Piano || Fillie (EN EDICIÓN)

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Y como era de esperarse, Finn nuevamente se quedaría ordenando los papeles que había en la oficina principal y Millie nuevamente iría por la noche a la sala de música.

En un comentario que hizo la castaña a su mejor amiga, mencionó algo de lo que había pasado la noche anterior y al ver la mala cara que le puso esta al no entender de lo que hablaba, se vio obligada a contarle sus pequeñas visitas a la escuela por la noche. Claramente, Sadie, la mejor amiga de la chica, la regaño, diciendo que estaba prohibido ir por la noche a la escuela y estaba aún más prohibido entrar a esta. Millie solo asintió, diciendo que no lo volvería a pararse en la escuela de noche, mentira.

El chico de la noche anterior, Millie supuso que fue el chico mismo chico que provocó una guerra de comida el primer día en que ella tocó el piano por la noche y también era el mismo chico que estuvo presente esa misma noche. ¿Que era lo que quería? ¿Por qué no se dedicaba a seguir con su castigo y dejarla en paz tocar el piano? Se lo diría, lo haría si lo volvía a ver esa noche.

Las clases, como de costumbre, estuvieron aburridas. Millie y Finn no veían la hora de que el día de clases terminase, para que cada uno pudiese hacer lo que tenía planeado.

El pelinegro tuvo que rechazar una salida con sus amigos, poniendo de excusa que tenía que seguir con su castigo, aunque en parte era verdad, la verdadera razón era que quería volver a ver a aquella chica, pero obviamente no diría eso a sus amigos.

Millie por su parte, la única cosa que tuvo que rechazar es su cita con la televisión y su cama, pero, nada más. La castaña jamás salía de su casa, no era que no la dejasen, era simplemente porque la chica detestaba salir de casa.

Y por fin, el final de las clases había llegado, todos estaban muy felices por volver a su casa. Finn fue directo a la oficina principal, donde, nuevamente, la directora lo esperaba. La señora le hizo algunas preguntas a el chico y después de unos minutos, se fue, dejando solo a el pelinegro. Finn hizo su trabajo, eran pocos los papeles que quedaban, seguro terminaría de guardarlos esa misma noche, tenía que buscar otra excusa para quedarse hasta tarde en la escuela, no quería entrar de una forma 'ilegal'. Unas horas antes de que dieran las 8, Finn ya había terminado de guardar y acomodar los papeles, así que solo le quedaba esperar.

Durante el tiempo que estuvo esperando, a que la chica llegase y tocara el piano, se entretuvo jugando con una silla giratoria, la oficina era grande, por lo tanto tenía mucho espacio para pasearse, iba de una esquina a la otra y así estuvo por unos minutos, pero en el momento en que se estampó contra unos cajones, decidió que era momento de dejar la silla y hacer algo más. Entonces se le ocurrió salir a dar una vuelta por los pasillos, tenía curiosidad de ver como era la escuela de noche, cuando estaban los pasillos y salones completamente vacíos, con la luz apagada y en silencio. Decidió encender la linterna de su celular, sino, era seguro que tropezaría y terminaría besando el piso.

En esa larga caminata, pasaron las horas que tenían que pasar para que fuesen las 8, pues el chico no solo caminaba por los pasillos, sino también entraba a cada salón de clase que encontraba, pues a pesar de saber que, la mayoría, eran todos iguales, tenía curiosidad de ver cada uno de ellos, fue así como llegó hasta el tercer piso.

Por otro lado, la castaña ya estaba en el salón de música y cuando comenzó a tocar el piano, un escalofrío recorrió la espalda de Finn, por unos segundos sintió miedo, pues había olvidado por completo, la razón por la que estaba en la escuela: ver a Millie tocar el piano. Se dirigió al salón de música con rapidez.

Millie estaba sumamente concentrada tocando el piano, que había olvidado por completo que el chico, en cualquier momento, iría a interrumpirla, como las veces anteriores. Lo amaba, en verdad adoraba tocar el piano, y era algo que demostraba todos los días, durante su clase de música. Interpretaba cualquier melodía que el profesor o sus compañeros de clase le pidiesen. Destacaba en dicha clase.