2. Historias

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Narra Agus

Mí nombre es Agustina Añón de Cheshire. Tengo 23 años. Cómo bien indica mí apellido, soy la hija del gato de Cheshire.

Es extraño. No sé quién es mí madre, pero yo soy mitad humana. Puedo convertirme en un gato, como mí padre, cuando yo quiera, y lo mismo con mí forma humana. También puedo desaparecer, aunque mis labios nunca terminan de hacerse invisibles.

Vivo con mí padre. En el reino de la Reina Blanca. Mí padre ya está viejo. Perdió su sentido del humor y su espíritu jovial. Últimamente mí vida es puro aburrimiento.

Debo admitir que siempre fui una niña mimada. Sobre todo por la Reina. Pero me harta que siempre me traten tan bien. A veces quisiera ser una persona normal. Huir de mí vida.

—Hija —Escuché que me llamó mí padre—. Bebé, ambos sabemos que estoy en recta final.

Mis ojos se pusieron llorosos.

—Papá, por favor. No digas esas cosas. —Lo acaricié.

—Pero es cierto. Hay que afrontar la realidad. Y lo que te estoy por pedir ha sido una de las decisiones más difíciles que he tomado en mí vida... —Tosió— Hija, agarrá lo más importante, y quiero que te largues de aquí. Ahora. No esperes más. Vivie la vida, hija. Busca aquello que te haga feliz. Y nunca pierdas esa sonrisa hermosa. —Yo estaba llorando.

—Pero... —Tenía miedo— No te volveré a ver. Aquí está la Reina. Ella podría cuidarme.

—Hija... No todo es lo que parece. No puedo quedarme tranquilo sabiendo que tú estás aquí... Con ella.

Fruncí el ceño.

—Necesito explicaciones, papá. —Dije.

—Y las obtendrás, solo que no de mí —Su cola, antes rosa y violeta, estaba tornándose blanca y negra—. En mí habitación, debajo de mí cama, encontrarás una caja. Llévala contigo a todos lados. Sabrás cuando es el momento de abrirla, lo sentirás.

—Pero... ¿A dónde debo ir, papa? —Pregunté, ya estaba histérica.

—Lo irás descifrando, hija. Solo prométeme que no volverás —Me miró a los ojos—. Promételo.

—Te lo prometo, papá. —Le di un beso, y termine de ver como se transformaba en una pelusa blanca y negra.

Me levanté y corrí hacia su habitación con lágrimas en los ojos.

Saqué la caja que había nombrado antes. Luego agarré una mochila en donde metí lo básico y me metí al bosque. Empecé a correr. No sabía a dónde iba, solo corría.

—Papá, no te defraudaré. —Grité, mientras corría.

Narra Mathi

Mí nombre es Mathías Bestia Sellanes. Tengo 22 años. Soy hijo de el amorío entre mí padre y Cenicienta. Una larga historia.

Mí padre es Bestia y mí madre Cenicienta. Una noche de celebración, ambos tomaron malas decisiones, que lo llevaron a tener una noche juntos.

Cuando vieron que Cenicienta quedó embarazada, decidieron ocultar que era de Bestia, y le hicieron creer al Príncipe Azul, que yo era su hijo.

22 años. Y mí padre de corazón no sabe que no soy realmente su hijo.
De Bestia no sé nada. Pero sé que a veces tengo ataques de ira, y no puedo controlarme. Entonces mis ojos se vuelven amarillos, y se parecen a los de un gato. Me crece un hambre de muerte. Soy peligroso.

No tengo amigos. Nunca salí realmente del palacio. Siempre estuve en los jardines, pero no conozco el pueblo. No lo tengo permitido.

Cenicienta cree que podría dañar a alguien.

Por otro lado... Tengo una media hermana.

Parte de mí madre y El Príncipe Azul.

Su nombre es Sarah Azul Silva. Es lo único que me mantiene en este estúpido palacio. Siempre quise huír, pero si ella no viene conmigo... Yo jamás podría dejarla.

Sabe cuidarse perfectamente, ha practicado defensa personal, pelea con cuchillos y esgrima desde que tiene memoria. A escondidas de mis padres, por supuesto. Jamás permitirían que una niña usará armas, o se defendiera.

Sin embargo, aunque ella se mantendría perfectamente sin mí, no puedo dejarla. Prometí que siempre estaría para ella. Y ella siempre para mí. Éramos lo único eterno en este efímero mundo.

Teníamos una relación hermosa. Ella confiaba en mí para todo y yo en ella. Sarah solía contarme cómo era todo fuera del palacio. Pues ella iba a la escuela y todas las tardes salía a pasear por el pueblo. Me traía cosas extrañas que encontraba. Piedras, armas, más de una vez me ha mostrado animales muertos que suele encontrar. Era como mí comunicación con la realidad.

—Mathias, ¿Me estas escuchando? —Dijo Cenicienta.

—No tengo tiempo para esto, Madre. Lo hablaremos luego. —Me levanté y me dirigí al dormitorio de Sarah.

Mí madre estaba planeando una boda con una princesa de otro reino. Dijo que serviría para la familia. Me notificó que en dos días iría a visitarla, pero no con Azul, si no con Bestia. ¿Que quería decir eso?

—¿Hermana...? —Dije, entrando a su dormitorio.

Narra Sarah

Mí nombre es Sarah Azul Silva. Tengo 15 años. Soy hija legítima de la actual Reina Cenicienta y El Príncipe Azul. Claro que ese título de nada me sirve, ya que en nuestro pueblo los que controlan todo son los hombres.

Desde pequeña mí padre y mí madre me han denigrado por ser mujer. Siempre me gustaron las actividades corporales, pero me las prohibieron. Sin embargo, mí hermano siempre encontró la manera de hacerme feliz. El conseguía clases especiales para mí. Nadie se enteraba, pero yo me perfeccionaba en cualquier tipo de combate. Hoy podría combatir contra un ejército entero y salir victoriosa.

Para ser sincera, estaba cansada de mis padres. Ello querian que yo fuera la princesa perfecta. Que cantara a los pájaros como una tonta, y me dejara controlar por algún príncipe rico que no sabe nada de la vida.

Estaba claro que no dejaría que eso pasará.

Hacía meses venía planeando un plan increíble. Sin fallas. Lo ejecutaríamos esa misma noche.

Y digo "ejecutaríamos", porque lo iba a hacer con mí hermano.

Como si de magia se tratase, mí hermano entró en mí habitación en ese mismo instante.

—¿Hermana...? —Dijo, suave.

—Mathias. Que bueno que viniste —Dije—. Pasa y cierra la puerta, tenemos que hablar.

Me obedeció.

—Hoy mismo nos vamos, hermano —Solté, emocionada—. No aguantaré otro maldito maltrato de parte de mamá o papá.

Mathi sonrió.

—Sabes que siempre te apoyaré hermana —Respondió—. Cuenta conmigo, ¿Que debo hacer?

Le sonreí y lo invité a que leyera mí mapa. Ahí estaba todo.

Libertad, ya te huelo.

¡Wuuuuu! ¿Les gustó? Estoy muy feliz de cómo está quedando :3
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Chaoo ♥️

~Neverland~ DosogasTeamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora