Capitulo 2

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Día 2:

Un aeropuerto es tan grande e inmenso que incluso la gente podía compararse con pequeñas hormigas rojas corriendo de un lado al otro, siempre a prisa o con un mal humor, en mi caso no tenía prisa alguna, me había despertado desde las 6 de la mañana, o más bien Riley me había arrastrado fuera de la cama , como mi mamá cuando iba a la secundaria, después de 10 minutos de forcejeo termine por ceder y como una zombie tome una rápida ducha, tome unos jeans, unas botas, una blusa de manga larga y la primer gabardina a la vista junto con una bufanda , aun llovía y el frio me calaba en los huesos aun dentro del apartamento, tome unas galletas y unos sorbos de café mientras mi mejor amiga dejaba sobre la mesa por lo menos cinco carpetas con toda la información sobre la boda, soltándome un monologo sobre la diferencia entre el amarillo y el amarillo dorado, monologo que mi cerebro no proceso ni entendió, pero al que asentí como si de verdad comprendiera, después de eso me abrazo y lleno de besos en las mejillas agradeciéndome como un tierno cachorrito mientras yo reía y le devolvía el abrazo, mirando como ella era la segunda en marcharse del apartamento con por lo menos tres maletas y una bolsa de mano, digo la segunda porque el primero en salir había sido Lucas y eso de veras que lo agradecía. Todo eso nos traía de vuelta aquí, parada en la salida C del aeropuerto en la puerta 3 donde el vuelo del vaquero número tres llegaría. No me mal entienda yo no tenía problema de hacerle favores a Riley, de hecho ella siempre era la ordenada y limpia en el apartamento, la que mantenía la alacena llena e incluso la que de vez en cuando limpiaba mis desordenes, pero este favor en particular no me entusiasmaba, nada que tuviera que ver con Lucas podía parecerme una buena idea, no para mi salud mental.

Soltando un suspiro comencé a observar como poco a poco otras personas aguardaban junto a mí, quizás esperando a un familiar o incluso a un viejo amor, fue justo en ese momento donde lo comprendí ¿Cómo carajos iba a encontrar al tal Alex?, nadie me había dicho como era y dudaba que el supiera reconocerme, desesperada miraba a todos lados tratando de pensar, hasta que vi unos folletos sobre turismo en un mostrador cercano, ¡Bingo!, tome uno y en la parte de atrás escribí con lápiz labial Alex Friar, no era el mejor letrero y de hecho había arruinado un poco mi labial pero era lo mejor que podía hacer, así que el vaquero tres tendría que conformarse con eso , regresando a mi lugar me acomode de nuevo y como si fuese magia la puerta se abrió y poco a poco los pasajeros comenzaron a salir, yo miraba a todos tratando de descifrar cual era el primo del vaquero, ¿se parecía a el? ¿tendría los mismo ojos o el mismo color de cabello?, en verdad deseaba que no porque no sería fácil viajar a lado del retrato de Lucas, pero mi charla interna me fue interceptada por un viento helado que se coló por uno de los ventanales , arrebatando de mis manos el estúpido folleto que rodaba por el suelo, ¡Mierda!, pensé corriendo detrás como un niño detrás de una pelota, esquivando maletas, bolsos y hasta personas, pero justo cuando casi lo tenia en mis manos alguien mas lo atrapo.

Alce mi mirada para reclamar por mi improvisado letrero pero en seguida enmudeci, delante de mi estaba un chico de unos 22 o 23 años, por lo menos dos cabezas más alto que yo, con un cuerpo de ensueño, ni demasiado musculoso ni muy delgado, la medida perfecta para desear abrazarlo, llevaba unos simples jeans, una camisa básica gris oscuro y encima una camisa de franela a cuadros rojos, de su cuello colgaba una cámara fotografica que se veía la mar de costosa, pero cuando mire su rostro no pude evitar soltar un gritito mental  ,delante de mi estaba el vaquero numero tres, no tenia la menor duda, incluso podría jurarlo por mi vida, su tono de piel era ligeramente bronceado por lo que sus preciosos ojos miel resaltaban, creando una ilusión de ser tan liquidos y brillantes como el mismo cobre, cubiertos por una tira de pestañas rubias cenizas del mismo tono que el de su cabello corto, con una linda nariz y lo mas importante una preciosa sonrisa adornada con dos hoyuelos, era tan guapo e hipnotico que me importo poco quedarmele mirando como una idiota, nunca me había sentido tan atraída por alguien como por ese chico, aunque en realidad eso tenia que ver con su parecido a Lucas, el mismo tono de piel, el mismo tono de cabello, la misma sonrisa con hoyuelos e incluso la misma mirada calida e inocente que en el pasado tenia el guardabosques.

Wedding of blood and lies- LucayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora