4. Círculo de mentiras, verdades y traición

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24 de junio de 1994
Tercera prueba del torneo de los tres magos.

Luego de que los cuatro competidores ingresaran al laberinto, Snape y Dumbledore se alejaron del campo de quidittch para tener un poco más de privacidad, pues supuestamente Severus tenía noticias.

— ¿Y bien? –Murmuro Dumbledore.

— La marca de Karkarov también se ha oscurecido. Esta aterrado, teme una venganza, usted sabe cuanta ayuda brindó al Ministerio después de que el Señor Oscuro cayera –Snape miro de reojo el perfil de nariz ganchuda de Dumbledore- Karkarov huirá si la marca comienza a quemar.

— ¿Lo hará? –Pregunto Dumbledore suavemente mientras daba una mirada a la entrada al campo de quidditch, estaban lo suficientemente alejados como para ser vistos u oídos- ¿Y tú te sientes tentado a irte con él?

— ¿Lo dice en serio? –Snape reprimió las ganas de lanzar una risa sarcástica- ni a punta de varita huiría, ¿qué clase de padre sería si abandono a mi hijo? No soy tan cobarde.

— No –Concordó Dumbledore- Sabes, nunca me he arrepentido de haber dejado a Harry a tu cuidado. Eres un hombre mucho más valiente que Igor Karkarov... -Snape lo miro con cara de estar herido por tal comparación.

— Por cierto –Snape carraspeo la garganta cambiando de tema- Cuando el Señor Oscuro vuelva, Harry no podrá quedarse conmigo, será muy peligroso si lo hace. Cuento con usted y con Black para ello.

— También lo he pensado, Severus –Dijo con gesto adusto- Y si ya lo has planeado así entonces no tengo que preocuparme.

— Confió en que ustedes lo mantendrán a salvo por mí... Será lo mejor –Dijo como queriendo convencerse a sí mismo.

El regreso del Señor Tenebroso era inevitable, él estaba más cerca de lo que quería admitir. La marca en mi brazo adquiriendo mayor tonalidad a cada momento me lo confirmaba; por lo que mi misión tendría que comenzar lo antes posible. Estaba preparado porque durante esos años trabaje por fortalecer mi mente y evitar que el Señor Tenebroso viera lo más preciado que tengo, aquello que he cuidado y protegido durante tantos años y que ahora más que nunca debía proteger.

Ese año soporte verte en situaciones que casi me provocaban un infarto y que con mucho esfuerzo logre mantenerme a raya. Esa noche por fin se acabaría toda esa locura de torneo que se le ocurrió a Dumbledore y que no hizo más que meterte en problemas. Por una parte me sentía tranquilo porque después de la última prueba regresarías a casa sano y salvo... Estaba muy equivocado.

— No puede ser... -La marca en él brazo de Snape comenzó a arder como si quemara. La sentía moverse dolorosamente y él mejor que nadie sabía lo que eso significaba.

Severus caminaba de regreso luego de haber platicado con Dumbledore. Quería cerciorarse de que Harry regresara a salvo, no le importaba si ganaba la ridícula copa, él solo quería verlo en una sola pieza. Pero al sentir el llamado del Señor Tenebroso, comenzó a sudar frio. No lo pensó mucho y emprendió una carrera hasta los campos de quidditch. Ya después pensaría en que decirle a Voldemort por no haber acudido, lo más importante en ese momento era avisarle a Dumbledores y después poner a salvo a Harry.

Cuando llego a las gradas, vio perfectamente cuando Harry apareció junto a ese chico Cedric y la copa. Todos comenzaron a aplaudir y a vitorear porque Hogwarts no solo tenía la copa sino que también dos campeones. Sin embargo, Snape se dio cuenta de que algo andaba mal. Harry se aferraba a Cedric y su cuerpo estaba temblando. Lo sabía... Ese maldito lastimo a su Harry.

El primero en acercarse a ellos fue Dumbledore y luego el caos se desato. Algunos gritaron por el impacto de ver que Cedric había muerto y otros más quisieron salir corriendo presas del pánico. Snape por su parte se acercó a paso lento esquivando gente con el corazón en la mano.

Papá por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora