Hay amores que son para siempre.

Reconciliación llena de aventuras

El 24 de junio del 2017 eran los cumpleaños de mi padre así que viaje hacía Florencia – Caquetá, fueron dos o tres días que estuvimos separados, le dije a Daniela que cuando volviera iríamos a acampar, llegue y el mismo día partimos hacía la represa, así fue antes de salir de la ciudad nos dirigimos a un restaurante y compramos medio pollo brostaer y una gaseosa para los dos llegamos tipo 5 entre 6 pm, tuvimos tiempo de armar la carpa e ir a ver las compuertas, hablamos durante unos minutos y luego cenamos, lo demás ya se imaginaran, dos inexpertos queriendo ser expertos en el amor, ella locamente enamorada brindándome todo de sí, yo un enfermo de mierda que solo pensaba en mi, después de esa noche de dormir en la carpa y hacer tantas veces el amor me puse a pensar y a admirarla dormida, ella desnuda sobre mis brazos, una mujer que para cualquier otro hombre es imperfecta pero que para mí era tan perfecta, su cuerpo, su cabellera, sus besos, me gustaba mucho ver sus dos lunares, uno al lado derecho de sus labios, el otro en la parte superior de su barbilla, mujer hermosa que recuerdo todos los días desde que ya no estamos juntos.

Continuando con nuestra relación, empezaron los paseos, las tardes con nuestros amigos eran más seguidos, como olvidar aquel día en que fuimos a la finca del papá de un amigo, durante el recorrido el cual fue algo pesado ya que íbamos 3 en mi moto, (la amarilla como le puse para sacarle una sonrisa a Danii), en aquel recorrido paramos en una finca para correr detrás de unas vacas, mientras yo estaba corriendo, ella estaba hablando con unas amistades, ese día nos tomamos varias fotos, todo era bonito, comimos, nos bañamos, bajamos aguacates, como olvidar el aguacate si lo amas igual que lo amo yo, al llegar la tarde fuimos a jugar a la pelota con mis amigos, ya que ese era el plan, al llegar a la cancha empezamos a molestar entre todos y yo fui imprudente con un amigo, ella dijo algo y yo lo tome a mal, fui grosero y cometí el error de insultarla, le dije que nos íbamos de inmediato, quedando como un vil machista en frente de todos, maneje un kilómetro si no me equivoco y nos bajamos de la moto, volví a gritarla y a sujetarla cosa que odia, después de unos minutos de discutir ella se afligió y una lagrima salía de su rostro, cosa que odio es ver llorar a una mujer, pero odio mas el saber que yo la hice llorar muchas veces, al volver a la cancha mis amigos me preguntaban que porque había hecho eso, algunos se reían, otros me reprochaban, trate de ignorarlos pero sé que ellos tenían la razón.

El partido empezó, jugamos como nunca y perdimos como siempre, miento, éramos malos, y el resultado lo demostró, nos golearon en los 3 partidos que jugamos, juzgamos el libro por su portada, esas personas humildes, del campo nos dieron una paliza y una buena clase de cómo jugar, nos fuimos afligidos porque perdimos, no me molestaba el pensar que habíamos perdido un partido, me molestaba el pensar que ese día había perdido más que un simple partido, estaba perdiendo a la mujer que amo, ese día se sumaron muchas cosas más a mis errores , los cuales ella iba acumulando para algún día estallar.

15 días más tarde se venía un nuevo plan con amigos, íbamos a acampar en la represa de betania, fue un día espectacular, todo estaba bien, o al menos eso pensaba, durante el viaje que no fue muy cómodo que digamos porque a mí se me ocurrió la gran idea de llevar a un amigo, siempre pensé en quedar bien ante todos pero se me olvidaba un detalle, estaba quedando mal ante mi novia, pues no pensé en la comodidad de ella, y efectivamente se enojo, su enojo duro poco, al llegar a la represa armamos las carpas, y nos dirigimos a cenar, éramos 13 en total, dos pollos asados fueron poco para tanta gente, comimos pero no quedamos llenos del todo, esperamos unos minutos y un amigo dijo que si íbamos a un pueblo que quedaba cerca, yo no quería ir porque dejábamos nuestras cosas y tres amigos mas, finalmente ella me convenció y fuimos, al llegar fuimos a los alumbrados, nos tomamos fotos y otra vez discutimos, creo que la mayoría de discusiones fueron por mi culpa, ella era tan perfecta que casi nunca iniciábamos una discusión por culpa de ella, hubo un momento en que me enoje y no quería fotos, (Estúpido, hoy deseas tomarte millones de fotos con ella), el ambiente se calmo y dejamos de discutir, después de unas horas volvimos al lugar donde íbamos a acampar, esa noche fue graciosa y hermosa, pues me reía de mis amigos, de sus bromas, pero sobre todo, fue hermoso porque hicimos el amor en aquella noche, obvio con pena porque mis amigos estaban cerca, pero eso no nos impidió el disfrutar de nuestro amor, pasada esa noche llego el nuevo día, eran tipo 6 am cuando nos despertamos pensando en el desayuno, pues solo había dos cubetas de huevos, 3 papeletas para jugo y algunos plátanos, del hambre nació la idea de entrar al agua y pescar entre las mayas que se encontraban cerca, los primeros en entrar al agua fueron moco, Daniel y mi persona, íbamos en un tronco y dos hicopores para no cansarnos, la pesca dio frutos, nuestro primer pes cayó en una malla, era grande y eso dio moral para que otros amigos entraran a buscar, si no estoy mal cogimos 4 peces, lo suficiente para calmar el hambre, al salir del agua note que Daniela estaba algo enojada, pueda la novia de un amigo no estaba colaborando en la preparación de la comida, me acerque y le dije que no se enojara por eso, pero pues ella tenía motivos y debía de entenderlo, en ese instante me dio sed, así que fui en busca de las papeletas de frutiño y para sorpresa de muchos, el más pequeño del grupo y por cierto el mas cansón, se había comido las papeletas de frutiño, nos dio gracia, el hambre me agobiaba así que trate de colaborar para no quedarme sin parte, habían dos grupos, unos a un lado los cuales preparaban los peces y al otro los que preparaban los huevos, 2 panales de huevos no fueron nada para nosotros pero nos calmo el hambre, al rato de haber desayunado nos dirigimos a bañarnos, recuerdo que los hombres fuimos los primeros en entrar al agua, apostamos al que llegara más lejos, y pues yo gane, creo que de mis amigos yo era el que mejor nadaba, al regresar a la orilla ella estaba ahí, con su cabellera mojada y su cuerpo hermoso, en ese momento empezamos a molestar entre los hombres al que durara mas en el hicopor, fue una batalla en la que nadie gano, después de finalizar la recocha con los hombres me acerque a ella y empezamos a jugar, yo empecé a darle vueltas a ella en el agua y a ella le gustaba, fue una tarde hermosa la cual quisiera algún día repetir, en ese instante uno de nuestros amigos se va con su novia, algo enojado pero eso no fue motivo para que dejara de disfrutar de tan hermosa y agradable compañía, mi novia, al caer la tarde nos dirigimos nuevamente a la ciudad culminando de esta forma aquel día.