7. Destino

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Narra Nic

Estuvimos cabalgando durante horas. Fede tenía sus brazo por mí cintura, agarrando la correa de Shey para poder guiarla.

—¿Y si tomamos unos minutos de descanso? —Pregunté, bostezando.

Fede me miró y río tierno.

—¿Que hora es? —Preguntó.

Miré al cielo.

—Deben ser las dos de la mañana. —Dije, dudosa.

Fede revoleó los ojos.

—Ya estamos llegando tarde, así qué... —Lo noté triste. Tenía vergüenza de preguntar, porque realmente no era como si nosotros fuéramos amigos, o... Nada. Pero quería saber que sucedía.

—Fede, ¿Estás bien? —Pregunté.

El se bajó de Shey de un salto y me extendió la mano para ayudarme a bajar. Luego se acostó boca arriba en el pasto y se quedó mirando el cielo. Yo lo imité. Nuestros hombros chocaban.

—No quiero molestar. Si quieres contarme está bien, pero si no, no me enojaría. —Aclaré. El me miró y yo le sonreí.

Suspiró.

—Es un poco decepcionante... —Dijo, como pensativo— Tenía el presentimiento de que hoy algo iba a cambiar.

Fruncí el ceño.

—¿Que te gustaría que cambie? —Pregunté.

El cerro los ojos y inhaló fuerte.

—Todo —Comenzó—. Esto, de venir y pasar la noche en un lugar que no sea mí casa, de respirar aire fresco durante tanto tiempo, esto... Nunca me había pasado. El encontrar y relacionarme con alguien que no sean los hermanos, hacía dos días era algo imposible. Y eso me alegra, saber que pude cambiar algo, pero... —Una sonrisa se iba formando en su rostro, pero con las últimas palabras desapareció de repente— Se hizo muy tarde, el lugar al que debía llegar... No lo sé, no se siquiera que era, pero sentía que eso cambiaría todo, y el no haber llegado significa que voy a tener que volver, y dejar que todo sea como antes. Nada va a cambiar.

Lo entendía. Se sentía atrapado, aún estado libre.

—¿Por qué no nos vamos? —Solté de repente. Las palabras habían salido solas de mí boca. Era estúpido preguntarle algo así a alguien que recién conocía, por dios Nicole, ubí...

—¿Lo decís encerio? —Preguntó, ahora mirándome a los ojos.

Creo que me puse colorada.

—Yo... Osea, si tú quieres... No es como que... —Suspiré— Yo estoy dispuesta.

Lo vi sonreír.

—¿Podrías aguantarme? —Preguntó gracioso. Reímos.

—No debe ser tan difícil. —Dije, golpeándole el hombro en broma.

—Vos y yo... —Comenzó Fede— Nos vamos a llevar bien.

Sonreí.

—Pienso lo mismo. —Dije.

Nos quedamos así acostados, mirando el cielo durante unos minutos más, todo era pura tranquilidad.

—¿Vos crees en el destino? —Preguntó Fede, rompiendo el silencio.

Lo pensé.

—Creo que... Hay una base, en la que caminamos, y hay cosas que deben pasarnos, pero también creo que nosotros decidimos para donde dirigirnos. Quizás, el destino te planta a personas en el camino, las cuales debes conocer, pero creo que tú forjas tu relación con ellas, no una fuerza extraña y mágica —Respondí—. Es decir, tú decides como quieres ser con cada quién. Y tú eliges a dónde quieres llegar. El destino solo se encarga de... Mostrarte todas las opciones.

~Neverland~ DosogasTeamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora