Mi Amada General

Capitulo XI

Shi y Yan Da iban en el mismo carruaje, desde que habían subido a él no se dirigieron la palabra por ningún motivo, ella estaba vestida con ropa militar como era su costumbre, mientras el se había vestido con sus mejores galas como si fuera el la novia regresando a casa de sus padres despues de la boda, simplemente había cosas que su esposa no sabia tener en cuenta en las tradiciones.

Pero a pesar de su ruda vestimenta su belleza aun destacaba, tenia el cabello en una cola alta, usaba delicado maquillaje que hacia ver sus ojos más grandes y el carmín que se colocaba en los labios los volvían aún más deseables, como en este preciso momento a él le gustaría probarlos.

Shi no se había dado cuenta pero la estaba observando por bastante tiempo, mismo tiempo que ella lo estaba observando de reojo, hasta que le molesto tanto su inspección que ella lo miro directamente:

- Príncipe que tanto me ve, le hablo ella, pero el seguía como en trance observándola.

Al ver que no reaccionaba chasqueo sus dedos delante de él, haciéndolo reaccionar, con un parpadeo sin entender bien que era lo que pasaba.

- Príncipe ¿Qué era lo que tanto me observaba?, pregunto ella.

El solo abrió los ojos sorprendido, sintiéndose descubierto le respondió: ¡ Quien perdería su tiempo viendo a una mujer fea y vulgar como tu!.

Yan Da sonrió de su comentario, a ella simplemente no le podía afectar una rabieta de un niño como era el príncipe de hielo, así que lo ignoro y saco la cabeza por la ventana preguntando a Chao Ya si faltaba mucho.

- Mi general ya estamos a las puertas de la mansión Feng, le respondió ella.

Al cabo de unos minutos el carruaje se detuvo, Yan Da bajo de él siendo seguida por Shi a su espalda.

Lang Shang se acerco a ellos dándoles la bienvenida:

- Cuñada has llegado, le dijo dándole un abrazo, luego haciendo una reverencia ante el principe lo saludo:

- Buenos Días su alteza Príncipe Heredero, pase para que pueda refrescarse esta haciendo bastante calor, ya se encuentran preparadas las bebidas frías y la comida, por aquí si me hace favor.

Shi quedo impresionado con la buena educación de la cuñada de Yan Da, lejos del comportamiento tan burdo de ella, decidió que en respeto a ella no se comportaría de mala manera, así que la siguió, sonriendo a orden de Yan Da que lo amenazo que cambie de cara.

- Mira esposa son muy acogedores conmigo, quizás tenían miedo de que te abandonará, le dijo él en tono sarcástico.

Chao Ya que no podía escuchar a ese hombre menospreciando a su general le dijo: - Oh no su alteza, yo creo que ellos temían que la general en la noche de bodas te diera tan duro que produjera la muerte, siendo que eres muy delicado, casi se mueren de horror por eso.

Yan Da volteo y la miro de mala manera.

- Chao Ya, cada vez te portas peor, la regaño Yan Da, ella bajo la cabeza, pero sonrió internamente al haber puesto en su lugar a ese engreído.

Ambos entraron al salón de té de la mansión, Lang Shang los invito a sentarse.

- Su alteza tome usted asiento, ya traerán el té, les dijo.

- Gracias cuñada, hare que traigan los regalos, le dijo Shi para luego ordenar que empezar a traer los regalos que habían preparado.

- Gracias su alteza es muy considerado de su parte, le contesto Lang Shang.