Confianza

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La reciente relación de Jaebum y YoungJae iba de maravilla, porque sí, ellos ya eran novios.

Jaebum se sorprendió demasiado cuando un YoungJae con sus mejillas teñidas de rojo se acercó tímidamente a pedirle que fuera su novio. En ese momento se sintió un cobarde total, pues él tenía la intención de pedírselo primero, pero sus nervios no lo dejaron.

La forma en que el menor lo hizo no fue algo increíble o memorable, pero para Jaebum se convirtió en algo que jamás olvidaría.

A pesar de que todo parecía ir de maravilla, algo andaba mal. Jaebum desaparecía en las tardes. Aunque siempre acompañaba al menor hasta su casa, no estaba en línea por el resto de la tarde. A las siete recién regresaba, pero solo para hablar un poco con el menor y luego volver a desaparecer, para hacer sus tareas o para ir a dormir si estaba muy cansado. YoungJae no quería preguntar, tal vez era algo personal y él, a pesar de ser su novio, no tenía derecho a invadir su privacidad, pero aún así le era difícil soportar el rechazo del mayor cuando lo invitaba a salir, o a tomar un simple helado.

—¿Y si Jaebumie ya se c-cansó de mí?

—Mi niño... Claro que no. Ni Jaebum ni nadie se podría cansar de tí. Además se siguen viendo en los recesos, si realmente no te quisiera más, te ignoraría incluso ahí.

—Está bien... Tal vez debería ser un poco más cariñoso con él, ¿me ayudarías a prepararle galletas? Jaebumie ama las galletas — la mujer sonrió enternecida y asintió.

—Por supuesto cariño.

YoungJae podía jurar que jamás se había esforzado tanto en preparar algo. La mayoría de las veces lo hacía sólo para él, pero esta vez era para alguien más, y no cualquier persona, sino alguien muy importante, su preciado novio.

Con las galletas detrás de la espalda esperó a su novio en la puerta de su propia casa como siempre lo hacía. Al llegar, el mayor le dedicó una de sus hermosas sonrisas, las cuales solo aparecían cuando lo veía a él.

—¿Qué tienes ahí? — miró con las cejas alzadas al menor, refiriéndose a lo que escondía tras él.

—E-es algo para tí...

—¿Algo para mí? — el rubio asintió — Woah, ¿que hice bien?

—¡Todo! — el mayor rio avergonzado — T-ten — estiró sus brazos dejando a la vista una bolsita llena de galletas decoradas con diversos glaseados.

—¿Las compraste para mí? — el menor negó, bajando la mirada al sentirse avergonzado.

—L-las hice para tí.

—Las hiciste... Jae, precioso, no tenías que hacerlo — caminó hasta el menor posando ambas manos en sus mejillas, mirándolo con ternura.

—Pero quise. No tengo muchas formas de demostrarte cuanto te quiero, pero soy bueno con la repostería, y recordé que amas las galletas — completamente conmovido, Jaebum juntó sus labios con los del menor, ganándose una sonrisa del contrario en medio del beso.

—Eres completamente adorable, precioso, increíble y todo lo bueno que pueda existir en este mundo — el rubio soltó una risita sintiendo sus mejillas calentarse.

Jaebum tomó con fuerza — no demasiada — y seguridad la mano de su novio, caminando junto a él con una sonrisa enorme en el rostro, sintiéndose el chico más afortunado del planeta.

—Estoy esperando el momento en que me ofrezcas una.

—No. YoungJae las hizo para mí, con todo su esfuerzo y amor.

—¡Sólo son galletas!

—¡Retráctate animal! — volvió a guardar sus galletas, que por cierto estaban increíblemente deliciosas, más de lo que esperaba, y salió de su salón en busca del menor. Su sorpresa fue enorme al verlo hablando animadamente con otra persona. Reconoció al chico como Jinyoung, pues lo había visto cuando fueron por la foto.

Show Me [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora