Luego de hablar con aquel niño nuevo en su vecindad, Emily estaba bastante emocionada.
Le habló todo el día a su hermano mayor, Arthur, sobre él.
Al escuchar el portón de su patio abrirse, Emily se quedó quieta. ¿Será su madre? ¿Se dará cuenta de qué el vestido estaba sucio?
— ¡Tranquila! Lo deje como si fuera nuevo. No te preocupes, Emily. — Decía el rubio mayor en un intentando de calmar a la menor.
Pero vio una figura mucho más grande que su madre. ¿Podrá ser..?
— ¡Papá! — Emily saltó hacía los brazos de su padre, emocionada.
Su padre la abrazó con la misma emoción, mientras su madre analizaba el vestido.
— Emily. — Dijo fríamente.
La niña se tenso. — ¿Sí, mamá? — Giró para poder verla, era su fin.
— Hiciste un buen trabajo cuidando el vestido. ¡No tiene ni una mancha!
Emily y Arthur suspiraron internamente.
— ¿Hay nuevos vecinos? — Preguntó su padre, bajando a la niña en el suelo.
— ¡Sí! — Contestó Emily con emoción.
— Emily ya se hizo amiga del niño nuevo. — Su hermana si que era amistosa.
— ¿Eh? ¿En serio? ¡Entonces hay que invitarlos a comer! — El padre era igual que Emily ante esas cosas.
Su madre por otro lado no estaba muy contenta. — Pero son extranjeros.. Asiáticos.
— ¿Qué tiene de malo? — Preguntó Emily, con inocencia.
— Cosas de grandes, Emily. No te metas.
La menor hizo un puchero y decidió ir a molestar a su hermano mayor quién descansaba plácidamente en el sofá.
— No seas así cariño, ¿Que aprenderá Emily de ti? — La mujer quiso hablar, pero de sus labios no salió ninguna palabra.
— ¡Emily! — Le llamó su padre.
— ¿Qué pasa?
— ¿Por qué no vas con Arthur a invitar a la nueva familia a cenar ésta noche?
— ¿Ehh? ¿En serioo? — Emily no se la creía, sabiendo cómo era su madre.
— Entonces escribiré una carta como invitación. — Decía Arthur agarrando un papel y un lapicero.
★
Ambos hermanos caminaban lentamente hacia la casa vecina.
Emily veía la carta de su hermano. — Parece letra de señorita. — Comentó.
— ... Cállate. — Justo en su orgullo. Pensaba que era una letra elegante.
Llegando a la casa, Emily intentó tocar el timbre. Pero no alcanzaba.
— Te falta crecer bastante. — Sonreía el rubio, encantado de molestar a su hermanita.
Tocó una vez aquel timbre y ambos esperaron a que alguien atendiera.
La familia de Kuro miraba desde la ventana. — ¿Qué querrán? ¿Quiénes son? — Preguntaba preocupada la madre.
— No lo sé, quizá si nos quedamos aquí se vayan.. — Decía el padre.
— Mamá, papá.. Son los vecinos de al lado.. Conozco a la niña. — Decía Kuro, a quien el causaba bastante gracia la paranoia de sus padres.
Y sin su consentimiento, Kuro salió a recibir a ambos hermanos.
— Buenas tardes. — Saludó cortésmente.
— ¡Hola~!
— Buenas tardes. ¿Están tus padres? — Preguntó Arthur, le extrañaba que saliera un niño a recibir a unos extraños.
— ¿Para que los necesitas?
— ¡Queríamos invitarte a ti y a tu familia a una cena esta noche! — Soltó Emily, quién no ocultaba la sonrisa de su rostro.
— ¿Por qué..?
— Es una clásica bienvenida de aquí. Toma, hicimos una carta. — Emily le tendió la carta.
Kuro dudó de si aceptarla o no. Al final, decidió aceptarla. Rozando sus dedos con la mano de Emily.
— ¿Es tu letra? — Preguntó.
— No, es la de mi hermano.
— Parece de señorita..
— Ejem. — Dos veces en un día, genial. —Por favor, haznos saber si tus padres aceptan venir.
— ¡O puedes venir tú solo! — Emily solamente quería hacerse amiga de aquel niño, tanto que sonó bastante descortés.
— ¡Emily! — Le reprochó su hermano.
— Se los haré saber. Gracias por la invitación.
Y así, Kuro entró a su casa con la carta en manos. Pensando en la calidez de la mano de su vecina.
Emily y Arthur se dirigieron a su casa.
Emily estaba tan emocionada que daba pequeños saltitos. Arthur la observaba con una sonrisa ladina en su rostro.
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En Tren.
Historical FictionDos niños se conocen por una mudanza a un tranquilo lugar en los Estados Unidos, se hacen amigos, se enamoran y luego un tren les quita todo lo que una vez conocieron. Ambientado en la SGM y en los campos de concentración estadounidenses para los j...