas ocasiones la misma vida te da advertencias de lo que puede suceder en el futuro... No me puse a pensar que la misma situación se podía llegar a repetir; estaba confiando de que nadie haría algo para lastimarte o herirte. Debí haberme dado cuenta de que debía decirte la verdad yo mismo y no esperar a que por error o accidente escucharas quien eres realmente...

20 de diciembre, 1989

El día anterior Severus había permitido que Harry se quedara a dormir en casa de los Malfoy. Nunca lo dejaba pero después de mucha insistencia por parte de Harry y Draco termino aceptando, aun le sorprendía lo bien que ahora se llevaban luego de que casi no se soportaran cuando eran más pequeños; tal parecía que después de que Zabini desapareciera de sus vidas, ellos estrecharon lazos, eso le hizo feliz pues le agradaba la idea de que Harry tuviera un amigo con el que pasara el tiempo y que ese amigo fuera hijo de sus amigos quienes le ayudaban ocultando la existencia del último de los Potter.

Sin embargo, justo ahora Severus caminaba impaciente de un lado a otro en la sala de su casa, pues se suponía que Harry debía haber llegado hace más de dos horas. Había llamado a Lucius por red flú pero no había nadie que le contestaba, también había intentado entrar por la chimenea pero estaba bloqueada, algo andaba mal y él solo se podía morder las uñas en signo de desesperación.

Cuando la tarde ya estaba cayendo, por fin apareció Lucius atravesando por vía red flú, traía una cara que le decía que algo malo había pasado.

— ¿Dónde está? –Solo pudo decir eso al ver que Lucius no decía nada.

— No sabemos... Tampoco encontramos a Draco –Severus se dejó caer en el sofá llevándose las manos a la cabeza y por un momento pensó que se trataba de una pesadilla- Los hemos estado buscado desde que amaneció.

— ¿Por qué no me dijeron antes? –Su voz sonaba amortiguada al tener el rostro oculto entre sus brazos- Estuve todo el maldito día esperando a que Harry llegara y cuando no apareció trate de comunicarme con ustedes y solo decidieron ocultarme esto... ¡Maldita sea, Lucius, se trata de mi hijo!

— Tampoco estábamos en casa, estuvimos buscándolos porque mi hijo también ha desaparecido –Ambos hombres se sostuvieron la mirada retándose en silencio, ninguno flaqueaba y en los dos se notaba la preocupación y la desesperación por no encontrar a los niños.

— ¿Al menos tienen idea de donde pudo haber ido? –Dijo finalmente Severus tratando de no matar a su amigo en ese mismo instante.

— Dobby dice que la última vez que los vio iban de camino a la cocina, que trato de que se quedaran en su habitación pero que ellos querían ir por su cuenta –Lucius hizo una pausa en donde miro a Severus para después continuar- Al parecer anduvieron vagando por la casa ya que otros elfos también los vieron... Me preocupa un poco que...

— ¿Qué?... No me digas que aun conservas en las mazmorras todos esos objetos de tortura de tu padre –Se comenzó a alarmar de solo imaginarse a Harry o a Draco jugando en ese lugar.

— ¡No! –Se apresuró a contestar, quitando un poco de preocupación de los hombros de Severus- Pero Narcisa y yo estuvimos platicando acerca de los orígenes de Harry.

Silencio. Severus se quedó en silencio pasándole un millón de cosas por la mente, si Harry llegó a escuchar aquella conversación estaba realmente seguro que Harry esta vez entendería muy bien de lo que hablaban, no como aquella vez hace cuatro años en la que Zabini le llamo "recogido" y él no supo lo que significaba aquello. Seguramente se sintió herido, engañado y que buscaría la forma de aclarar su mente. La pregunta era donde buscar a Harry que, muy probablemente se encontraba con Draco.

Papá por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora