❝ En donde Millie se cuela por las noches a la escuela, para tocar el piano y Finn intenta averiguar quién es la misteriosa chica que toca el piano. ❞
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⇾ Portada hecha por: @CityGirlWlfhrd
⇾ Fecha de inicio: 06/21/2018
⇾ Fecha de finalización: 0...
Dedicado a BabyWriter16espero que te guste, linda <3
A la mañana siguiente, Finn aviso a su madre que volvería a quedarse después de escuela, algo a lo que, la señora Wolfhard, no le tomó mucha importancia, para ella su hijo podía hacer y deshacer, en su vida, lo que quisiese. Siempre había sido así. Finn ya estaba acostumbrado.
Las clases pasaron con lentitud, Finn estaba ansioso porque las clases terminarán y poder volver escuchar a aquella chica tocar el piano. Se había quedado completamente maravillado con la hermosa melodía que la chica había tocado, tanto, que en lo que resto del día de ayer, cuando volvió a su casa, y hasta ahora, no había logrado sacarla de su cabeza. Se repetía una y otra vez, sin detenerse.
Mientras la cabeza de Finn estaba hecha un lío, Millie estaba concentrada en clases. No se preocupaba ni en lo más mínimo por cómo entrar, pues sabía que la entrada principal estaría nuevamente abierta. Y, el chico que la había visto la noche anterior, estaba segura de que no lo volvería a ver en su vida. Gran error.
Por fin terminaron las clases. Finn fue de inmediato a la oficina principal, donde la directora lo recibió y, algo confundida, aceptó que volviese a quedarse. El pelinegro se despidió con alegría a la señora y cuando esta se fue, el chico comenzó a ordenar los papeles que estaban sobre el escritorio. Era papeleo de estudiantes y había que guardarlos en la carpeta de cada persona correspondiente, un trabajo fácil. El chico siguió guardando cada papel, hasta que encontró uno que pertenecía a él, lo leyó y no pudo evitar reír, hablaba sobre la guerra de comida que había provocado el día anterior, se sentía orgulloso y sin más, lo guardó en su carpeta.
El tiempo pasó rápido, pues era entretenido estar separando y guardando aquellos papeles, o al menos, lo era para el. Dieron las 8 y exactamente a la misma hora del día anterior, la castaña entró por la puerta principal y algo que le pareció extraño, fue ver la luz de la oficina principal encendida, le restó importancia y siguió su camino hacia el salón de música. Cuando llegó abrió la puerta y al mirar aquel instrumento que tanto amaba, no pudo evitar sonreír, soltó un pequeño suspiro y camino a donde estaba este y tomó asiento en el pequeño banco. Con lentitud, llevo sus dedos a las teclas del piano y con delicadeza comenzó a tocar su segunda pieza favorita Ballade pour Adeline de Paul de Senneville.
Fue entonces cuando Finn comenzó a escuchar la melodía. De inmediato, el pelinegro se levantó de su asiento y con su celular en mano, salió de la oficina. Encendió la linterna en su celular y fue al salón de música. Una vez que llego, apago la linterna y abrió la puerta con delicadeza, esperando que la chica no se percatase de su presencia y lo logro. La música inundaba la sala, que cuando la puerta rechinó al abrirse, no se escuchó. Finn se recargo en el marco de la puerta y con una sonrisa, miro a la silueta, de aquella chica, tocar el piano.
Si, se había enamorado de la bella chica y su forma de tocar el piano. ¿Era eso posible? ¿Estar enamorado de una persona, la cual, ni siquiera conoces? Quizás no, pero el lo estaba.
Poco después, la melodía dejó de escucharse, dando por hecho que la chica había terminado de tocar aquella pieza. La chica permaneció sentada por unos segundos más, Finn moría por hablar, felicitarla por tocar tan bello y tragándose su vergüenza, abrió la boca, dejando salir un:
—Tocas muy bien.
Millie dio un pequeño brinco, se había asustado, volteo de inmediato y se encontró con la silueta de una persona, la cual, pertenecía a un chico, que sino hubiese sido por su voz, no sabría si era una chica o un chico. La castaña se levantó y pasó rápidamente por un lado del chico, intentando que este no viese su rostro.
El chico, nuevamente, se quedó ahí parado, no la siguió, perdiendo su oportunidad de descubrir a la linda chica que tocaba el piano.
Al igual que la noche anterior, dejó una nota para la directora, disculpándose por no haber terminado de guardar los papeles y diciendo que se quedaría mañana.
Estaba ansioso por volver escuchar como aquella chica misteriosa tocaba sus bellas melodías.
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Ay, me encanta como escribo, a veces.
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