Capitulo 8

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Aunque he sufrido mucho por ti,quiero que sepas que no cambiaría nada de lo que viví a tu lado. Si tuviera mil vidas que construir, en todas volvería a buscarte, y en todas y cada una cometería dichosa los mismos errores que cometí en la primera.

Reconozco que hubo un tiempo en el que me sentí utilizada, pero hoy todo eso ha pasado. Ahora me doy cuenta de que tú también sufriste, pues tu elección no era sencilla y no podías seguir el ritmo que mi pasión demandaba. También sé que nunca quisiste hacerme daño, y que tu aparente serenidad escondía un corazón tierno que no alcanzaba a descubrir qué camino debía notar.

Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido y de haber comprendido tantas cosas... ¡sigo echándote tanto de menos!

***

Tres meses después, las cosas no habían cambiado demasiado. Nuestra escapada romántica había sido algo que recordaría mientras viviera pero, como suele pasar con lo sublime, también fue efímera. Tuvimos que regresar a Seul , y allí volvimos de nuevo a la rutina que tanto miedo me daba. Pronto se hizo evidente que mi amante no parecía inclinada a abandonar a su marido, y todo lo que yo podía esperar eran uno o dos encuentros semanales,encuentros que me daban la vida pero que al mismo tiempo me dejaban sumida en un estado de desesperación absoluta.

Mientras tanto, un nuevo curso académico había empezado, y nadie en el instituto sospechaba que entre nosotras hubiera mucho más que una simple amistad. Yugyeom seguía tratando de flirtear conmigo, y yo a veces tenía que contar hasta cien para no explotar y contarle al mundo entero mi condición sexual y la pasión que me consumía.

Sé que fui muy cobarde en aquella época. Hubiera debido forzar la situación, pedirle a Mina que tratara de tomar una decisión sobre cómo quería vivir su vida. El problema era que, siendo tan dulces y maravillosos los ratos que pasábamos juntas, me daba un miedo atroz exigir algo que tal vez mi amiga no estuviese dispuesta a concederme. Aunque no pasaba un día sin decirme a mí misma que aquello no podía continuar, lo único cierto era que, cada vez que Mina entraba por mi puerta sonriente y con un brillo irresistible en la mirada, siempre encontraba alguna excusa para postergar una semana más la charla que podría decantar la balanza a un lado o al otro.

Creo que estaba a punto de aceptar aquella situación como un mal menor cuando, una tarde, me encontré por azar con Mina en un centro comercial. No habíamos quedado allí y ni siquiera era un sitio por el que yo me desplazara con asiduidad, pero supongo que el destino tiene a veces esos curiosos y retorcidos caprichos.

Porque, aquella tarde, mi amiga paseaba cogida del brazo de Bam Bam, su marido y mi verdugo.

***

—¡Chaeyoung, qué alegría! Me alegro mucho de verte.

—Hola... cuánto tiempo.

Contrastando con la efusividad de su pareja, era evidente que Mina no sabía cómo comportarse. Se había puesto muy colorada, tanto como probablemente lo estaba yo misma. Sólo Bam Bam, que no podía sospechar lo que había entre nosotras, parecía tranquilo y relajado.

Por primera vez, sentí con tristeza que ni mi amiga era tan perfecta ni su marido tan malvado. ¿No estaba al fin y al cabo traicionándole de un modo miserable?

Yo sabía que Mina me quería, que no sólo se metía en mi cama buscando un orgasmo salvaje y furtivo pero, ¿justificaba eso que llevara meses mintiendo de un modo tan hipócrita?

Te amo , Luego existes (Michaeng Adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora