El libro (Primeros tiempos)

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Pagina 250

Primeros tiempos

Llegaron a la cabaña con las botas embarradas, traían en un saco al hombro la caza de los días ausentes.

El interior era cálido a causa del fuego donde se calentaba agua. Al fondo del lugar, una joven estaba de espalda inspeccionando la cosecha de su huerta.

Se dio vuelta y sonrió al verlos, el joven de mirada nerviosa se acerco a ella y la abrazo, besándola en los labios.

Ella comenzó a parlotear alegremente sobre lo ocurrido esos días, saludo al otro muchacho con un abrazo y acto seguido comenzó a revisar los sacos. Después de saludarla él se quedo observando como la pareja comenzaba a desplumar las aves.

Sonrió ante la escena, su amigo era casado y vivían con su esposa en esa pequeña cabaña, él vivía un poco más abajo, pero solía pasar la mayor parte del tiempo con su amigo allí, solo para sentir calor hogareño.

Mas tarde sobre la mesa había un guiso que humeaba, se sentaron y comenzaron una ligera conversación. Todo fluía de manera armoniosa, en un momento la joven dijo muy alegre que esta temporada había sido muy buena, la huerta dio bastante cosecha y los animales estaban sanos. Corto un pan y a cada uno le dio un mendrugo.

Ambos muchachos se miraron cómplices, el mayor de ellos, quien tenía el carácter más fuerte, miro por la ventana hacia el jardín trasero donde estaba la tierra abonada y diviso a lo lejos como misteriosamente brotaba una planta.

El resto de la velada siguió igual de alegre, ya había pasado una temporada fuera de su morada y debía volver.

Agradeció el plato de comida y se levantó, su amigo y su esposa le dijeron que, porque no se quedaba allí, siempre pasaba varias noches con ellos, era bienvenido y ya pertenecía a la familia.

Entonces los dos jóvenes la miraron, ella se ruborizo y se levantó, se acercó a su esposo y dijo que esperaba un hijo.

Inmediatamente la envolvió en un abrazo, le planto un beso en los labios y pregunto porque no lo había dicho en un comienzo, ella se excusó diciendo que quería guardar la sorpresa para el final.

El otro amigo la felicito y termino despidiéndose, salió rápidamente del lugar y cuando paso por la ventana, observo la escena que había dentro, ambos se habían sentado junto al fuego y el la abrazaba tiernamente, ella se dejaba acariciar por su marido.

De repente negó con la cabeza, un poco irritado, y se encamino a toda velocidad hacia su hogar. 

Rin: El precio de la eternidadWhere stories live. Discover now