Aceptación

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   Me quedé viendo el esbelto cuerpo de Jack  mientras él sea acercaba a mi, cerré mis ojos instintivamente al sentir su cálida piel sobre la mía, sentí sus besos recorrer mi cuello y hombros mientras deslizaba su mano derecha sobre mi pecho hasta mi abdomen acariciándome con delicadeza como si pudiera romperme; abrí mis ojos levemente y miré a Jack, él se detuvo y se me quedó viendo
-¿Todo va bien? – me dijo con firmeza
-Si… sigue- respondí en voz baja y tragué saliva. Sus manos estaban calientes y me hacían olvidar el frío que abrazaba la habitación debido a la fría noche de invierno; no me sentía mal, me sentía cómodo, seguro y claramente excitado, tal vez esto solo me suceda con Jack, no lo sé, nunca me decidí a explorar mi sexualidad libremente a pesar de tener padres liberales
-¿Estás aquí conmigo? –preguntó Jack al verme tan distraído
-Si, solo pensaba- lo miré y me sonroje un poco al notar que se encontraba entre mis piernas repartiendo algunos besos en ellas. Me dejé llevar soltando todo tipo de preocupación, deslicé mis pies entre las suaves sabanas al sentir la húmeda lengua de Jack en mi abdomen, sentía la pequeña esfera fría de su piercing en mi piel, al mínimo contacto él podía controlarme por completo, me volvía completamente suyo en cada lamida, en cada caricia, en cada beso. Mi cuerpo se estremecía al sentir su calidez en mi miembro, era gentil y seductor, y el aire en la habitación comenzó a ponerse denso, caliente, sofocante, se había perdido totalmente la timidez y gentileza y ya simplemente era devorado por la fogosidad de Jack, me consumía y quemaba, me hacía gemir y aferrarme de sus anchos hombros; sus manos sabían como y en donde tocarme. Sus ojos se fijaron en los míos para luego besarme con pasión sin dejar de envolverme con sus ahora calientes manos, lo quería todo para mí, solo para mí. En ese momento mi mundo entero solo era Jack, quien me sujetaba con fuerza de las caderas mientras me embestía llenándome de placer, al principio con suavidad y cuando mi cuerpo se acostumbraba al suyo se movía mas rápido y fuerte como si finalmente hubiera desplegado las ganas reprimidas desde hace años. Mi cuerpo entero sumergido en placer había perdido su fuerza entre mis jadeos y pequeños gritos; mi boca casi en su totalidad abierta dejaba salir mi lengua y mis oídos escuchaban el rechinar de la elegante cama de dos plazas y los golpes ensordecedores con la pared; no era capaz de emitir una sola palabra y mi vista se volvía borrosa. El éxtasis se había apoderado totalmente de mi cuerpo sudoroso y vibrante mientras intentaba recobrar el aire y regularizar mi ritmo cardiaco luego de que Jack se detuviera, mi abdomen se sentía pegajoso había llegado a ese punto sin ni siquiera darme cuenta. Jack se tiro a mi lado, se veía mas exhausto que yo, al parecer el también había terminado
-Debo… darme un baño- dije entre jadeos sin dejar de ver a Jack
-Voy contigo- intenté moverme pero mis piernas no respondían, simplemente temblaban- te ayudo- se puso de pie y rodeó la cama para quedar de mi lado y así poder cargarme hasta el baño.
  El resto de la noche fue tranquila, caí inconsciente cuando volvimos a la cama y dormí como piedra hasta el mediodía cuando la luz radiante del sol alumbró por completo la habitación de paredes blancas. Abrí mis ojos y mire hacia mi lado, Jack aún dormía, se veía tan tranquilo y lindo a pesar de tener sus rizos totalmente revueltos y casi cubriendo su cara, no pude evitar sonreír sin saber la razón. Me senté en la cama y me desperece soltando un largo bostezo; saqué mis piernas de la cama y toque el piso frío con mis pies ¡demonios que frío!, subí inmediatamente los pies y busqué a mi alrededor, ¡bingo! un par de pantuflas. Luego de ponerme las pantuflas camine hacia el baño abrazándome a mi mismo para intentar combatir el frío; en el baño busque la ropa que me había dejado Jack la noche anterior sobre la estantería, me la puse y luego me lave la cara, cepillé mi cabello y tome un cepillo de dientes que se encontraba sin abrir en la estantería, me cepille los dientes y salí del baño. Atravesé la sala hasta la cocina, tal vez podría cocinar algo… sin quemar nada…, mejor espero a que Jack se despierte
-Buen día- Jack me dio un susto debido a su repentina aparición
-B-buen día – suspiré con una mano en el pecho
-¿Te asuste?-se acercó a mí - estás en mi apartamento deberías saber que estoy aquí
-Si pero apareciste de… - corto mi frase con un tierno beso en los labios
-¿No quieres vivir aquí conmigo? – mi corazón se aceleró
-Ahora no – lo alejé un poco- no puedo dejar a Kyoya como si nada, además no hace mucho que regresaste
-Kyoya está lo suficientemente grande como para cuidarse solo
-Aún así, tu y yo debemos ir despacio
-Eso no dijiste en la noche – susurró en mi oído y mi cara quedó completamente roja
-Eres un idiota
-Tranquilo petit- me beso la mejilla, ¿petit? ¿En dónde había leído u oído esa palabra?
-¿Que significa eso?
-Oh, significa pequeño- me despeinó con su mano
-No tenemos mucha diferencia de altura- dije acomodando mi cabello
-Son unos cinco centímetros mas o menos
-Eso creo- besó mi frente
-Haré algo para desayunar – asentí con la cabeza.
  Luego de desayunar me puse la ropa con la que había ido a la “cita” de ayer, me puse mis zapatos y Jack me llevó hasta mi apartamento, está bastante lejos del suyo
-Liam- dijo Jack y me miró fijamente luego de detenerse frente al complejo de apartamentos
-¿Qué pasa?
-Hagamos esto algo oficial- me quedé viéndolo
-¿De qué hablas?
-Ser novios- tragué saliva y sentí como sujetó mi mano con fuerza- solo si quieres
-Esta bien, pero… despacio – respondí titubeante, Jack sujetó mi barbilla y acercó su cara a la mía para besarme en los labios
-Iremos al ritmo que quieras – me sonrió y bajé del auto.
Al llegar al apartamento la puerta aún estaba cerrada con llave, evidentemente Kyoya no había dormido aquí. Abrí la puerta y la cerré detrás de mí , mi teléfono sonó, Kyoya estaba llamándome, atendí inmediatamente
-¿Hola?
-Liam- la voz de Kyoya se oía extraña
-¿Cómo estás?
-En el hospital – mi corazón se detuvo unos segundos- tuve un accidente con el maldito auto
-¡Te dije que terminarías así! – la angustia y la preocupación me llenaron el pecho
-Cálmate, estoy bien, solo tengo quebradas algunas cosas, al carajo mi carrera en el modelaje – se encontraba realmente molesto
-Eso no importa ahora, importa que te recuperes, iré para allá enseguida- corte la llamada y así como acababa de llegar volví a marcharme a toda la velocidad que me permitían mis pies, espere un tren el cual me dejaba bastante cerca del hospital. Llegué en unos veinte minutos y entre a la recepción, me indicaron el número de habitación en la que se encontraba Kyoya y fui velozmente a ella
-Hola – dijo Kyoya al verme entrar a la habitación del hospital, junto a él se encontraban Emily y Sky
-¿Sky? – me quede viéndola, ¿qué hacían allí?
-Oh, yo vine a acompañar a Emily, se esta quedando en mi casa- me quedé viendo a ambas unos segundos y sacudí la cabeza para enfocarme en lo que era importante
-¿Qué te rompiste? – miré a Kyoya en la camilla, solo pude ver el yeso en su brazo izquierdo
-El brazo, tres costillas y una pierna- suspiré y me sujeté la frente- no es mi culpa que no todos respeten mi magnífica forma de conducir – dijo en tono de broma mientras sonreía
-No bromees, pudiste haberte muerto- pasé el resto de la tarde allí con Kyoya hasta que terminó el horario de visita.
Me dirigía a casa cuando un auto se detuvo junto a mi
-¿Te llevo? – Sven asomó su cabeza por la ventanilla del auto, ¿soy el único que no tiene un auto?
-No gracias
-Liam no voy a comerte a no ser que lo quieras- dijo con su icónica sonrisa pervertida
-Esta bien- respondí con un suspiro para luego subirme a su auto.

Imperfect LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora