Enfermo

1K 103 40
                                    


Eran casi las seis de la madrugada y yo no había dormido en toda la noche pensando que en cualquier momento intentaría entrar, pero eso nunca pasó. Al no cenar me sentía fatigado, por lo que terminé saliendo a la cocina con todo el silencio del mundo.

Trate de prepararme una leche con chocolate y unas tostadas lo más rápido que pude, tirando accidentalmente un jarrón decorativo que se hizo añicos.

No tardó más de diez segundos en aparecer en la cocina con su pijama puesto. Tenía ojeras y se veía completamente demacrado. Me miró con sorpresa, frunciendo el ceño afligido.

— Yuri... —Estiró su mano hacia mí y avanzó unos pasos. Yo no tarde en tomar el cuchillo con el que había cortado las tostadas, con mis manos temblando demasiado nervioso.

— No te acerques —Advertí intentando sonar intimidante o al menos seguro, pero todo lo que salió fue un murmullo, casi un sollozo, y más que una advertencia parecía una súplica. Eso pareció angustiarlo más, sin embargo se detuvo.

— Por favor, hablemos... Lamento mucho lo que hice anoche, bebí más de la cuenta —Suspiró pasando las manos su cabello despeinado con cansancio—. Se que hice algo terrible pero no quiero arruinar lo que tenemos... Somos una familia Yuri. Milenka, tú y yo... Tú eres como mi hijo y yo soy...

— Tú intentaste tocarme —Las palabras salieron solas junto con un pequeño jadeo, intentando aguantar las ganas de romper en llanto.

— Lo se... Pero no sé porqué lo hice Yuri, cuando estás ebrio no eres consciente de lo que haces. Yo solo quiero ser tu padre.

— ¡Cállate! ¡¡Tú no eres mi padre y jamás vas a serlo!! —Tiré el cuchillo a la encimera sin cuidado y me acerqué a él dispuesto a golpearlo, aunque claro, él era mucho más fuerte que yo y sujetó mis brazos con fuerza para impedir que me moviera—. ¡¡Sueltame!!

— Yuri mírame... —Me tomó de los hombros y me obligó a que lo mirara. Otra vez estaba llorando, pero esta vez no era el único, Otabek tambien lo hacía—. Perdóname... No sabes lo mal que me siento por lo que hice, y sé que debes odiarme y que incluso deberías denunciarme a la policía, dejaré que lo hagas si es lo que quieres, pero yo... Solo quiero hacer feliz a ti mamá y a ti.

Mi mamá... ¿Realmente estaba enamorada esta vez? Le haría mucho daño saber lo que pasó y probablemente quedaríamos en la calle. No era buena idea crear más caos, saldríamos perdiendo.

Además...

Por mucho que odie admitirlo no quiero que Otabek sufra. Le tengo aprecio y tal vez realmente no quiso hacer nada de esto, quizá sólo estaba caliente y no estaba Milenka y el alcohol le jugó una mala pasada.

— Bien —Antes de darle más vueltas al asunto tomé una decisión, la que más nos beneficiaba a todos—. Finjamos que nada pasó, pero no vuelvas a tocarme... —Lo último que dije se me trabó en la garganta. Aún me costaba admitir que todo eso había ocurrido.

Su rostro se vio iluminado y asintió, soltandome de inmediato para luego secar las pocas lágrimas que se habían acumulado en sus ojos, sonriéndome con cariño. Esa sonrisa no me molestsba en absoluto, y aún después de todo lo que había ocurrido me daba cierta tranquilidad.

— Bien... No te preocupes que nada de eso volverá a pasar, seremos como antes y te prometo que no volveré a incomodarte.

Lo miré desconfiado unos segundos antes de volver a mi desayuno. El alivio que me produjo no sentirme más en peligro y hacer las pases hizo que me diera mucha hambre y sueño.

Volví al cuarto, y luego de comer mi desayuno dormí toda la mañana y parte de la tarde. Al menos por ahora estaba todo mucho mejor.

 Al menos por ahora estaba todo mucho mejor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Pasaron los días y la rutina volvió. Lo que pasó esa noche había desaparecido casi por completo y nuestro trato volvía a ser más de confianza, aunque manteniendo su palabra el moreno no volvió a acercarse a mi, además de que tampoco volvió a llegar borracho.

Me ayudó a instalar una televisión que llegaría en esos días para mí habitación, entrenamos, hicimos compras, preparamos cosas y sobre todo jugamos Guitar Hero.

¿Recuerdan que dije que el recuerdo había desaparecido casi por completo? Pues ese "casi" me hace sentirme un puto enfermo y me quita el sueño, a veces literalmente, como cuando me despierto caliente por un sueño humedo recordandolo.

Cuando cocinamos y lo veo probar la comida con uno de sus dedos mi mente vaga en como hubiese sido si me hubiera dejado hacer.

Cuando miramos una película a veces siento que tiene sus ojos en mi. Me pongo nervioso e incluso ansioso, y luego me desilusiono al notar que en realidad no lo hace.

Y cuando entrenamos... Cuando entrenamos siento que casi babeo. Es mi mayor creador de fantasías, ver su cuerpo fornido y algunos jadeos que suelta por lo bajo por el esfuerzo. Ha pasado más de una vez que tengo que irme porque creo que se me va a parar algo, y no precisamente el corazón...

Me siento como un idiota, porque hoy me volví a poner un pantalón corto de mi mamá. Me paseo frente a él a propósito deseando que me mire o algo más.

Quiero pensar que estoy así sólo porque no he tenido sexo con Minami por más de un mes, pero el simple hecho de comparar a Minami y a Otabek hace que sea inútil.

No puedo negarme a mí mismo que el  cara de nada me calienta más que el japonés, o incluso más que muchos otros hombres. Me supera porque tampoco lo conozco demasiado, sólo lo necesario, y aún así la tensión sexual es enorme.

Así fue que con el pasar de los días me fui poniendo cada vez ropa más corta, elongando frente a él, haciendo gestos sutilmente obscenos. Sólo quería que me notara otra vez, que me mirara como antes incluso si no era de la forma que yo quería precisamente.

Terminó por funcionar. El moreno comenzó mirándome de reojo y luego cada vez más. Pasé a darle roces "accidentales", ansiando cada vez más contacto.

Y un día sólo pasó.

Me tomó del brazo justo cuando pasaba a su lado luciendo unos shorts demasiado cortos. Me miró con el ceño fruncido y yo sólo pude quedarme quieto esperando el regaño.

— Ya deja de provocarme... No voy a caer.

Lo que dijo casi me hizo sentir mal, pero no iba a perder la oportunidad de tenerlo tan cerca, por lo que con mi mano libre lo tome de su corbata para evitar que se alejara.

— ¿Que tiene? Acaso... ¿No te gusta? —Pegué un salto cuando con sus dos manos me tomó de los hombros, apretandolos con algo de fuerza.

— Me estás volviendo loco Yuri... —Mi corazón se detuvo unos instantes y me sentí tontamente especial al oírlo—. ¿Sabes qué pasó esa noche? ¿Sabes por qué llegué borracho?

— No... —Mi cuerpo se calentó exigiendo más contacto, acercándome poco a poco a su rostro

— Fui a beber porque me sentía enfermo... Porque estoy loco, no puedo dejar de pensar en ti —Mi corazón volvió a detenerse y las ansias crecieron más—. Porque desde que te vi esa noche no pude dejar de pensar en ti, en tu cuerpo... En qué te quiero sólo para mí.

Suspiré al sentir que soltaba mis hombros para bajar sus manos a mi cintura, y yo aproveché para enredar los brazos en su cuello.

— Quiero que seas mío... Yuri sé mío...

— Pero... Tú dijiste que yo era como tú hijo y que...

— Es mentira, todo es mentira, ahora nisiquiera me atrae Milenka... —Una de sus manos subió a mi rostro. Sentí que me derretía cuando su pulgar acarició mi labio, haciéndome temblar— Eres lo único que quiero Yuri...

Las palabras se acabaron de la mejor forma posible cuando me terminó besando, suspirando contra mi boca y apretando mi cuerpo contra el suyo, haciéndome temblar y corresponder.

Al principio fue despacio, pero poco a poco su lengua comenzaba a luchar con más fuerza, y sus manos, que al parecer no podían mantenerse quietas, vagaban por mi espalda, mi cintura y mi cadera.

Y yo... Yo sólo pude sentirme igual de enfermo que él, porque lo único que quería en ese momento, era que el hombre que días antes intento abusar de mi me hiciese suyo.

Mamy's Boyfriend (otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora