CAPÍTULO 3

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Ya pasaron 3 semanas desde que te fuiste y ando cada vez peor, Jae Bum tuvo que venir con su novio, Young Jae, para traerme comida y lograr hacer que me aseara un poco.

Abrieron la puerta, todo de ti ya se había ido, ya no olía tu olor a vainilla ni en las sabanas, ni el sofá, nada.

Young Jae me daba comida ya que no tenia ánimos ni de levantar los brazos y eso me recordó tanto a ti todas las veces que me encontraba enfermo.

Había faltado a la universidad ya que por culpa del malparido de Yug Yeom que me dejo esperando bajo la lluvia termine agarrándome un resfriado.

Ya eran más de las cinco de la tarde y alguien toca a la puerta de mi cuarto, no me dejo ni responder ya que abrió la puerta.

Jackie de mi corazón bello y hermoso.Dijo Mark mientras entraba a mi habitación con una bandeja con comida.

Siempre que ando enfermo odio comer, mi mamá lo sabe, Mark lo sabe pero de todas formas mi mamita toda bella, lo usa para darme comida cuando me encuentro así.

—No tengo hambre—Dije y Mark dejó la bandeja sobre mi escritorio y se sentó conmigo en la cama.

—Vamos Gaga, necesitas comer aunque sea esta sopita, así te sentirás mejor. —Dijo acariciando mi cabeza.—Hazlo por tu bello novio, bebé.—Depositó uno de sus tiernos besos en mi frente.

— Sólo por ti, pero me la vas a dar tú o sino no como.—Dije en protesta y Mark solo hizo un adorable puchero.

—Jackson, eres un consentido.—Me sacó la lengua y fue a buscar la sopa para volverse a sentar en la cama solo que más cerca de mi e ir dándome la sopa.

—Tú eres el que consiente mucho, pero no me quejo, eres solo mío y tus mimos tambien.— Me acerque a él y lo besé en los labios.

—No me beses que me puedes contagiar.—Se separó de mi y se limpió la boca con la manga de su sudadera de forma exagerada.

—Si te enfermas al menos estarás enfermo con el sexy de tu novio.—Dije orgulloso y el solo me miro incrédulo.

—¿Cómo puedo estar locamente enamorado de alguien tan fanfarrón y narcisista como tú?—Dijo haciendo una mueca algo graciosa, mientras me seguía dando la sopa que ya no le falta mucho.

—No sé, fuiste tú quien estaba detrás de mí.—Dije burlonamente y la siguiente cucharada casi me la mete por la nariz.

—Es cierto, y me alegra tener lo que tanto quiero.—Dijo para continuar dándome lo que quedaba de sopa.

De un momento a otro ya no quería comer. Me para rápidamente, provocando que se le cayera el plato a Young Jae, y salí corriendo al baño para vomitar.

Ese recuerdo, recordar a Mark tan feliz y atento, tan hermoso, todo eso se fue.

Maldita sea, cuanto quiero matar a ese conductor.

Los hombres no lloran [Markson]Where stories live. Discover now