Capítulo 7.

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Seungmin se sentía nervioso, demasiado para que pudiera controlarlo, así que caminaba de un lado a otro en la sala de espera

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Seungmin se sentía nervioso, demasiado para que pudiera controlarlo, así que caminaba de un lado a otro en la sala de espera. Solo eran las pregrabaciones, pero no se sentía listo aun. Estaba emocionado, pero aterrado y lo invadía una extraña sensación de querer abrazar a Hyunjin en ese instante. No, solo necesitaba tenerlo cerca, sin embargo eso no era posible.

Volvió a mirarse en el espejo. Su atuendo lo hacía ver diferente, pero sabía que eso era lo que quería, ese era su sueño. Sonrió por estar cumpliendo lo que deseaba su corazón, aun con ese pequeño hueco en su interior. Se sentía solo.

ㅡHyunjin, no sabes cuánto te extraño ㅡsusurró, tirándose al pequeño sofá que había ahí.

Apesar de que Seungmin se sintiera extraño con la repentina confesión de su compañero, que se sintiera emocionado y feliz de ser, en parte, correspondido, le provocaba un cierto temor. ¿Y si Hyunjin estaba confundido? No soportaría que algo así le pasara.

Escuchó el anuncio de los 15 minutos y salió del cuarto para dirigirse al escenario. Cuando vio a todas las personas que habían asistido a verlo, pudo jurar que estuvo a punto de llorar. Solo eran las pregrabaciones, pero estaba totalmente conmovido por el apoyo que le daban aquellas personas que ni siquiera conocía. Quería dar todo de él, quería poder retribuir todo el apoyo que recibía. Se sentía tan agradecido y no merecedor de todo eso que no podría describir su felicidad en ese momento.

Salió al escenario y las luces lo iluminaron, se sentía tan refrescante, se sentía libre. Escuchaba gritos y, luego de acostumbrarse a la intensa iluminación, vió a todas aquellas personas con pancartas, barras luminosas y cuanta cosa pudiera imaginar. ¿Todo eso era por él, aún si no había hecho nada?

ㅡHola, eh... ¿Cómo están todos? ¿Han llegado a salvo? Esto... Espero que disfruten la presentación y muchas, muchas gracias por venir.

Otra ovación de vuelta y se colocó en posición para la presentación. Su corazón latía a mil y estaba preocupado de que su respiración agitada se notara por el micrófono. Pero todo se detuvo cuando empezó la música. Eso era para lo que se preparó, su sueño.

Sentía que su corazón se canalizaba a través de su voz, transmitiendo todo lo que quería, todo lo que quería para animar, alegrar y alentar a todo aquel que lo escuchara. Era perfecto para él, bueno, casi perfecto.

Porque él no lo supo, que Hyunjin sí había llegado a verlo, había llegado a escuchar su voz y los sentimientos que flotaban en el ambiente llenaban su corazón. Sí, ese era el chico de quien estaba enamorado, a quien tanto amaba. Lo vio tan feliz, tan perfecto e inmutable que tuvo miedo. Seungmin era feliz haciendo lo que amaba, pero él no podía y no quería interrumpir eso. Quería que Seungmin fuera feliz, así que se fue de ahí, dándole una última mirada al que fue el amor de su vida y que perdió para siempre.

Cuando todo terminó, el corazón de Seungmin se sentía tan liberado, casi podía sentir que volaba. Todo había sido tan mágico que no cayó en cuenta de que no había visto a Hyunjin ahí. Solo cuando estuvo afuera con el frío soplándole la cara, aceptó su realidad y la única que le sonaba lógica a su parecer.

Hyunjin solo había estado confundido, esos besos no habían sido nada y todo lo sentía por él era en vano.

Dio su último suspiro antes de caminara rumbo a casa, era como aquel cuento de La Cenicienta. Todo su mundo mágico había acabado al caer la noche y la zapatilla de cristal se había transformado en un calcetín perdido. Pero eso no era un cuento de hadas con final feliz al parecer.

Su nuevo apartamento era tan vacío, agrio, sabía que algo le faltaba, pero no quería admitir qué o quién faltaba ahí

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Su nuevo apartamento era tan vacío, agrio, sabía que algo le faltaba, pero no quería admitir qué o quién faltaba ahí.

Se recostó en su sillón y dejo correr, una a una, las gotas saladas que brotaban de sus ojos. En esos momentos, cuando se sentía tan cansado, triste y solo, solía pedirle al mayor que lo abrazara mientras acariciaba su pelo. De verdad lo calmaba eso, pero él no estaba ahí.

ㅡFuiste muy bueno, un gran chico, el mejor que pude encontrar, pero yo no soy ni un cuarto de lo que mereces, Hyunjin.

Ahí, solo, le confesó a la noche lo mucho que llegó a amar a ese chico, lo mucho que lo extrañaba y lo mucho que deseaba estar con él. Derramó sagradas lágrimas por él, pero sus caminos eran separados y no supo que esos caminos debían volver a encontrarse cuando, después de una semana repleta de presentaciones, grabaciones y programas, lo vio en el umbral de su puerta.

Sus ganas de besarlo no bajaron y lo único que pudo hacer fue tomarse de su cuello porque sentía que se caería tan pronto como volvió a probarlos. Y verdaderamente cayó, cayó en sus labios, en sus palabras, en sus respiraciones, en sus manos, en sus “te amo”, en sus promesas, en sus jadeos, cayó por completo en Hwang Hyunjin.

ㅡ¿No me dejarás? Yo hice una promesa.

ㅡLo sé y me es imposible dejarte ㅡsonrió el mayor mientras dejaba un beso y cubría el hombro desnudo de Seungmin con una sábana blancaㅡ. Los Hwang no rompemos promesas, ya te lo había dicho. Te amo y te amaré por lo que me resta de vida.

Seungmin sonrió, sí, eso era lo que quería oír, pero lo sentía, sentía que todo eso era real, era verdadero y mágico a la vez.

ㅡTe amo, Hyunjin.

ㅡTe amo.

Fin.

Fin

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HYUNJIN, PERDÍ MI CALCETÍN .ㅡHYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora