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-Última llamada a los pasajeros con destino a Gyeongju.

Caminaban lo más rápido posible para no perder el viaje, muchas personas se cruzaban en el camino y con las maletas que llevaban les era difícil caminar rápido, pero para su suerte llegaron justo cuando ya iban a partir dejándolos subir.

Se sentaron uno enfrente del otro y se miraron a los ojos para después reírse por casi no llegaban y tendrían que esperar hasta mañana para poder subir a otro.

-Tienes suerte de que llegamos, sino te mataba- hablo la mayor.

-Matarme tú a mi?... pero si fuiste tú la que se demoró por no encontrar tu suéter- respondió el chico que se encontraba enfrente.

-Es mi suéter favorito- dijo cruzándose de brazos -¿crees qué lo dejaría?

-Dices eso de casi toda tu ropa.

Ella solo rodó los ojos mirando a la ventana, el pequeño no lo entendía podría decir eso de casi toda la ropa pero ese suéter tenía algo muy especial, se la había regalado una persona que quiere aún pero por motivos personales no se volvieron a hablar. Por eso casi siempre lo lleva consigo para por lo menos pensar que ella esta ahí con ella.

-Bueno ya hermanita, no quiero pelear contigo en este día tan especial para ti.

De su mochila que estaba a lado suya sacó una bolsa de regalo y se la entregó. Ella lo agarró y sacó lo que había adentro encontrándose con un hermoso gorro de panda y un peluche que también era un panda, en el cuello del peluche se encontraba dos cadenitas una donde era un rectángulo y había una silueta de un conejo, y el otro donde había un conejo.

Ella sonrió y se paró para ir a lado del menor y abrazarlo con algo de fuerza,
para después de unos minutos soltarlo y mirarlo a los ojos.

-Gracias

-No tienes de que, la otra cadena puedes darle a quién gustes- sonrió -solo quiero darte las gracias por estos días y por todo en si desde que te conocí, eres una gran persona y una persona importante en mi vida... espero podamos seguir siéndolo hasta que el destino lo quiera así- se acercó a ella y le dio un pequeño beso en su frente, lo cual la hizo sonrojar -te quiero mucho hermanita...

Para sorpresa del menor, ella le había dado la otra cadena del conejo solo.

-Me vas a hacer llorar si sigues con tus cosas... idiota- dio un suave golpe en el brazo de la mayor.

-Uno aquí que se pone sentimental y la otra que le insulta... que feo.

Se rieron y siguieron con lo suyo, les trajeron comida y comieron para después tomar una siesta. Y así fue de su viaje hasta que por fin llegaron a su destino.

Bajaron del tren y con sus maletas caminaron a la casa de los padres de Lisa, quedaba lejos pero aún así decidieron ir caminando, fueron conociendo el lugar y a las personas, al menos Jungkook porque Lisa ya conocía el lugar.
Pasaron algunas horas y por fin llegaron a la casa de sus padres, tocaron la puerta y salió una señora que con gusto los recibió en casa.