C.8

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A la mañana siguiente Emily decidió levantarse muy temprano para ir a escondidas a la casa de Kuro.

Tiró algunas pequeñas piedras por su ventana hasta que este salió a ver de qué se trataba.

Le hizo señas para que bajase.

*

- ¿Qué pasa, Emily? - Talló sus ojos, aún seguía un poco dormido.

- Ven, vamos a mi base secreta. - Le tomó de la mano, guiandolo.

- ¿Base secreta? Hablas como si fueras un agente secreto.

- ¡Lo soy! - Sonrió como normalmente lo hacía, una sonrisa de oreja a oreja.

- Bien, te sigo. - El por su parte esbozó una sonrisa ladina.

Caminaron por 15 minutos antes de llegar a un gran árbol. Allí era.

Subieron y se instalaron allí.

- Vamos a quedarnos aquí hasta la hora del almuerzo, ¿Te parece?

- Claro.

Emily se acercó a él, tomándolo de la mano con fuerza.

- Solo.. quiero quedarme así.. tomando tu mano.

- Puedes hacerlo.

Kuro le devolvió el agarre con la misma fuerza.

- Espero que podamos hacer la obra.. - Murmuró Emily con pocas esperanzas.

- Emily, pronto será tu cumpleaños.. cumplirás 16.

- Sí, debes asegurarte de venir. - A Emily no le gustaba el tono de voz que usaba Kuro, era extraño.

- Creo que tendré que darte tu regalo por adelantado.

- ¿Hm?

Se acercó a ella peligrosamente, y unió los labios de Emily con los suyos en un suave beso.

Al separarse, Emily no podía hablar.
Estaba perpleja. No sabía cómo reaccionar ni que decirle. Estaba completamente roja.

- También.. este collar. Son de esos collares donde se guarda una foto dentro. Hay una foto de nosotros dos.. el primer día que nos conocimos Arthur nos fotografió.

Kuro dejó el collar en las manos de Emily, ésta la vio son ojos llorosos. ¿Esto era una despedida?

- ¿Por qué tienes que irte? ¡Quédate! ¡Estarás seguro aquí!

- No puedo huir como un cobarde.. No dejaré a mis padres solos.. - Desvió su mirada, tampoco quería dejarla.

- Kuro.. quedate. - Volvió a insistir. Con ojos suplicantes.

- Lo siento, Emily. Debo volver.

Kuro alejó su mano de la de Emily, levantándose y yendo hacia las escaleras de aquella casa del árbol.

- ¡Kuro!

Emily se levantó para perseguirle. Kuro desde aquellas escaleras le confesó algo.

- Me gustas. No lo olvides.

Y bajó rápidamente, dispuesto a irse.

- ¡Espera, Kuro! ¡Aún no escuchaste mi respuesta! - Gritó desde arriba del árbol. Sonrojada a más no poder.

- ¿Cuál es?

- Tu también.. - Murmuró al principio. -Tú también me gustas!

- Lo sabía. - Murmuró con una sonrisa invisible. - ¡Nos vemos, Emily! - Corrió rápidamente hacía su casa, estaba inexplicablemente feliz por la respuesta de su amiga. Habían pasado toda la mañana juntos.

*

Minutos después de que Kuro se fue Emily también decidió irse. No pudo alcanzarlo, aunque no parecía Kuro era atlético.

Al doblar en la esquina vió policías cerca de su casa. Mierda, ¿Tan pronto..?

Obviamente, estaba allí para enviarlo a ese campo.

Corrió lo más rápido que pudo, llegando a su casa no pudo ver a Kuro. Decidió ir a verlo a su casa, pero Arthur la detuvo tomándola del brazo.

- Emily, basta ya.

- Pero Arthur, Kuro está... - Con lágrimas en los ojos, Emily intentaba safarse de su agarre.

- No podemos hacer nada.. - Arthur mordió su labio inferior. Se sentía impotente.

Emily vió a Kuro en uno de los móviles policiales. Junto aire para que su voz llegará a él.

- ¡Kuro! ¡No olvides lo que dijiste!

Kuro le sonrió tristemente, saludandola.

Los policías se fueron rápidamente después de dejarlos en las patrullas y confiscar sus cosas.

- Kuro..

Susurró Emily, cayendo de rodillas al suelo. Cubrió su rostro entre sus manos. Lloraba en silencio mientras Arthur miraba el camino por donde Kuro se había ido.

¿Por qué?

Se repetía Emily.

¿Qué habían echo mal?

¡No se merecían eso!



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