Miedo

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Flashback

El día estaba precioso. YoungJae amaba ver por su ventana cada vez que despertaba, en especial si el día estaba soleado. Era sábado y no tenía tareas, por lo que decidió invitar a un par de amigos a pasear por ahí.

Luego de desayunar corrió fuera de su casa tomando su bicicleta en el camino. Pedaleó velozmente hasta llegar a la casa de uno de sus amigos, desafortunadamente este estaba castigado. De todos modos fue hasta la casa de otro de sus amigos y este aceptó gustoso salir a pasear en bicicleta con él.

YoungJae disfrutaba mucho ver el paisaje mientras montaba su bicicleta, sentir el viento golpear suavemente su rostro y en especial, reír con sus amigos.

Se detuvieron en un pequeño parque lleno de flores y muy verde, a YoungJae le encantaba estar ahí, a veces sin hacer nada, sólo para ver lo hermoso que era. Volvieron a tomar sus bicicletas para dirigirse a otro lugar.

Mientras pedaleaban lentamente notaron un par de nubes aparecer en el cielo. A YoungJae nunca le gustaron ese tipo de cosas, le provocaban un extraño sentimiento de miedo, como si algo malo fuera a suceder, aunque sólo era lluvia.

Ignorando completamente las nubes y como el sol desaparecía, retomaron su andar.

Al parecer fue una muy mala idea, pues apenas se alejaron un poco más de sus hogares la lluvia comenzó a caer con fuerza.

—¡Hay que volver Jae! — el nombrado asintió y juntos regresaron por donde vinieron.

Entre risas y un miedo latente en sus corazones por el futuro regaño que recibirían, pedalearon a toda velocidad. YoungJae iba un poco más adelante de su amigo, y de un momento a otro dejó de oír sus risas, siendo reemplazadas por el sonido de la lluvia. Tan concentrado iba en pedalear para llegar rápidamente a su casa que no notó cuando un cachorro corría para cruzar la calle. En un movimiento rápido logró esquivarlo dirigiéndose él al lado contrario. Gran error.

Tal vez fue por el fuerte sonido de la lluvia, o por tener su cabeza en otro lado, pero no escuchó en lo absoluto los gritos de su amigo, como tampoco vio al auto que se acercaba hacia él sin intenciones detenerse.

Un golpe fue suficiente. Sintió un líquido caliente escurrir por su mejilla y a un niño gritando por ayuda. Con la poca fuerza que le quedaba logró divisar la tenue figura de un hombre corriendo hacia él. Lo único que logró modular antes de que todo se tornara negro fue un: «duele...».

Era muy confuso. Después de haber visto todo negro, pasó a ver todo blanco, demasiado brillante, pero ahí quedó. YoungJae estaba completamente seguro de tener sus ojos abiertos pero no conseguía ver nada.

—El paciente despertó — logró oír la voz de una mujer — Pero no parece reaccionar ante los estímulos de luz.

—Quítela, intentaremos algo más.

La mujer retiró el foco del rostro de YoungJae y nuevamente vio todo oscuro. Comenzó a desesperarse, no le gustaba para nada la oscuridad.

—¿M-mamá? — soltó apenas — No me gusta la oscuridad, enciende la luz... — los doctores se miraron con preocupación entre ellos y abandonaron la habitación. YoungJae seguía demasiado cansado, así que decidió volver a dormir. Despertó más tarde oyendo los sollozos de su madre.

Le tomó un tiempo comprender lo que sucedía, y le pidió a sus padres que por favor dejaran de mentir, él ya sabía la verdad. Había perdido el 90% de su capacidad para ver. Hubiera sido un 100% de no ser por la pequeña posibilidad que existía de tomar una operación y recuperar su visión, pero cuando descubrieron cuanto debían pagar, sólo pudieron llorar.

El menor se había vuelto apagado. Ni siquiera un rastro había del YoungJae de hace algunos días. Con apenas 10 años, casi 11, ya había pensado en cientos de maneras de quitarse la vida.

¿De qué servía vivir en un mundo, literalmente, tan oscuro? Era tan desesperante, casi como estar muerto y además estar consciente de ello.

La madre de YoungJae no podía más con la culpa de ver a su niño con su vida arruinada a tan corta edad, por eso se prometió a sí misma que trabajaría el doble, el triple, para reunir el dinero suficiente. Lamentablemente, eso también perjudicó su salud. YoungJae entendió entonces que la gente a su alrededor se estaba esforzando tanto para que saliera adelante, y él pasaba sus días lamentándose. Debía cambiar, por su madre y por la gente que seguía a su lado

YoungJae siempre fue muy fiel creyente de los milagros, y por supuesto seguía pensando que tal vez, en un par de años, un milagro ocurriría.











No me gusta que mi niño sufra ni siquiera en fics ;; pero era necesario.

Los próximos dos capítulo son muy importantes, (a mi parecer) espero no kgarla como siempre JAJAJAJA

Gracias por leer^^❤

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