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Esa sensación que ambos sentían al estar uno al lado del otro, era indescriptible, era increíble pensar que con tan solo la presencia de el otro, podían sentirse de esa manera. Finn moría por poder decir todo eso sin que sonase extraño o llegase a incomodar a la castaña, poderle poner un lindo apodo que hiciese honor a su belleza, tomar su mano en cualquier momento, poder besarla cuando quisiese, poder presentarla como su "novia".

El miedo lo invadía, ¿que tal si ella decía que no? O tal vez había perdido el interés en él, después de todo, ya habían pasado unas cuantas semanas desde aquella vez en que confesaron sus sentimientos. Pero, tenía que hacerlo, no podía permitir que alguien más se le adelantase.

Quizás, si la cobardía no se apoderaba de él, se lo pediría esa misma noche, justo cuando ella terminase de tocar el piano y la luz de la luna iluminase su perfecto rostro, cuando aún tuviese en su cabeza la linda melodía que la chica acababa de tocar. Le diría lo hermosa que lucia esa noche y sin más tiempo que perder, le pediría que fuese su novia. Tal vez, en su cabeza todo era perfecto, pero, sabía que no lo sería cuando lo hiciese, él era malo con las palabras y ella lo ponía nervioso, sería un desastre.

[✰]

La noche había llegado. Finn y Millie habían quedado de verse en la entrada trasera de la escuela y así lo hicieron. Con cada paso que el chico daba, más nervioso se ponía.

Su corazón se aceleró al ver a la linda chica que se encontraba esperándolo justo en el lugar que había dicho. El pelinegro se acercó a ella, las palmas de sus manos comenzaron a sudar y pasó una de ellas por sus alborotados rizos, despeinándolos aún más, le dedicó una pequeña sonrisa a Millie, ella también le sonrió.

Entraron sin decir ni una sola palabra, ambos estaban nerviosos y, por más que intentasen, las palabras no salían. Subieron las escaleras y caminaron por los oscuros pasillos, por alguna razón, la castaña pensó que todo se veía más aterrador de lo normal, así que camino con un poco más de prisa y Finn intento seguirle el paso. Llegaron al salón de Música y el pelinegro abrió la puerta, dejando a Millie entrar primero.

La castaña camina directamente al piano y se sienta en el pequeño banco, dejando un espacio a su lado y da un par de palmaditas, invitando a Finn a sentarse junto a ella.

—Siéntate conmigo.

Él chico sonríe y se sienta a su lado.

El silencio reinaba en el salón, ninguno de los dos decía hablaba gracias a los nervios.

—¿Tocaras algo? —Preguntó Wolfhard, rompiendo el silencio.

—Oh, si. —Dice riendo, un poco nerviosa.

Sus delicados dedos se posaron sobre las teclas del piano y comenzó a tocar una suave melodía. El chico cerró sus ojos por un momento, sintiendo como los latidos de su corazón se aceleraban, Millie era la causante, solo ella. La castaña se sentía igual que él, su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento.

Pocos minutos después, se detuvo. Sus manos temblaban y sus mejillas estaban levemente sonrojadas, era lo más tierno que Finn había visto.

—Eres increíble tocando el piano. —Le sonrió el chico.

Ella se sonrojo aún más y desvió la mirada.

—¿Puedo preguntar algo?

—Ya lo hiciste. —Dijo él, provocando que Millie soltase una risita. —Pregunta lo que quieras, linda.

La castaña asintió. —Tu.... hace algunas semanas, dijiste que sentías algo por mi, ¿aún lo sientes?

—¿Que si me sigues gustando? —Millie asintió. —Claro que si, Millie. ¿Y yo?

—Me gustas, más de lo que me gusta tocar el piano. —Sonrió, con sus mejillas completamente rojas.

—Entonces, creo que es buen momento para hacer esta pregunta.

Al principio, Millie no entendió a lo que el se refería, ¿hacer una pregunta? ¿qué pregunta?

Wolfhard tomó una de las manos de la castaña, algo que, provocó nervios en ella. —Millie, Tu me gustas, estoy enamorado de ti, no tengo dudas de ello. La sensación que me haces sentir, con tan solo tu presencia, es inexplicable. Eres demasiado talentosa, Brown, dime, ¿cómo es posible que sin decir ni una sola palabra, simplemente con tocar el piano, puedas transmitir cada uno de tus sentimientos? —Ella solo rió. —No todos lo logran, pero tú lo lograste. Dios, eres perfecta y no me perdonaría si dejase pasar esta oportunidad, así que, Millie, linda chica que toca a la perfección el piano, ¿quieres ser mi novia?

La castaña miró a Finn con una sonrisa y asintió con felicidad. —¡Si! Si, si y si.

Colocó su mano en la mejilla de la chica y junto sus labios con los suyos. Todo era perfecto, su simple presencia hacía que lo fuese.

Un capítulo más y termina, ¿quieres hacer preguntas a los personajes o ya que se acabe alv?

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Un capítulo más y termina, ¿quieres hacer preguntas a los personajes o ya que se acabe alv?

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Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~

Piano || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora