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Dedicado a _nnocent y BabyWriter16 quien me dio la idea. Espero que les guste, bebas <3.

Por más que le daba vueltas, el pelinegro no encontraba una forma de quedarse hasta tarde en la escuela, sin ser regañado por alguna persona. Iniciar otra guerra de comida, podría ser una opción, aunque pensándolo bien, podrían darle otro tipo de castigo, que no implicase poder quedarse después de escuela. ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?

Millie estaba consiente de que el castigo de el chico había terminado y esto la hacía muy feliz, puesto que estaba segura que no lo vería más. Si, quizás el día anterior el había dicho que iría todos los días, sin falta, a escucharla tocar el piano, pero no tenía forma de entrar a la escuela, así que, tal vez no podría ser así.

La mitad del día ya había pasado y Finn seguía sin tener ideas. Tenía que pensar algo y rápido. Tal vez podría.... no, no era una buena idea. Quizás... no, terrible idea, eso jamás funcionaría. O tal vez simplemente dejaría de pensar en torpes ideas y simplemente entrar por la noche, después de todo, había recibido miles de castigos, por los cuales, se sentía orgulloso, uno más no haría la diferencia.

La chica volvió a recibir otro regaño por parte de su mejor amiga, pero volvió a darle nada de importancia. Amaba a Sadie, siempre estaban la una para la otra y a pesar de que la pelirroja tuviese mas recursos que Millie, ella intentaba entender el sufrimiento de su amiga al no tener un piano. La castaña sabía que Sadie jamás lo entendería del todo, si la pelirroja quería, en ese mismo instante se podía comprar un piano y ponerlo en su habitación, sin necesidad de sacar su cama.

El día paso y sin darse cuenta, Finn ya estaba en su casa, intentado perder el tiempo. ¿Por qué cuando quieres que el tiempo vaya rápido, este va lento? Era estupido. Había decidido ver una serie, pero al darle la vuelta a todo Netflix y no encontrar nada interesante, decidió olvidar esa idea. Optó por la opción de ver televisión, pero ocurrió exactamente lo mismo que con la opción anterior, miró cada uno de los canales en la televisión y ninguno de estos llamó su atención. Tenía como tercera, y última opción, hacer su tarea, pero su nivel de aburrimiento no era tanto.

Después de una corta siesta, el pelinegro despertó por una alarma que había dejado, esta tenía que sonar a las 6, así tendría un poco de tiempo para llegar a la escuela y encontrar una forma de entrar, sin ser visto. Con pereza y aún adormilado, tomó su celular y salió de su casa, su madre no estaba en casa, así que no tendría que preocuparse por volver temprano. Por suerte para el, la escuela no quedaba muy lejos de donde el chico vivía, así que en tan solo 15 minutos llego.

Le había sobrado bastante tiempo, pero aún tenía que ingeniárselas para entrar al edificio. Entrar por la puerta principal no era una opción, puesto que había cámaras vigilando esa zona. Tal vez podría intentar escalar, por afuera, hasta el segundo piso y entrar por la ventana del salón de música. En esos momento, Finn se sentía como un ladrón que buscaba la forma de robar un banco.

El pelinegro recordó que aquella chica había entrado 3 noches seguidas, ignorando por completo las cámaras, así que, decidió dejar su preocupación de lado y se acercó a la entrada principal, la cual, estaba abierta. ¿Por qué carajo no cerraban las puertas? ¿Que tal si Finn en realidad quería tomar un papel importante? Pues parecía que les importaba poco. Mientras seguía decidiéndose si debía entrar o no, el tiempo paso y dieron las 7:50, tenía que entrar ya, pues la chica estaba por llegar.

Se acercó a la entrada principal y entro. Camino rápidamente a las escaleras, para subir a el segundo piso, era donde estaba la clase de música. Se dieron las 8 y el piano comenzó a escucharse, Finn se sobre salto un poco, pues había jurado que el había llegado mucho antes que la chica, pero, al parecer, no era así. Camino a el salón y, al llegar, abrió la puerta, ahí estaba ella, tocando el piano de esa forma tan profesional, tocaba las teclas con demasiada delicadeza, como si temiese a romper o dañar el instrumento. El pelinegro se acercó, hasta estar a un lado de la chica.

Piano || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora