Capítulo 5.

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Seungmin solo se había quedado ahí, sentado en medio de la sala con las luces apagadas, tenía inmensas ganas de llorar, pero no lo haría

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Seungmin solo se había quedado ahí, sentado en medio de la sala con las luces apagadas, tenía inmensas ganas de llorar, pero no lo haría.

Que Hyunjin lo besara era lo que más había querido en la vida, pero no era así cómo se lo había imaginado, usualmente eran los dos en uno de esos populares caminos con árboles de cerezo en flor a los costados, él le tomaría la mejilla suavemente y uniría sus labios mientras los pétalos rosados caían sobre ellos. Pero no era lo que había experimentado esa noche, sí, le gustó, le encantó haber probado los labios con los que tantas veces había fantaseado, pero... ¿cómo se podría expresar lo que sentía?

Ni él mismo sabía cómo expresar lo que sentía.

Se levantó del suelo y caminó hacía su habitación, todo estaba oscuro, no se molestó en prender las luces y por eso mismo en dos ocasiones chocó con alguna cosa.

ㅡHyunjin, eres un tonto ㅡsusurró cuando estuvo acostado boca arriba en su cama.

Llevó sus dedos a sus labios, ¿por qué seguía sintiéndolo?

ㅡ¿Por qué lo hiciste?

En medio de la noche y sintiéndose más solo que nunca, Seungmin no pudo controlar sus lágrimas porque había caído en cuenta que Hyunjin solo lo había besado por impulso, no era nada más, no era como en los dramas, él era el único que estaba enamorado. Él era el único tonto ahí.

Escuchó unos pasos por el pasillo y supo que Hyunjin había vuelto. Se volteó en su cama para darle la espalda a la puerta que había dejado abierta. Sabía que el mayor tenía que pasar por frente a su habitación de camino a la propia.

El reloj marcaba cerca de las tres de la madrugada cuando Hyunjin entró a la habitación de Seungmin, se sentía mareado, en parte porque había estado bebiendo y no le sentó bien, pero estar en el cuarto del menor, rodeado de una calidez y un grato aroma a crema y cerezas, lo mareaba de una forma distinta.

No estaba bien, se sentía tan inestable en ese momento, donde lo veía tan delicado y frágil. Seungmin era algo sagrado para él, pero él mismo lo había dañadoㅡ. Lo siento, Seungminnie.

Luego se fue, no podía estar más tiempo ahí. No sentía que hubiera hecho algo mal, solo creía que esa no era la manera.

ㅡNo es así, no me gusta Seungmin ㅡmurmuró camino a su habitación, como si se tuviera que convencerse de eso, como si se reprochara, no sabía realmente por qué lo hacíaㅡ. No te puede gustar, Hyunjin, estás loco.

Cerró la puerta de su habitación, encontrándose solo en medio de la oscuridad de la noche.

Estaba cansado, por supuesto, pero no podía dejar de pensar, los sucesos de ese día no lo dejaban tranquilo.

HYUNJIN, PERDÍ MI CALCETÍN .ㅡHYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora