Narra Sebas
Rajah había desaparecido.
Luego de que nos aseguramos de que la rubia estaba bien, decidimos que todos dormiriamos juntos esa noche. Sarah con Mathias, Nicole con Federico, Agustina sola y yo igual. Yo hasta ese momento no lo había notado. Fue cuando quise acostarme, que recordé que Rajah podía darme calor con su pelaje.
Comencé a buscarlo, extrañado de que no hubiera estado durante la reanimación de Agustina. No aparecía por ningún lado.
—¿Está todo bien? —Dijo Sarah, acercándose con cara de recién levantada. Ya todos estaban durmiendo.
—No lo sé. Rajah no aparece por ningún lado. —Respondí, triste.
Sarah me miró tierna. Se acercó y de la nada me abrazó. Al principio me quedé tieso, no sabía que hacer. Luego le correspondí, y apoyé mí cabeza en su hombro.
—Rajah es un fiel compañero, pero cuando sabe que su acompañante ya está sano y salvo, y sabe que no hace más falta donde está, el se vá. —Comenzó Sarah, mientras me palmeaba la espalda— Es como un ángel de la guarda. Te acompaña cuando sabe que necesitas de el, y una vez que ve que puedes seguir solo, se aleja. Despacio y sin que nadie lo note.
—¿Y tú cómo sabes eso? —Pregunté. Intenté que no sonara como si la estuviera acusando.
—Se muchas cosas, Sebastián. —Hizo una pausa y me sonrió— Todo el tiempo que estaba en el palacio, y se suponía que estaba haciendo "cosas de princesas", estuve estudiando, perfeccionandome en combates, conociendo el pueblo, etc. Leí un libro, que estaba en la biblioteca del castillo. Hablaba sobre seres que, transformados en animales, se ocupan de acompañar y cuidar a aquellos que les demostraron amor.
Yo sonreí cuando escuché aquello.
—Gracias. —Susurré, aún abrazando a Sarah.
Ella me abrazó más fuerte y luego me soltó.
—¿Vamos a dormir? —Preguntó.
—No tengo mantas, —Reí triste— creo que voy a quedarme despierto.
Sara frunció el ceño.
—Claro que no... —Dijo rodeando los ojos. Me agarró de la mano y me llevó a donde estaba acostado Mathías— Compartamos mí manta.
Yo la miré. Me daba ternura que se preocupara así.
—Tu hermano se va a enojar conmigo. —Dije sonriendo.
—Mi hermano no me controla. —Dijo ella. Me guiñó un ojo y se metió dentro de la manta— ¿Vienes o no?
Tardé unos segundos, pero luego decidí meterme junto con ella.
—Buenas noches. —Dije, dándome la vuelta para que no se sintiera incómoda.
—Buenas noches. —Respondió. Tenía una voz tan dulce... Me encantaba.
Narra Mathi
Luego de que logramos despertar a "Agustina" y que todos se calmaron, decidí acercarme a hablar con Nicole. Ella era la chica con la que debía comprometerme. Recordaba su rostro.
—Hola... —Dije, rascándome la nuca, mientras me acercaba a donde ella estaba sentada.
—Prometido. —Dijo ella sonriendo. No esperaba que me reconociera. Se corrió a un lado, dejándome lugar en el tronco en el que se encontraba— Siéntate.
Sonreí y me senté.
—No esperaba volverte a ver. —Dije.
—Yo tampoco, pero supongo que ahora podemos aprovechar y conocernos. —Dijo sonriendo.
—Supongo que sí. —Le sonreí de vuelta.
Comenzamos a hablar, aunque debo admitir que en un momento dejé de escucharla. Me encontraba mirando a la rubia que había quedado inconsciente. Era hermosa. Estaba peinandose el pelo y cada tanto me miraba de reojo, y nos sonreíamos.
Estaba por acercarme a hablarle, pero me arrepientí. Me daba vergüenza. Nunca había hablado con una chica que me interesara.
—Mathias... —Me llamó la atención Nicole, chasqueando los dedos delante de mí cara.
—Eh... ¿Que? —Dije, volviendo mí atención a Nicole. Ella se rió.
—Ve y háblale. —Dijo sonriendo.
La miré sorprendido, y ví como ella se reía.
—Es obvio que ella te interesa. Ve y háblale. —Dijo, obvia.
—No lo sé... —Respondí, podría jurar que restaba colorado— Quizás se lo tome a mal.
—Lo dudo. —Dijo, negando la cabeza— Si quieres puedo ayudarte.
Negué con la cabeza.
—Yo voy. Gracias. —Le dediqué una última sonrisa y me levanté.
Agustina me estaba mirando, pude notar que se puso roja cuando notó que me acercaba a ella.
—Ho... Hola. —Dije nervioso.
—Hola... —Sonrió tímida.
—¿Cómo te sientes? —Pregunté lo primero que se me vino a la cabeza.
Ella me miró a los ojos.
—Genial. —Sonrió— ¿Quieres sentarte?
Señaló un lugar a su lado.
—Claro. —Le sonreí y me fui a sentar— ¿De dónde vienes?
Ella me miró triste.
—El reino de la Reina Blanca. —Respondió— Soy hija del Gato de Cheshire.
Yo la miré sorprendido.
—Pero eres humana... —Fruncí el ceño.
—En realidad... —Hizo una pausa— Es complicado. Quizás algún día pueda mostrarte.
Me sonrió. ¿Quería venir con nosotros? Debo admitir que por un momento me emocioné.
—¿Te refieres a que vas a venir conmigo? —Pregunté— Quiero decir... Con nosotros.
Señalé a mí hermana.
Ella dirigió su vista a dónde estaba Sarah.
—Oh... ¿Tienes novia? —Preguntó roja.
Yo reí.
—No... Es mí hermana. —Dije divertido.
Ella se puso todavía más roja y hizo una especie de "FacePalm". Yo solo reía.
—En ese caso... ¿Ustedes van a algún lugar en específico? —Preguntó, ahora mirándome fijo.
—No realmente.
—Entonces... Podría acompañarlos. —Sonrió. Luego se puso sería de repente— Si ustedes quieren, claro. Es decir, si soy una molestía no hay problema, podría seguir sola. No quiero molestar solo díganme, no es como qu...
Puse un dedo en sus labios, para callarla.
—Me encantaría que nos acompañarás. —Dije sonriendo.
Ella me sonrió de regreso.
Seguimos hablando durante un rato, ella me contó sobre su vida con su padre, y yo sobre mí vida con mis dos padres. Le conté del engaño de mí madre, y de la poca libertad que tenía. Ella me contó de lo extraña que había sido la muerte de su padre, y de lo que le había dicho.
Y así, poco a poco, se fue quedando dormida. Yo la acosté donde estaba mí manta, y la dejé durmiendo.
Yo fuí cerca del fuego, y me abracé a mí mismo para no tener frío, y luego de unos minutos, caí rendido.
Amo este capítulo. Ah.
Espero que les guste. ¡Voten!
Chaoo ♥️
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~Neverland~ DosogasTeam
FanfictionUn grupo de adolescentes que proceden de los protagonistas de los cuentos clásicos, se encuentran por distintas razones, en una misión para librar Neverland, su reino. Deberán encontrar la manera de superar sus diferencias, y así unirse contra un m...