Epílogo

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El día era frío y lluvioso, parecía que llovería lo que restaba de la noche.

Su corazón dolía y sus lágrimas corrían por sus mejillas, no tenía intención de detenerlas. Quería verla triunfar y que se convirtiese en la chica más exitosa del mundo entero, que todos reconocieran su gran don y que fuese igual de famosa que otros grandes pianistas, quería su felicidad, pero no soportaba el hecho de que tuviese que ser feliz estando tan lejos de él.

Millie volvió a la habitación, cerró la puerta y se recostó en la cama, se veía agotada, había estado todo el día empacando cosas en sus maletas, había intentado ayudarla, pero ella se negó.

Él se acercó a ella y acarició su cabello, sería la última vez que lo haría, la última vez que tocaría su lindo y sedoso cabello.

—Finnie. —Sonrió ella, abriendo sus ojos.

El pelinegro le dio una pequeña sonrisa, aún con algunas lágrimas en las mejillas. La castaña se puso de pie y se sentó a su lado.

—No llores, Finnie. —Acarició su mejilla. —Sólo será por un tiempo.

—Cuatro años. —Dijo, en un susurro.

—Te llamaré todos los días, haremos videollamada y, en vacaciones, vendré a visitarte.

—Iré contigo, Millie. Trabajaré y compraremos una casa, tú estudiarás, yo seguiré trabajando y todo estará bien, estaremos juntos. —Sus ojos brillaban ante la idea de vivir juntos. Deseaba escuchar un "sí" como respuesta, aunque sabía que ella jamás aceptaría eso.

Ella negó. —Tu sueño no es ese, no lo cambies por lo que crees que quieres, Finnie.

—Mi sueño eres tú, Mills. —La abrazo.

—También eres el mío, pero, no soportaría pensar en que perdiste la oportunidad de cumplir alguno de tus sueños por hacer eso. —Sus ojos se llenan de lágrimas. —Por favor, Finn.

Soltó un suspiro y se separó del abrazo. —Eres la persona que más quiero, linda. —Soltó un suspiro. —Sólo.... promete que estaremos en contacto.

Millie sonrió. —Claro que sí, Finnie. —Dejó un corto beso en sus labios. —Lo prometo.

Hablaron por un par de horas más, hasta que el sueño comenzaba a invadirlos, decidieron dormir, tendrían que levantarse lo más temprano posible, pues el vuelo de la castaña salía por la mañana.

Esa noche, Finn abrazó a la castaña con fuerza y en ningún momento la soltó, dormir le estaba siendo imposible y, cuando por fin logró cerrar los ojos, la alarma sonó, avisando que era hora de despertar. Millie se removió entre sus brazos, al despertar, no quería soltarla, pero tuvo que hacerlo.

[✰]

—Pasajeros del vuelo 204 con destino a Nueva York.....

Finn miró a la castaña. Ese era su vuelo, tendría que subir ya al avión. Millie le devolvió la mirada, ninguno de los dos decía algo, simplemente se miraban.

Sus ojos se cristalizaron, no la volvería a ver hasta dentro de 4 años, no sabía como sentirse al respecto. Puso su mano en la mejilla de la chica, acariciando y quitando un par de lágrimas que se habían escapado de sus lindos ojos color miel.

—Finn... —Dijo, en un susurro.

Él sólo la abrazó con fuerza, como si quiere nunca separarse de ella y así era. No pudo controlar las lágrimas en ese momento y sólo salían aún más cuando escuchaba los pequeños sollozos de la castaña. Acaricio por última vez su cabello e inhalo el perfume de la chica, era su perfume favorito, el que ella siempre usaba, una pequeña sonrisa apareció al recordar que, mientras Millie empacaba, él le había pedido que le dejase aquel perfume, para recordar su aroma.

—Te extrañaré tanto, Finnie. —Dijo la castaña.

Finn se separo del abrazo y tomó ambas manos de la chica.

—También yo, linda. —Respondió. —Pero, estaremos juntos pronto, ¿si?

Ella asintió.

El pelinegro no espero ni un segundo más y la besó, ella al instante correspondió. Finn extrañaría cada pequeño movimiento que la castaña hacía, cada palabra o suspiro que daba, sus abrazos, sus besos, absolutamente todo de ella.

El altavoz volvió a soñar y ambos se separaron, sólo para volver ha abrazarse.

—Te amo, Mills.

—Yo aún más. —Sonrió. —Creo que tengo que irme ya.

Él la soltó y, después de mirarla por algunos segundos, también soltó su mano, permitiendo que tomase su maleta y abrigo.

Limpio sus lágrimas y le regalo una pequeña sonrisa. Se dio la vuelta y empezó a caminar.

Ambos sabían que ella no se daría la vuelta estando a medio camino, no porque fuese cliché o algo así, simplemente, si ella lo hacía, les sería imposible tener que volver a despedirse. Así que, sólo siguió su camino y, en cuanto Finn la perdió de vista, él se dio la vuelta, para caminar a la salida.

Millones de preguntas invadían su mente. En 4 años, Millie estaría graduada de una de las mejores universidades de música, sería la mejor pianista, por lo menos, lo sería para él.
Mientras tanto, ¿qué haría él? Tendría que vivir 4 años sin su preciada Millie, tendría que buscar algún entretenimiento.

Quizás, tocar la guitarra.

Quizás, tocar la guitarra

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Uhh, ese final uwu.
Ahora sí, doy por terminado este fanfic. Gracias por el apoyo, bebés. En verdad, los amo muchísimo, no sería nada sin ustedes <3.

Si te gustó, te agradecería que me regalaras una estreshita :3.

Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~

Piano || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora