capitulo 39:culpable

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Sus ojos dilatados y adoloridos por lo abiertos que estaban, su respiración casi ahogada y violenta, su pulso era rápido, parecía estar apunto de perder la cordura.

Miraba a la mujer frente a ella con toda su ira y dolor, empezó a forzar las cadenas y a moverse erraticamente. Era la primera vez que sentía tanta ira y enojo por alguien, ahora quería golpearla hasta el cansancio.

-tranquila, no ves que pareces loca-le dijo la rubia con una sonrisa maléfica que estaba volviendo loca a Hinata-tú mami se debió ver igual, como un animal agonizante-

-HIJA DE PERRA!-le gritó para luego lanzarle un escupo en la cara a la rubia, que logró que esta se espantara por la sorpresa y luego irradiara en ira-

Le propinó una fuerte cachetada que lanzó lejos el rostro de Hinata, casi votandola de la silla en la que estaba atada.
Se limpió el liquido bruscamente con una mueca en el rostro y luego le jaló el cabello a la azabache, quien jadeaba por el estrés que estaba sintiendo ahora.

-tal vez si te enseño modales aprendas a cerrar la boca de puta que tienes!-la golpeó en el rostro reiteradas veces, haciendo gemir y jadear de dolor, su rostro palido y compasivo pasó a ser uno con las mejillas enrojecidas por los impactos, su boca herida y uno de sus ojos morados.-

Al acabar Shion la dejó ahí apenas consiente, se arregló el vestido y se alejó riendo sin remordimiento.
La azabache con su cabeza colgando de su cuello, conteniendo sus ganas de llorar, emitía dolorosos quejidos y rogaba por que pudiera salir de ahí.

Abrió un poco el ojo que tenía en buen estado y logró ver su abultado vientre. Ahora lo único que deseaba era acariciar la casa de su hija y sus anhelos de salir con vida de ahí se hacían más grandes. Añoraba el poder ver a la niña que llevó casi nueve meses en el estómago.

Cayó rendida tras su esfuerzo de permanecer despierta y ahora no podía hacer más que soñar algo bonito.

Naruto dejó a Boruto con Hanabi tras querer irse de la fiesta para buscar a Hinata, pero no sabía a donde ir, no sabía donde buscar, donde empezar y a quién culpar.

Llegó a casa encontrándose con dos patrullas con las luces de sus sirenas encendidas. Al llegar encontró a Gaara hablando con uno de sus compañeros. Cuando chocaron miradas el pelirrojo lo miró compasivo y se acercó hasta donde estaba él.

-¿nada?-le preguntó el ojijade, Naruto negó -

-nada-se alejó un poco de ahí y se lanzó al sofá y cubrió su rostro con ambas manos-nada-repitió y Gaara notó que su amigo estaba apunto del colapso-

-Naruto, necesito que me escuches-luego de unos segundo, el rubio levantó la mirada para ver sin ninguna expresión en particular-no quiero que busques a Hinata durante éstas al menos diez horas siguientes-ahora si Naruto demostró todo su descontento, su ceño se frunció y no parecía tranquilo internamente-

Se levantó de su lugar y se acercó con una postura casi intimidante para Gaara, pero se mantuvo derecho ante su amigo que poco a poco perdía su propio juicio.

Quedaron frente a frente, podía notarse que el rubio era bastante más alto que Gaara, su cabello rojizo llegaba hasta los labios del Uzumaki, ambos con un intenso choque de miradas.

-¿me estás pidiendo que no busque a mi mujer en diez horas?¿!Estás loco!?-Gaara lo fulminó con la mirada-

-es por tú bien, Naruto-dijo alejándose un par de pasos de Naruto hacía atrás, sin despegar su mirada de los zafiros del rubio-pones tu vida en riesgo aventurandote solo y también necesitas descansar-

Tenías Que Ser TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora