El Vampiro y el Alfa

Un Nuevo Viaje

ISABELLA

-¡Tranquila Sarah, te juro que no vas a morir así! - las lágrimas ya resbalaban por mis mejillas y me era imposible pararlas. ¿Hasta que punto hemos llegado para merecer esto? La ciudad estaba en un caos total, no había manera de pasar por ningún lado sin encontrarme con gente corriendo y gritando siendo evacuada por El Consejo, solo espero que en el hospital todavía quede gente que pueda ayudar o incluso de los nuestros que sepan sanar heridas como las de Sarah. Intenté llamar a Matt y los demás pero ninguno respondía las llamadas, siempre saltaba el buzón de voz y eso solo conseguía agobiarme aún más, tengo que contarles lo que esta pasando, no podemos quedarnos aquí por mucho más tiempo. Con mis manos limpie las nuevas lágrimas que querían salir de mis ojos y pisé el acelerador al máximo para llegar lo más deprisa posible. Al llegar a la puerta no me importó para nada dejar el coche en medio de la entrada impidiendo el paso de algunas personas, salí del coche tan rápido como mis fuerzas y piernas me permitieron, abrí la puerta de atrás y volví a usar los conjuros que usé antes para llevar a Sarah al coche, coloqué su brazo alrededor de mis hombros, su herida estaba cada vez sangrando más y el torniquete que le hice en mi casa no esta funcionando correctamente - ¡Por favor que alguien me ayude! ¡Por favor! ¡Necesito ayuda urgentemente!

Como suponía todo el hospital estaba colapsado, nada más entrar por la puerta me llegó un olor a medicina y sangre, esto no podía ser bueno. Unos cuantos hombres y mujeres vestidos de médicos y enfermeras andaban de aquí para allá llevando camillas y aparatos los cuales no sabía muy bien para que servían 

-¡Por favor que alguien me ayude de una vez, la hija de Tom Walker está gravemente herida! - al decir el nombre de Tom muchas personas giraron su vista hacía mí, muchos susurros y murmullos se escuchaban a continuación, unos médicos cogieron a Sarah y la pusieron en una camilla llevándosela fuera de mi vista - ¡Espera yo tengo que ir con ella!

-No se preocupe señorita, somos miembros del Consejo infiltrados entre los médicos de este hospital, Dakota y Delia nos dijeron explícitamente que si sus hijos tenían problemas les ayudásemos de inmediato, hemos llevado a su amiga a quirófano - el médico me acompañó hasta la sala de espera que daba a una gran puerta corredera que seguramente daba a la habitación donde estaban atendiendo a Sarah, las personas que estaban conmigo me hablaban tan rápido que no me enteraba de nada

-¡Me da igual las explicaciones, por favor ayudad a Sarah, no dejéis que muera! - mis nervios estaban a flor de piel, solo quería saber si podrían salvarla, no puede morir así ni tampoco en este sitio, haré todo lo posible por que Sarah viva, no puedo dejar que muera y menos ver las caras de su familia al ver que han perdido a su padre y ahora a su hermana. Con mucha decisión esquive a los médicos y entré por la puerta que daba a quirófano 

-¡Oiga señorita no puede entrar ahí! ¡Vuelva aquí! - antes de poder abrir la segunda puerta donde detrás de ella se encontraba Sarah sentí una fuerte sacudida en mi barriga que me hizo caer al suelo de rodillas

-¡No! ¡Maldición! ¡Hijo ahora no por favor! - llevé mis manos a mi estómago, podía sentir un sudor frío en mi cuerpo y mis piernas y manos temblaban - Ahora no por favor, tenemos que ayudar a tu tía antes de que... ¡AHH! Tengo que aguantar...

-Señorita por favor vuelva a la sala de espera, nosotros nos haremos cargo de cuidar de ella

-¡No hay tiempo para esto! - pronuncie un conjuro y un fuerte viento empujó a las personas que estaban detrás de mí - Lo siento pero no puedo dejar a Sarah en este momento

Entré en la sala y un olor a hierro y quemado invadió mis fosas nasales, me hizo querer vomitar pero aguanté lo que pude para ayudar en algo, veía a Sarah en una camilla con un montón de tubos y cables rodeando su cuerpo, su respiración era agitada y su piel estaba blanca como la leche, unos cinco médicos del Consejo estaban alrededor de ella con trajes azul marino y mascarillas mientras trataban a Sarah