Tregua

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1914:

—Cabo Darcy, usted habla alemán, ¿cierto?

—Sí, señor —respondió el cabo de pie frente al escritorio del mayor—. Soy el intérprete de mi unidad.

—Bien, ¿podría decirme que dice aquí? —Le extendió un pedazo de papel con una inscripción.

El cabo lo tomó y lo leyó, murmuró en alemán lo que decía.

—Dice: "Feliz navidad, camaradas. Buena suerte, gracias por los cigarrillos.", está firmado por un Schumann, mayor.

—¿Sabe dónde lo encontramos? —preguntó en un tono acusador.

—No, señor —El cabo mostraba señales de estar nervioso.

—Lo traía uno de nuestros gatos mensajeros —dijo casi iracundo—, ya arresté al gato por traición. ¿Me puede explicar por qué un gato del Ejército Real de su Majestad traía un mensaje fraternal de los alemanes al otro lado de la trinchera?

—No señor.

—Tengo informes de fraternización con el enemigo y de desobediencia a órdenes directas de dispararles a los alemanes —se encarnó con el cabo y empezó a gritar— ¡Esto es la guerra, el país está destruido mientras ustedes cantan Noche de Paz con los alemanes!

—Señor, con todo respeto, el país no necesita una guerra.

—¿Cómo se atreve a hablarme así? Cabo, el castigo de la traición es la horca, ¿Sabía usted?

—Sí, señor. Lo sé, pero el país no sabe lo que es estar en una trinchera por semanas mientras en en Inglaterra nuestras madres están preocupadas por nosotros y los burócratas están comiendo pavo. Mayor, yo estoy aquí y ni siquiera sé por qué estamos en guerra con los alemanes, no entiendo por qué matarnos entre hombres.

El cabo estaba encarnado con el mayor, estaba harto de todo, y el mayor estaba harto del cabo.

—Cabo, no puedo acusarlos a todos de traición, no puedo mandar a colgar a doscientos hombres. Pero a usted —lo señaló con el dedo—, a usted puedo acusarlo —se volteó a la puerta—, ¡Teniente Smith!

Un hombre entró de inmediato.

—Mayor —se paró firme esperando la orden.

—Arreste a este cabo, por descato.

El teniente tomó al cabo y lo llevó a una celda, no se resistió. Lo metieron en una celda junto a un alemán habían capturado cerca de la trinchera inglesa.

—Cabo Darcy, buenos días —dijo el alemán en su idioma nativo.

—Cabo Steiner, feliz navidad —respondió el Darcy también en alemán y se sentó junto a él.

—¿A qué le debo su visita? —preguntó el militar germano.

—Me arrestaron por descacato.

—Gracias por no dispararme cuando fui a buscar a mi camarada caído —se dieron la mano.

—De nada, camarada.

—¿No tendrá usted un cigarro?

—Con gusto —sacó un par de cigarros y una caja de cerillos.

Fumaron, rieron juntos y se contaron sus historias.

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