¿Solo fue un sueño?

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  Abrí los ojos como pude, mis parpados se sentían pesados y mi cabeza estaba a punto de estallar, no debí haber bebido como si fuera un adolescente. Miré a mi alrededor y me costo unos minutos reconocer mi vieja habitación en casa de mis padres
-¿Despertaste? – la voz de Dominik se coló por debajo de la puerta y me giré hacia ella sin aún poder abrir mis ojos completamente
-Algo así, pasa-me frote los ojos y me sujete la frente
-Tal vez bebiste mucho, Kyoya y Jane te trajeron de arrastro, creí que habías muerto o algo por el estilo- me dio una aspirina y un vaso de jugo de naranja
-Gracias- me tomé la aspirina con ayuda del jugo- creo que me descontrole un poco, llegue a alucinar
-¿Consumiste drogas?
-No papá
-¿Algún alucinógeno?
-No papá, solo, no lo sé - suspire- creí haber visto a Jack- mi padre se quedo congelado unos segundos y luego me sonrió
-Es un nombre que no se oía desde hace tiempo
-Lo sé, por eso mismo no comprendí porqué se le ocurre aparecer en mi cabeza ahora, ¿sabes si está en el pueblo?
-Liam nadie lo ha visto por aquí desde que se fue, tal vez deberías llamar a tus rescatistas- se dirigió a la puerta y se detuvo antes de cruzarla- el desayuno esta listo, ve cuando quieras - asentí con la cabeza y me quedé viendo el techo unos segundos
-¡Liam ven a desayunar!- grito Tom desde el comedor, el “cuando quieras” no era aplicable para él
-¡Ya voy! – suspire y me levanté de la cama, debería darme una ducha; abrí mi viejo armario y aún había algo de ropa allí así que busque algo que podría quedarme y  fui a darme una ducha rápida. Al terminar, luego de vestirme, cepille mis dientes y caminé lentamente al comedor, me dolían un poco las piernas por haber “bailado” tanto
-Te tomaste tu tiempo- dijo Tom mientras leía las noticias en su teléfono
-Lo siento- lo salude con un beso en la mejilla- buen día papá
-Buen día- respondió y continuo tomando su café
-¿Quieres algo en especial para desayunar? – me pregunto Dominik mientras me servía mi taza de café
-No, cualquier cosa esta bien- sonó el timbre y los tres miramos hacia la puerta
-Deben ser las donas que pedí para ti- me levanté de la mesa
-Entonces iré yo- caminé hacia la puerta mientras bostezaba, acomodé un poco mi cabello y finalmente la abrí. Inmediatamente me quedé petrificado al encontrarme a Jack parado frente a mí, ya no teníamos una altura muy despareja pero aún era más alto que yo, su cabello se encontraba bien peinado y acomodado detrás de su oreja izquierda dejando ver sus perforaciones adornadas con caravanas negras, se veía hermosamente adulto, ¿cuántos años tendrá ahora? Si mis cálculos no fallan esta en sus veintitrés, me sonrió pero lo único que pude hacer fue dar un paso hacia atrás y cerrar la puerta bruscamente para luego apoyar mi espalda en ella como si quisiera impedir que un extraño bicho se metiera a la casa
-¿Y las donas? – me pregunto Tom, yo lo mire con ojos perdidos como si acaba de ver a un fantasma – Liam ¿Quién era?
-Jack-susurre, Tom no pudo escucharme pero Dominik corrió hacia mí
-Abre la puerta
-No
-Liam abre la puerta
-¡No quiero!
-¡Abre maldita sea! – me empujo un poco para que dejara de bloquear la puerta y la abrió – Hola, vaya sorpresa nos das-Dijo con una sonrisa y me miro de reojo, negué con mi cabeza casi suplicando- adelante pasa, no te quedes afuera que esta haciendo mucho frío- suspiré sujetándome la frente y caí en cuenta de la pésima facha que llevaba, esa que dice por si misma “resaca luego de ponerme ebrio hasta la punta de los pies”, quise huir para cambiarme pero Dominik me tomo del brazo
-Permiso-dijo Jack luego de haber finalmente entrado
-Adelante, sin formalidades, ¿ya desayunaste?
-Iba a la cafetería para eso mismo y decidí pasar por aquí
-Entonces desayuna con nosotros por favor- yo seguía simplemente parado sin siquiera pestañar creyendo que si no me movía podría hacerme pasar por parte de la decoración y no me vería
-Hola Liam- me sonrió tiernamente como solía hacerlo hace cuatro años y se me subieron los colores a la cara generando que mis mejillas me quemaran, simplemente no pude responder. El timbre sonó nuevamente y Dominik que aún se encontraba de pie atendió, esta vez si eran las donas
-Sentémonos en el comedor – me llevo prácticamente de arrastro y me forzó a sentarme en una de las sillas del comedor, Jack se sentó entre mis padres quedando frente a mi, yo seguía sin poder hablar o parpadear
-¿Qué te trae por aquí? – pregunto Tom
-Llegué ayer en la noche, fue un viaje agotador  y hoy quería ir a desayunar a una cafetería más que nada por nostalgia pero me daba curiosidad saber si Liam seguía vivo luego de como lo encontré ayer-al responder eso me hizo entender que de verdad no estaba delirando
-¿Se encontraron? – me pregunto Dominik pero seguía sin responder así que me dio un pisotón por debajo de la mesa
-Si- respondí a secas y trague saliva
-Espero que te gustara mi regalo- a decir verdad no tenia ni idea de lo que me estaba hablando ¿Qué regalo?, en ningún momento me dio un regalo y ¿Cómo sabía que era mi cumpleaños?. Al darse cuenta que me encontraba totalmente perdido se señalo la hendidura de la clavícula en forma de pista, me puse la mano sobre el cuello y la deslice hasta encontrarme con un collar, bajé la mirada para poder verlo y era una pequeña torre Eiffel bañada en oro que colgaba de un bonito collar en forma de discretas cadenas
-Es muy bonito- admito que mis ojos debieron de haberse puesto brillosos de la emoción y mis mejillas se sonrojaron un poco, detrás de la pequeña torre estaba grabada la frase “toujours à toi” y yo del francés solo entiendo el “oui oui”, Jack rió un poco por lo bajo al ver mi expresión luego de leer internamente esa frase (bueno intentar leerla)
-Tom acompáñame a buscar algo de pan-dijo Dominik mientras se levantaba de la mesa
-Pero si aún …- pude notar como le pisaba el pie a Tom por debajo de la mesa mientras le sonreía- por supuesto mi amor- ambos se pusieron sus abrigos y salieron de casa dejando la puerta cerrada tras ellos y dejándome en un silencio incomodo acompañado por Jack al cual ni siquiera podía ver a los ojos
-Siempre tuyo-rompió finalmente el silencio
-¿Eh? – me quede viéndolo y señalo mi collar
-El collar, dice “siempre tuyo”- mi vista se puso algo borrosa, se me habían asomado unas lágrimas que no deje escapar al frotarme los ojos, me sentía extrañamente ¿feliz?, no había pensado en Jack en estos últimos cuatro años y ahora aparecía como si solo hubieran pasado días y altera mi sistema.

Imperfect LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora