Y el trono cayó junto con el clan murciélago, la guerra comenzó y los grupos se dividieron más. Y se crearon los rebeldes cuya única misión era proteger al último sucesor del trono y el futuro rey rogaba porque alguien encontrase su diario y lo llev...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
【 D e n i c e: 】
Caminé con decisión hacia ese pasadillo que hace unos minutos atrás me había encontrado, curiosamente estaba muy bien iluminado y más que un subterráneo parecía unas alcantarillas con unas especies cuartos con rejas los cuales hacían que esto pareciera una cárcel subterránea. Miraba todo con detenimiento, no quería que algún detalle importante se me escapara.
A decir verdad, este lugar me daba miedo, mucho miedo, tenía la sensación de que algo terrible había pasado por estos corredores, me imagino las cosas horripilantes que pasaron en este lugar para que se sienta así que mi instinto interior me dice que huya lo mas pronto posible.
Estuve varias horas recorriendo los pasillos de este subterráneo, pero no note nada fuera de lo normal. Cuando ya estaba dispuesta a irme vi una sombra pasar muy rápido por uno de los corredores, armada de valor comencé a seguir a dicha sombra para saber de qué o de quién se trataba.
Al doblar la esquina del corredor pude ver una cabellera de un rojo muy intenso.
—¿Quién eres tú? —le pregunté al joven con un poco de nerviosismo.
El chico se giró con lentitud, lo primero que me llamo su atención era su mirada afelinada y esos ojos verdes esmeralda que hipnotizaban, el muchacho me miro de arriba a bajo con determinación, era como si tratara de buscarme un defecto para restregármelo en la cara
—Miren que tenemos aquí, una chichinashi albina, genial, ¿por qué todas las mujeres que vienen aquí son planas? —abrí la boca y me señalé con mi dedo índice.
—No soy plana —dije indignada.
—Sí que lo eres.
Sentí como me comenzaba a dar un tic en el ojo, lo conozco desde hace unos dos minutos y ya lo detesto. ¿Cómo es posible que existan chicos así?
—¿Quién diablos eres tú? —pregunté irritada. El de ojos verdes me miro con desprecio y coraje.
—Como te atreves a faltarle al respeto a Ore-sama.
—¿Ore-sama?
—Es correcto, sólo las plebeyas como tú me tienen el honor de decirme así.
Los dos nos miramos fijamente por algunos cinco segundos y después estalle en risas, el chico me miraba desconcertado mientras me miraba revolcarme en el suelo con mis manos en el estomago mientras reía como maniática. —¡ORE-SAMA JAJAJA! —grité entre risas.
El chico se me acercó de una manera muy amenazante, me estaba torturando con la mirada y su rostro era sombrío, no voy a negar que en eso memento sentí un profundo miedo.
—Maldita… —susurró mientras se agachaba.
Trató de capturar mi cuello entre sus manos, pero estas lo traspasaron.
—Maldición —quedé sorprendida. Esto quería decir que también era un ánima.
—Estás muerto… Eres uno de los cinco ¿Verdad?
—Así es.
—Por favor ¿me puedes decir tu nombre? —parecía que estaba dudando.
—Sakamaki Ayato, el mejor de los cinco—“lo dudo” pensé.
—Soy Denice, eres al tercero que conozco.
—¡Tercero! —gritó—. ¡Se supone que debía ser el primero! ¿Cuál fue el desgraciado que se robó mi puesto?
—Si no mal recuerdo es un chico de pelo blanco… Subaru creo —el chico frunció el ceño.
—Ese maldito tsundere me las pagará —apenas pude escuchar lo que dijo por lo bajo que hablo—. Oye tú ¿eres la elegida? —¿me hablaba a mí?
—¿Me hablas a mí??
—Si estúpida, te hablo a ti o es que acaso ves a alguien más a nuestro alrededor —tenía la sensación de que me quería dar un golpe en la cabeza por la manera en la que me contesto—. Cundo Reiji nos hablo de la elegida pensé que sería alguien menos ordinaria.
—No sé de qué demonios me hablas.
—Claro que no sabes, eres muy idiota como para entender al grandioso yo —¡si vuelve a decir eso le echare agua bendita!
—Dices que Reiji te habló de mi ¿no? Él dijo que para entender tenía que buscar algo ¿tú sabes lo que es?
—Si, pero no te lo puedo decir.
—¿¡Pero por qué no!?
—Reiji me castigaría, sabes, aunque a ti te atravesemos los fantasmas si nos podemos tocar entre sí panqueque.
—¡QUE NO SOY PLANA!
—Claro que lo eres —rio—. Bien, aunque no fui el primero al que conociste serás mía de todas forma.
—¿Tuya? ¿acaso tengo cara de objeto? —dije irritada.
—Será muy divertido molestarte —fue lo ultimo que dijo antes de desaparecer.
Suspire pesado, tome mi libreta la cual estaba en el piso junto con mi lapicero y anote todo lo que hace unos segundos había vivido y comencé a sacar mis propias conclusiones.
"Ayato es muy arrogante y estúpido y tal parece que entre ellos no se llevan bien, pero ¿Por qué?"
Terminé de anotar y salí de ese espeluznante lugar con rapidez. Por hoy ya estaba enfadada de buscar fantasmas y resolver los grandes misterios de esta mansión.
