Descanso

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El grupo de jóvenes junto a un par de soldados y por último el joven castaño avanzaban hasta llegar a la enfermería de la enorme nave, tuvieron que evacuar a los demás cadetes una vez lograron dejar al muchacho en una camilla, además que suspender las pruebas a causa de los daños en el campo y uno de los senrock de entrenamiento por lo que cada joven debía volver a su habitación. Además de notificárselo al Gran Zorn.

En cuanto Ness pudo sentarse en la camilla, solo en esa gris habitación iluminada por luces de un tono turquesa y algunas franjas rojas en las paredes, pudo finalmente respirar calmado, su vista bajo inmediatamente hacia sus manos notando que en sus palmas tenía pequeños rastros de aquellos cristales y que a la luz se podían notar sus pequeños reflejos de tonos purpuras, pero más que nada, lo que le tenía impresionado y además, asustado era la gran mancha oscura que abarcaba gran parte de sus manos, incluso se podían notar pequeñas líneas irregulares llegando hasta el dorso.

La caída de algo espeso y carmín sobre sus piernas le despertó de ese momento, al alzar la mirada empezó a sentir como un líquido se deslizaba desde su nariz hasta su barbilla, estaba sangrando, entrando a un pequeño momento de pánico intento cubrir su nariz con su mano mientras alzaba su cabeza mirando hacia el techo, no pudo notar cuando alguien entró a la habitación pero el sonido de las puertas deslizándose le notificaron el ingreso de alguien a la enfermería.

- Oh vaya, era cierto - una voz femenina, algo rasposa, le hizo saber que la encargada de la enfermería había sido la persona quien entró, escucho el sonar de sus zapatos ir por algunos lugares de la habitación hasta que el tacto de unas manos arrugadas y delgadas llegaron a los lados de su cabeza para hacerle agachar la mirada, la mujer pronto empezó a limpiar todo rastro de sangre en el rostro del castaño hasta poner una pequeña bola de algodón en el orificio donde salía el líquido rojo.

- Será mejor que te recuestes - pidió, el castaño no tardo en hacer lo que le dijo aunque fue un poco más lento de lo que quería, aún sentía el temblor de sus extremidades, al ya sentir el incómodo colchón de la camilla dejo que sus manos descansarán en su regazo y su mirada se quedó fija en el techo, aún le parecía curioso que la luz de aquella habitación fuese más clara que la de las otras habitaciones.

No noto cuando la anciana mujer había llegado con una tableta semi transparente donde se puso a escribir y deslizar cosas en ella, además de ver una pantalla sobre la cabecera de la camilla donde se podía apreciar los signos vitales de Ness, esto solamente le puso nervioso y en consecuencia, la pantalla fue rastreando como sus latidos aceleraban, esto fue notado por la mujer.

- Mantente tranquilo, querido, no voy a realizarte ninguna operación o algo así... Al menos aún no - y la poca calma que el joven había recuperado fue esfumado por el último comentario de la anciana aún si fue con propósito de que el chico no escuchará.

Pasaron así varios minutos donde la doctora/enfermera comenzó a revisar, analizar y preguntar buscando el que de lo sucedido en el campo, pues a decir verdad nunca había escuchado algo así en sus 5,000 años en ese imperio. Durante el cuestionario, las manos de Ness comenzaron a arder en toda la zona en que la mancha cubría su piel por lo que ahora las tenía untadas de una especie rara de crema rasposa y olorosa de un color verde menta, y posteriormente vendadas, recordaba las clases de boxeo que su hermano le daba después de las primeras clases de cadetes aunque está vez en serio le dolían mucho las manos.

Pronto, el sonido de la puerta deslizándose junto con varias pisadas y voces exclamando asustadas aparecieron, de reojo pudo notar que se trataban de sus hermanos Meg y Trevor, seguramente habían dejado sus puestos de trabajo, aunque le sorprendía por parte de su hermano mayor ya que casi nunca había hecho esto a menos que fuera asunto serio, y eso solo le hacia preocuparse más tratándose de su caso.

La Vida De Un ZornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora